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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

lunes, 29 de febrero de 2016

Una ceremonia inútil...


Rompiendo los papeles...

Esto es una pamema...una afectación excesiva. Y desde hace ya mucho tiempo que sabemos que en este ranking  pertenecemos al último rango. Es una secuencia tonta, sin sustancia; una ofensa a nuestra inteligencia.

Aunque para ver las cosas desde todos los ángulos...creo que necesitamos que nos golpeen bien fuerte con estos golpes de efecto...así nos damos cuenta de cómo y con qué cinismo nos toman el pelo.

Y aún así algunos de nosotros seguimos buscando quimeras.

Vivimos en la ilusión del perfeccionamiento, creemos que podemos pulir asperezas , entender a los demás, mejorar la comunicación, avanzar siempre hacia adelante. Intentamos cada día que la política se convierta en una ética y nos enfrentamos a los demás con esa convicción que hemos alentado dentro de nosotros mismos. Nuestras relaciones cada día son más públicas porque creemos que podemos poner puntos de vista en común y sortear los obstáculos...

 Pero no podemos sortear los obstáculos. Nunca hemos podido.

Apreciamos a los demás hasta que tocamos hueso y en este punto ya nos perdemos. Poco a poco, esta prudencia se va convirtiendo en el ingrediente principal de nuestras relaciones y se trata de una prudencia política: el arte de no nombrar lo que no está en el orden del día. Nos acostumbramos a vivir así lejos de cualquier idea de eficiencia y ese déficit nos va matando. Alguien entonces siempre quiere hablar de ello. Pero no se puede hablar de algo que no está en el orden del día como si estuviera en el orden del día...

Y ya sólo nos queda romper la baraja.



viernes, 26 de febrero de 2016

Quintaesencia


Ella siempre se había comportado como una histérica. Así que con el tiempo fue desarrollando una ataxia considerable aunque transitoria. Pues había días que se sentía como una princesa que había abdicado secretamente. Era como un ardid, como un señuelo engañoso. Como esa estructura algebraica definida a partir de una operación conmutativa: abeliano. Y mientras iba pensando en estas cosas,  apenas sin darse cuenta, iba cambiando sus gustos estéticos...se abigarraba en varios colores mal combinados, y era entonces cuando deseaba con todas sus fuerzas una ablación...extirpar esa parte de su cuerpo que la  sometía a la esclavitud de la carne....

Y  en esos sublimes momentos solía pensar  en su primo Rafael, que según la opinión de su querida tía, siempre había sido un ablandabrevas, que con una considerable ceguera, sujeta a una alexia cada vez más exponencial, iba perdiendo fuelle, y entonces, asustado, suplicaba a su queridísima prima, su abolición...no  soportaba  verla en esa actitud tan determinativa. Entonces pasaba los días en un abracadabra sumando el valor numérico que según los griegos también se denominaba  abraxas.

Y llegando ya a estos extremos terminaba el hombre cantando a cappella con el sólo acompañamiento del crujir torpe de los dedos de ella. Y ella...sintiéndolo ya bajo su dominio, lo utilizaba como un accesitor; como un esclavo de aquellos que precedían a su amo para anunciar su llegada.

Y...

Entonces  aparecía su inefable abuela con una vara de mimbre en la mano persiguiéndolos por el sembrado, entre amenazante y partiéndose de la risa...y ya...perdiendo los tres el control, tirados por la tierra... y echando a perder parte de la productividad de la temporada...presos los tres de un ataque de risa...que más tarde tumbados boca arriba  viendo pasar el desfile de las nubes...se serenaban y empezaban de nuevo a recomponer todo lo estropeado.



domingo, 21 de febrero de 2016

Al final todo va a acabar bien. Y si no acaba bien es que aún no es el final


No hay final. No hay principio. Es sólo la infinita pasión de la vida. Federico Fellini.


"Tenemos que hacer que los libros vuelvan a molar. Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te lo folles". John Waters.

Dicen que a Marilyn Monroe le gustaban los libros. Los malpensados dicen que eso sólo era una pose para su montón de fotos leyendo. También puede ser que muchos escritores vieran en ella a una Musa. Ya que una Musa inspira pero no piensa... o no siempre...depende de si es una Musa o una musa.

Seguro que a ella le gustaban más los escritores que los libros. No olvidemos que estuvo casada con Arthur Miller. Y también fue muy amiga de Truman Capote e Isak Dinesen. Con esta dicen que tuvo una gran amistad... Atraía a los intelectuales porque tenía la costumbre de no abrir la boca para decir alguna frase que los demás esperaban tan ingeniosa como las de sus guiones. Una mujer callada termina por parecer misteriosa.


(Seguro que no se lo terminó...aunque vaya por el final.)

También se dice que pocos llegaron a conocer a Norma Jeane Mortenson, ni siquiera a Norma Jeane Baker. Estuvo casada en tres ocasiones y se le atribuyen relaciones amorosas con Bobby y John F. Kennedy.

