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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

lunes, 28 de septiembre de 2015

"Eso nunca, por Dios; no soy Corin Tellado"


La frase que titula este post se oyó en el auditorio barcelonés de la Biblioteca Joan Fuster ante más de 300 de sus seguidores, que le escuchaban atentos. La dijo Arturo Pérez-Reverte con la sonrisa del viejo periodista que sabe cuando suelta un titular.

La frase era en contestación a una pregunta sobre si su novela: "El tango de la guardia vieja" pretendía recrear universos perdidos y personajes de dudosa nobleza y gallardía  vencidos por el romanticismo.

"Eso nunca. por Dios; no soy Corin Tellado"

Pero lo cierto es que existe una novela antigua: "El bailarín mundano" a la que, subliminalmente, hace referencia el flamante académico  que ocupa el sillón letra T mayúscula de la RAE. Apodando a su protagonista de "El tango de la guardia vieja":  Max Costa, el bailarín mundano.


El bailarin mundano de Bouget Paul
(DE LA ACADEMIA FRANCESA)
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El tango de la guardia vieja


de Arturo Pérez-Reverte

"...dominaba como nadie el arte de crear fuegos artificiales con las palabras y dibujar melancólicos paisajes con los silencios."

El tango
"Cualquiera diría, pensó Max, que habían bailado juntos antes; aunque el recuerdo de la facilidad con que Mecha Inzunza y él mismo se adaptaban a bordo del Cap Polonio atenuó su sorpresa. Era, sin duda, una bailarina muy intuitiva e inteligente, capaz de adaptarse a cualquiera que bailase bien. Se movía el fulano masculinamente seguro de sí — canchero, decían en Buenos Aires— mientras guiaba hábil a la mujer, trenzando ágiles garabatos sobre un pentagrama invisible. Se bamboleaba la pareja de modo suave, obediente ella al compás de la música y a las indicaciones silenciosas que transmitían las manos y los ademanes de su pareja. De pronto éste hizo un corte, despegando el talón del pie derecho del suelo casi con negligencia, describiendo un semicírculo con la punta; y, para sorpresa de Max, la mujer remató la vuelta con toda naturalidad deslizándose a un lado y a otro, pegada por dos veces al hombre para retirarse después de trabarse en él, cruzándole las piernas con impecable aplomo arrabalero. Lo sazonó con una elegancia académica de suburbio, tan bien lograda que arrancó gestos aprobadores a los que observaban desde las mesas."

El Tango de la Guardia Vieja (Arturo Pérez Reverte)



viernes, 25 de septiembre de 2015

Intempestiva...


En aquel jardín sólo crecían flores silvestres. Claro que aquello no era un jardín. Era una pequeña huerta en la que alguien, muchos años antes, había plantado un cerezo en el que nunca maduraba su fruto. O quizás sólo era un guindo...no recuerdo ahora. Yo era una niña de modales asilvestrados, y mi abuela, siempre encima de mi, tratando de hacer de la niña arisca toda una señorita.. Recuerdo que desde muy pequeña ya tenía mis secretos...la caja con piedrecitas  y cristales de colores enterrada en el jardín. Ya entonces  empezaba  a escribir cosas que nada tenían que ver con aquellas otras cosas que me enseñaban en el colegio... Aquel Paraíso de Adán y Eva no terminaba de convencerme. Me parecía un camelo eso de "la costilla de Adán" esa Eva sumisa, siempre debajo y nunca encima. Ya entonces empecé a tener conciencia de que podía tener secretos para los mayores. Y me di cuenta de que yo solita, con mi sola imaginación, podía inventarme otros mundos paralelos al que vivía en mi casa., que era una casa como otra cualquiera. O quizás no, porque por allí pululaban muchos adultos, algunos gatos y pocos niños.

