El escritor argentino, Andrés Rivera, autor de "La revolución es un sueño eterno" decía no hace mucho que: "La retórica no añade nada interesante al texto; aquello que se puede decir en dos líneas no hay que decirlo en diez". Asegura que no hay que engordar el texto con la grasa de la retórica.
¡Vaya! esto sí que es una bocanada de aire fresco...sobre todo viniendo de un autor argentino...
Pero al margen de su obra, que no es poca, Andrés Rivera, también es un hombre de pocas palabras. Claro que el escritor acaba de cumplir 87 años...y puede que la vida le haya puesto en el punto exacto de la medida de las palabras. Viviendo se aprende.
Y...
¿Cuántas veces nos habremos preguntado si ser un hombre de pocas palabras y al mismo tiempo ser argentino son cosas compatibles?
Jorge Valdano.
He aquí el prototipo del argentino con lenguaje fluido "florido y hermoso".
Va a tener razón Valdano, decía. O más bien va a tener razón un amigo de Valdano, aquél que (según contara él mismo en cierta ocasión), le dio una vez un sabio consejo, consejo que por otra parte jamás fue capaz de cumplir: "Jorge, todos tus problemas te vienen de que repites demasiadas veces la palabra belleza. Si por cada vez que dices belleza dijeras dos veces cojones, te iría mucho mejor en la vida...".
Pero bueno...que tampoco se trata aquí de decir palabrotas...
Y termino ya con éste broche de oro de Jorge Valdano:
"También al fútbol lo atacó el bacilo de la eficacia y hay quien se atreve a preguntar para qué sirve jugar bien. Resulta tentador contar que un día osaron preguntarle a Borges para qué sirve la poesía y contestó con más preguntas: ¿Para qué sirve un amanecer? ¿Para qué sirven las caricias? ¿Para qué sirve el olor del café? Cada pregunta sonaba como una sentencia: sirve para el placer, para la emoción, para vivir".
Pues eso.
Escucho a un argentino y me derrito.
ResponderEliminarSaludos
Sobre todo los que saben decirlo sintetizando...
EliminarSaludos.
Aprendimos en el cole a resumir, me parece una de las mejores cosas aprendidas, cuando se dice demasiado al ratito dejan de escucharte. Saltibrincos
ResponderEliminarEn algunos sitios hay que resumir para centrar al que te escucha. hay lugares en que se pierden las palabras...
EliminarSaltibrincos.
A veces tu mente repite y golpea en el corazón palabras y más palabras, una y otra vez… Palabras que necesitan ver la luz, que gritan desesperadas por sentirse bailar entre tus dedos y un teclado… Cuando nacen de esa ansiedad, creo que hay que dejarlas en su libertad de ser y sentir, porque precisamente son eso, un racimo de emociones y sentimientos sin normas ni medidas… Supongo que dependerá de lo que vas a transmitir. Si es una información, puedes decir quizá lo mismo en pocas palabras, sin necesidad de caer en la palabrería. Pero cuando hablamos de sentimientos…de poesía…la cosa cambia.
ResponderEliminarY desde luego, preciosa y acertadísima la respuesta de Borges…
Un placer visitarte!! Bsoss gigantes!!
A mi también me pasa, sobretodo cuando se trata de transmitir sentimientos. Yo aveces también escribo de una forma compulsiva mezclando unas cosas con otras; textos y contextos de una manera que paso de una reflexión a otra. Pero cuando se trata de escribir algo para que todos lo lean...como por ejemplo un post para este blog...tienes que fragmentar e irlos dando a pequeños sorbos...
EliminarUn beso enorme.
Pues si, es posible que lo que se puede decir en dos líneas sea más práctico, pero a mi en este caso me gusta el adorno, el detalle, la descripción, supongo que según lo que estés escribiendo o narrando.
ResponderEliminarInteresante.
Un fuerte abrazo
Sí, sí, claro, pero es que tu, Suso, tienes el don de la buena escritura, esa prosa poética llena de lirismo...te aseguro que siempre se hace corta; a mi siempre me sabe a poco...
EliminarUn beso.
Mi amiga también se derrite con argentinos...
ResponderEliminarY me temo que no será la única...
EliminarA menudo la retórica y el adorno es para uno mismo
ResponderEliminarA mí me gusta el ingenio, el adorno de las palabras con un filo refinado. Valdano me cansa aunque mejor que Mouriño, si cabe hablar de dos estilos
Besos. Goooolllllll
Jaja, en ese ámbito son muy varoniles...
EliminarSaludos cordiales.
No puedo estar más de acuerdo con la teoría de Andrés Rivera.
ResponderEliminarHay veces que es imprescindible.
EliminarHola Marián.. Andrés Ribera, tiene una frase que me gusta mucho..
ResponderEliminar¿Qué nos faltó para que la utopía venciera a la realidad? ¿Qué derrotó a la utopía?
Es la revolución de los sueños, que no llega..
Sabes una anécdota, yo tenia un comercial que era argentino, me lo mandaron de alicante, y el gerente me dijo, cógelo y enséñale a sintetizar, y ha concretar, es muy bueno, pero no termina nunca, en el mercado catalán, no lo aguantaran, allí todos vais "per feina"..je..je..
Hoy domina este mercado magníficamente.. pero no por mi, ya había madera..je.je.
Un abrazo...
En mi época de estudiante yo también fui comercial. Vendía productos farmacéuticos. La empresa me daba fichas de dentistas y dermatólogos y no sabes con los argentinos...y lo peor es que no me sabían decir que no; me hacían volver...sólo para hablar y poco para comprar. Perdía el tiempo de la manera más tonta.
EliminarUn abrazo.
Algo de síntesis le vendría bien a Tarantino que necesita 3 horas para contar una historia.
ResponderEliminarLa verdad es que era un espectáculo oir hablar a los argentinos con sus florituras y retórica en el barrio de San Telmo los domingos, cuando se baila el tango en la plaza Dorrego. Yo viví cerca casi un año.
Saludos, Chau!
Borgo.
Pero bueno, cuanto has viajado tu, eh? menuda suerte. A mi me gustaría ir a Buenos aires y darme un paseo sin prisa por esa ¿Corrientes, es? La Avenida Corrientes creo. Donde hay muchas librerías de todo tipo de libros.
ResponderEliminarLo del tango también me seduce...
Un beso.
Y...lo de Tarantino..a ese hay que echarle de comer a parte...jajaja...
Eliminares demasíao lo que se alarga con esos momentos violentos.
Hay todo un mérito en saber si ser conciso o si usar un lenguaje más florido, como vos decís.
ResponderEliminarAmbas alternativas son válidas en los dos ejemplos que mencionas.
Un abrazo.
Por supuesto, y es que cada momento tiene su afán...en cada contexto se deben saber las prioridades.
EliminarUn abrazo.
coincido con el estereotipo del argentino verborrágico, pero ahora tenemos un presidente que habla poco, mal y parece un pastor evangélico. Si me van a embaucar, que sea con alma y corazón. Somos mucho más emocionales de lo que creemos creer. Hasta la neurociencia lo está probando.
ResponderEliminarPues fíjate que ahora hasta en el Vaticano hay uno...con un discurso nuevo, y ya veremos si eficaz...Pero el Papa Francisco tiene carisma.
EliminarSaludos.