Su relación con los hombre que dirigieron sus películas, a veces no era muy buena. Por su falta de disciplina; llegaba tarde y sin  apenas memorizar los guiones...con síntomas de haber ingerido alcohol en exceso y drogada...

Al final perdió la memoria. Un triste final en el que se preguntaba a menudo que quién era ella...la chica de barrio en un mundo ficticio que nunca la convenció. Y entonces  se daba cuenta de que nunca había sido feliz...

Recobró la razón para morir...frente a unos libros...



miércoles, 17 de febrero de 2016

El final en los libros...


¡Cuántas veces hemos estado leyendo un libro y a medida que lo íbamos leyendo teníamos más clara la convicción de que era una lectura completamente banal¡  Sí,  y casi siempre se trata de  un libro muy alabado, muy recomendado, con una puesta en escena extraordinaria; una promoción de marketing muy bien llevada y que ha sido expuesto en todas las mesas de novedades de las grandes librerias (que cada vez abundan menos) y de los grandes centros comerciales. Un libro en suma, puesto de moda.

 Y sigues leyendo sin dar crédito, porque la verdad es que no notas que te pueda aportar algo nuevo, algo que pueda interesarte, que despierte tu interés y, lo peor de todo,  que sigue sin emocionarte... y vas ya por la página cincuenta.  Pero sigues ahí con la vista perdida viéndolo ya como un objeto. Y te preguntas por qué sigues con él entre las manos y no tomas la decisión de cerrarlo y tirarlo a un rincón. Más de uno y más de dos estoy segura de que lo hemos pensado...y no lo hacemos..¿Por qué motivo? Pues creo que por una de las cualidades más antiguas del ser humano: la curiosidad. Curiosidad que nace del estupor, que nace de la duda, que nace del imposible, que nace de la sinrazón.

Y ahí sigues con el libro entre las manos leyéndolo hasta el final, aunque ya desde el principio sabes que está mal escrito y que brilla por su ausencia el trabajo de un buen corrector. O quien sabe si ante este cúmulo de estupideces al susodicho le conviene hacer la vista gorda para cobrar su trabajo y aquí no ha pasado nada. Y van y lo imprimen sin el más mínimo pudor, sin el menor sentido de lo que es una buena literatura...y lo ponen a la venta con un precio carísimo.

Y...

¡Te lo han vendido!

¡Y te lo has comprado!

¡Y te lo has leído entero!

Y ahora sí, te das cuenta de que  con esas más de 400 páginas,te han tomado el pelo...con ese final tan desastroso, que en su descargo dicen que es un final abierto. Un final de lo más chungo que no tiene ningún sentido.

En resumidas cuentas, una estafa. Un timo.

Pero bueno, se que muchos de los que están leyendo esto pensarán que quien soy yo para saber que libro es bueno o malo.  Y qué autoridad tengo yo para expresarme de esta manera tan contundende diciendo que un libro es malo...o que está mal escrito. Un buen amigo mio siempre me aconseja que... cuando haga un juicio de valor añada "según mi criterio".
Pues ya está. Dicho queda. Y los que digan que no hay libro malo, pues también estarán en su derecho de decirlo.



viernes, 12 de febrero de 2016

Palabras escritas


No hace mucho, un escritor que tiene un blog de éxito y muchos seguidores, se cuestionaba si venía muy a cuento usar palabras "poco usadas" en los posts de ésta blogosfera. Ponía el ejemplo de la palabra "alféizar" que al parecer allende los mares  es una palabra desconocida y que para algunos lectores puede resultar algo cursi.
Creo haber leído también a Elvira Lindo coqueteando con la palabra "escroto". Y decía algo así como que no importa, en palabras escritas, sobre todo para "el vulgo", el significado de las palabras sino su popularidad, ya que las palabras en desuso como por ejemplo (digo yo) balaustrada,  algarabía, soliloquio...aunque sean hermosas se van perdiendo en el limbo del olvido por falta de uso.
Y creo que es una verdadera pena que los que escriben para los periódicos y otros medios de comunicación, no tengan la delicadeza de ilustrar al personal....

Ergo yo,  que siempre le estoy dando vueltas a eso de "pensar" un día me topé con la palabra pensar, ¡Pensar, sí, pensar! y cual no sería mi sorpresa cuando  los eruditos del lenguaje de la RAE me informaron  de que pensar también es dar pienso a los animales. Se pueden imaginar cómo se me quedó el cuerpo ¿se dice a cuadros?  ¿cuadros de pinturas o cuadros estampados simétricos, geométricos en un tejido? Pues no; me quedé a cuadros que es como decir llena de asombro y de estupefacción...

"Pensar es dar pienso a los animales" ¡por el amor de Dios! Pareciome que eso estaba fuera de órbita. Y creo que  no tenía mucho sentido lo del escritor bloguero, porque en realidad no importa cómo suenen las palabras, esas sofisticadas, cursis...si no su significado, eso al fin y al cabo es lo que debe importarnos ¡lo que significan! y después ver si vienen "al cuento" o no...porque en realidad, y en honor a la verdad, el pequeño relato  del susodicho escritor donde apuntaba estas objeciones estaba muy por encima de estas "minucias"...que dan pie a estas disquisiciones  mías,  y yo..."arrellanada" (repanchingada)  como estoy en mi mundo rebozado de letras.