La niña de esta historia oía a veces hablar a los mayores...cuchicheos sobre ella y sus estudios. Qué harían con esa niña, que además era de una salud quebradiza que los médicos no sabían diagnosticar. Por un lado esa era la realidad y por otro lado, su mundo interior que iba creciendo exponencialmente sin parar... sin que los mayores se percataran de nada. Sólo su abuela supo ver en la niña cierta tendencia a la ensoñación y que además a la niña le gustaba escribir.


 A la tierna edad de cinco o seis años ya se puede intuir algo sobre el carácter de una persona, y su abuela estaba segura de que la niña tenía un don: la escritura, se le daba bien, escribía cosas que le dejaban con la boca abierta. Cuando lo comentó con sus hijos se lo tomaron a risa..."¡lo que ocurre es que a esa niña le gusta leer!". ¿Eso era todo? Su abuela puso el grito en el cielo: "¿Estáis insinuando que la niña copia? ¡lo que escribe es de su propia cosecha!". Pero claro, todos los demás no daban crédito: el amor de abuela que es ciego...Y el abuelo... le guiñaba un ojo y la saludaba con el pulgar hacia el cielo...mostrando así su incredulidad pero también su complicidad...¡Qué niña ésta, tiene la cabeza llena de pájaros!


Y es que el abuelo...sólo la veía como a una niña pequeña, lista y mona, eso sí, y con mala salud. Pero en realidad no la tomaba muy en serio. La niña se daba perfecta cuenta de que se interesaba más por su primo Rafa ¡veía  con tanta frecuencia cómo el abuelo lo contemplaba con admiración! veía cómo se iba haciendo mayor y decía que iba a ser un hombre muy apuesto. En aquél entonces la niña aún no lo percibía, pero aquello rezumaba claramente a la casa de los hombres machistas...


Y el primo Rafael, que ya apuntaba maneras. "Este chico va a ser un golfo en toda regla", decía la abuela. Y eso que ella aún no sabía la cantidad de palabras raras que le soltaba a la niña cuando estaban los dos solos...Improperios decía ella. Pero la niña, gracias su primo, ya sabía cómo se definían las obscenidades...(Todo venía bien al bagaje de conocimientos). 
Y...

Como las guindas del cerezo del jardín; apetitosas a la vista pero amargas al paladar...siguió la niña con su educación puesta en las manos del colegio de monjas. Y su abuela, que fue la primera persona que la hizo comprender que  las opiniones de la gente no tienen tanta importancia...



lunes, 21 de septiembre de 2015

Lo que me cuenta tu piel



He visto que tu piel no te cubre todo todo...
ojos y dientes pasaron de tu piel...
Son esos órganos que te alimentan...
la ecuación perfecta...
(Si la gente no cree que las matemáticas son sencillas, es que no se ha dado cuenta de lo complicada que es la vida. John von Neumann)

La piel es nuestra frontera física externa y con ella tocamos el entorno sin poder salirnos de ella. Nos habla de nuestros hábitos, del estado de salud físico y emocional.
En ella se reflejan todos los organos internos. Cualquier perturbación de los mismos, se proyecta en la piel, y toda afección de una determinada zona de la piel se transmite al órgano correspondiente... Todo lo que ocurre en la piel, manchas, tumefacciones, inflamaciones, granos  o abscesos, no es casual e indica un proceso interno. La piel también muestra todos los procesos y reacciones psíquicas:

Una persona se pone colorada de vergüenza y blanca de susto.
El vello se eriza a causa del miedo o se pone la piel de gallina.
La piel pálida puede ser signo de anemia o cansancio.
La piel azulada señala una falta de oxígeno en la sangre.
La piel amarillenta tiene su causa en un exceso de bilirrubina.
Una piel sensible nos habla de un alma sensible, si es áspera, nos hace pensar en una persona dura; una piel sudorosa muestra inseguridad y miedo; y una piel roja, excitación.




viernes, 18 de septiembre de 2015

Psicólogos y estadísticas...


A veces pasa...
Sucede...
Que los niños van muy por encima de lo que los psicólogos  creen que piensan los niños.

Ellos, a su manera, se enteran de todo. Me decía uno de esos "expertos", que nueve de cada diez niños ven más preocupados y con peor humor a sus padres que antes. ¿Antes de qué? Los niños sólo oyen ahora las palabras: crisis, paro, hipoteca, indignados...las oyen decir a sus padres pero esto no significa que los niños lo asocien al mal humor de los padres. Normalmente los mayores delante de los niños suelen hablar a medias y con cuchicheos... lo hacen, dicen, para que los niños sean felices y no se pongan tristes. Pero quien observe a un niño, enseguida se dará cuenta  de que su preocupación, si no le afecta directamente,  les dura unos segundos. Y a otra cosa mariposa. Por eso los niños en periodos de dificultades siguen siendo felices.

Los psicólogos dicen que a los niños conviene contarles la situación que atraviesa la familia, pero con palabras sencillas (adecuadas a su edad) siempre transmitiendo esperanza y tranquilidad y nunca dar muestras de angustia que incluso a ellos le puede generar culpabilidad.

Eso está muy bien. Pero no creo que los niños necesiten muchas explicaciones. Ven sin que nadie se lo diga, que hay recortes en casa y son tan listos que intuyen que esto se debe a causa del dinero: su padre o su madre se han quedado sin trabajo, y saben, sin que nadie se lo explique, que eso supone menos dinero para los gasto de la casa.

Pero sí, a veces la situación llega a tal límite que es imposible no discutir sobre dinero delante de los niños. Esto si que les puede afectar: las broncas esas... Pero si los padres son capaces de pensar con la cabeza se darán cuenta que hay muchas cosas que hacen felices a los niños sin gastar tanto dinero. Por ejemplo, jugar con ellos, salir a dar un paseo, llevarlos a ver algún deporte, acudir a espacios públicos, como bibliotecas o ludotecas.

Y...ese "dinerito" que se gastan en psicólogos...pueden gastarlo en organizar una vez al mes una fiesta, dejando  que los niños coman, por un día, lo que les apetezca.



lunes, 14 de septiembre de 2015

La vida es una cosa seria


El principito, entonces, no pudo contener su admiración:
--¡Qué hermosa eres!
--¿Verdad?-respondió suavemente la flor-. Y he nacido al mismo tiempo que el sol...
El principito advirtió que no era demasiado modesta, ¡pero era tan conmovedora!...


En el curso de mi vida he conocido a muchísima gente seria. Viví mucho con personas grandes. Las he visto muy de cerca. No he mejorado excesivamente mi opinión. Cuando encontré alguna que me pareció un poco lúcida, hice la experiencia de mi dibujo número 1, que siempre he conservado

Quería saber si era verdaderamente comprensiva. Pero siempre me respondía: "Es un sombrero" Entonces no les hablaba ni de serpientes boas, ni de bosques vírgenes, ni de estrellas. Me ponía a su altura. Le hablaba de bridge, de golf, de política y de corbatas. Y la persona grande  se quedaba muy satisfecha de haber conocido a un hombre tan razonable.
Antoine de Saint-Exupéry. El Principito

Fue este librito uno de los primero libros de lectura que mi abuela me regaló siendo yo muy pequeña. Tan pequeña era que cuando lo tuve en mis manos lo primero  que buscaba en él eran los dibujos. Luego con mi lectura tan primeriza de niña pequeña casi deletreando que no me enteraba de nada. Ya lo entenderás, decía mi abuela, cuando seas mayor. Y ahora he comprobado que cuánta razón tenía mi abuela. ya que , además, este libro está dedicado a todos aquellos que no han perdido en el camino de la vida al niño que fueron.


Cayó suavemente, como cae un árbol.