Y...

es que las palabras tienen su "poesía" según en qué contexto se escriban. Porque si es un relato erótico tirando más bien a porno, porno...puede sonar cursi repetir mucho la palabra pene, vulva, vagina, testículos...lo suyo sería decir, polla, coño. culo, cojones, que éstas sí sonarán bien en ese contexto y que se podrían poner a "tono" con el fondo...y no decir esa perla (de la concha) en vez de decir clítoris...que , por cierto, Maruja Torres, divagando con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena...sobre si clítoris o si penetración...(?) poco aportan a la mujer moderna éstas dos... por mucho que sean autoridades en lo suyo. Y que dicho sea de paso yo las admiro, pues me parecen muy buenas en lo suyo. Pero ya lo decía mi admirado Federico: "Las mujeres mismas, en el fondo de su inmensa vanidad personal, conservan siempre un menosprecio impersonal por "la mujer". Dicho queda, sin ánimo de ofender a nadie.



lunes, 8 de febrero de 2016

Niebla


Hoy está nublado. Niebla. Es uno de esos días en que como no ves bien lo que te rodea, giras  tus globos oculares dentro de las órbitas hacia dentro...vas escaneando y te imaginas por dentro..lo que eres y lo que eres por fuera. Y te das cuenta de que no sabes nada de ti. Que casi siempre estás más por aquí que por tus adentros...Es mi manera de decirlo ¡tan sencillamente!

Aunque supongo que también hay mil formas de decirlo...y podría decirlo si no sintiera lo defectivo de mi escasa intuición, o tal vez mi falta de experiencia analítica. Realmente no debería afligirme por ello pues mi vida es aún corta para tanta biblioteca. Tengo que dejar de inquietarme con la lectura; porque mientras leo un libro pienso en otro que podría estar leyendo en su lugar. Es un poco así, supongo que aprenderé a sosegarme con los años.

Hoy apenas he movido el cuerpo. Ni siquiera he salido a correr un poco....Y leer a veces me ayuda mucho. Pero salir a mover las piernas, andar y correr... es lo que facilita a las neuronas en su sinapsis. Eso al menos es lo que aseguran los expertos. Pero mi deseo más perentorio en este momento es la quietud de no pensar en nada.

Ahora, en estas horas, las más silenciosas de la mañana, lo que me apetece es no hacer nada, no pensar en nada.. Detrás de los visillos intuyo vagamente siluetas a lo lejos. Una sombra difuminada se agacha como para tomar aire, otra recoge con su guante de plástico los excrementos de su perro. Y más allá bruma y mar...apenas unos reflejos de rayos ardientes que es la maravilla entre los mortales. Un hombre lanza piedras en el mar, agitando a su perro y ambos  van corriendo por encima de sus posibilidades...


miércoles, 3 de febrero de 2016

Palabrería...


El escritor argentino, Andrés Rivera, autor de "La revolución es un sueño eterno" decía no hace mucho que: "La retórica no añade nada interesante al texto; aquello que se puede decir en dos líneas no hay que decirlo en diez". Asegura que no hay que engordar el texto con la grasa de la retórica.

¡Vaya! esto sí que es una bocanada de aire fresco...sobre todo viniendo de un autor argentino...

Pero al margen  de su obra, que no es poca, Andrés Rivera, también es un hombre de pocas palabras. Claro que el escritor acaba de cumplir  87 años...y puede que la vida le haya puesto en el punto exacto de la medida de las palabras. Viviendo se aprende.

Y...

¿Cuántas veces nos habremos preguntado si ser un hombre de pocas palabras y al mismo tiempo ser argentino son cosas compatibles?


Jorge Valdano.

He aquí el prototipo del argentino con lenguaje fluido "florido y hermoso".

Va a tener razón Valdano, decía. O más bien va a tener razón un amigo de Valdano, aquél que (según contara él mismo en cierta ocasión), le dio una vez un sabio consejo, consejo que por otra parte jamás fue capaz de cumplir: "Jorge, todos tus problemas te vienen de que repites demasiadas veces la palabra belleza. Si por cada vez que dices belleza dijeras dos veces cojones, te iría mucho mejor en la vida...".

Pero bueno...que tampoco se trata aquí de decir palabrotas...

Y termino ya con éste broche de oro de Jorge Valdano:

"También al fútbol lo atacó el bacilo de la eficacia y hay quien se atreve a preguntar para qué sirve jugar bien. Resulta tentador contar que un día osaron preguntarle a Borges para qué sirve la poesía y contestó con más preguntas: ¿Para qué sirve un amanecer? ¿Para qué sirven las caricias? ¿Para qué sirve el olor del café? Cada pregunta sonaba como una sentencia: sirve para el placer, para la emoción, para vivir".

Pues eso.