"¿Qué habrá pasado en el planeta? Quizá el cordero se comió la flor..."
Es un gran misterio. Para vosotros, que también amáis al principito, como para mi, nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, sí o no, a una rosa...
--Mirad al cielo. Preguntad: ¿el cordero, sí o no, se ha comido la flor? Y veréis como todo cambia...
¡Y ninguna persona grande comprenderá jamás que tenga tanta importancia! "


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Los niños que matamos


A nosotros nos cuesta admitir que haya gente que no tiene sentimientos. Los hay que organizan las guerras para instalar allí democracias decentes (dicen) y luego trafican con armas y convierten a los niños en herramientas para la guerra,  son esos tipos que a duras penas pueden ocultar sus aviesas  intenciones, (véase Trío de las Azores) no creo que esas personas tengan sentimientos, ni siquiera de culpa.

¡Cuántas veces hemos visto en esas guerras a padres desesperados con niños muertos y ensangrentados en sus brazos! ¡Y cuántos niños que mueren diariamente en el mundo víctimas del hambre! Pero aquí, como somos tan civilizados, ponemos anuncios de famélicos niños para pedir limosnas.

Ahora, la imagen de un niño muerto a la orilla del mar nos ha servido como slogan publicitario. Y de una tacada para darnos a conocer que los políticos también tienen su corazoncito. Para que digamos: mira, no son personas tan frías. Y qué más da que se pongan la careta del llanto, o que finjan tener sentimientos...si a estas alturas de la película ya todos sabemos que son ellos con su avaricia los que "fabrican" las guerras. Que ya sabemos quienes son los tahúres de este juego macabro que cuando llegan al límite nos trasladan el problema fingiendo que ellos están libres de toda culpa.

Y...

Nos manipulan constantemente. Esos mandatarios del mundo nos tratan como si no tuviéramos ni un gramo de inteligencia. Ahora toca conmovernos con la divulgación de una foto. Las circunstancias les obligan a mover ficha y lo hacen de esta manera tan ruin; para que veamos que son buenos. Se ríen de nuestra ingenuidad  y lo aprovechan para lucirse en cuanto tienen una oportunidad. Sí, a ese niño de la orilla del mar, no sólo lo ha matado nuestras conciencias dormidas, si no que, simplemente, lo ha matado nuestro consentimiento del mal. ¿Y por qué lo permitimos? quizás sea porque nos han inoculado el miedo en vena que anula nuestra percepción de la realidad, que nos hace ver un mundo irreal y no nos deja ver este Matrix de esclavos.





lunes, 7 de septiembre de 2015

Meditando...sin estar meditabunda


Con las recientes transformaciones de mi sistema neuronal-nervioso he estado meditando en qué lugar de la casa me sentiría más cómoda para mis elucubraciones...y he concluido que en cualquier sitio que esté lejos de una silla, de un sofá o una cama. Es tarde, quiero decir que son horas ya de madrugada. Suelo trabajar bien a estas horas, descubriendo nuevas recopilaciones...extrayendo incógnitas en nuevas ecuaciones extrañas...leyendo a ratos algunas cosas para aplicar a mis relatos que voy sacando de mis propios conceptos de la vida... La semana pasada vi la película "Relatos salvajes" y tengo que reconocer que aún no tengo estómago para digerir ciertas cosas. Pero bueno, así es la vida; una tragedia. Y no siempre tendré la piel tan  fina y suave como ahora.

"Últimamente" estoy pensando en dar un giro a mi vida, quizás pasarme al Taoismo, respetar los ciclos de mi cuerpo, olvidarme de los excesos...y cosas por el estilo. Y entre meditaciones de hacer esto o lo otro, camino por los surcos de mi cerebro revisando los libros ya leídos y los que quedan por leer. El otro día un taxista de un Mercedes Benz me decía que la vida no pasa tan rápido como se dice. Supongo que es cuestión de intensidades. Ha llovido tanto en estos últimos dos años que cuando sale el sol, llamémosle devoción amorosa sobreseída, no tengo más remedio que usar las D&G para salir a la calle.

Ahora, en estas altas horas de la noche, me gusta pensar, y si puedo, escribir algo también. La cuestión es que no se fundan los plomos. 

Y...

Como dice un buen amigo mio, el abanico discursivo sigue su curso... y todavía  lo mejor no ha sido escrito.