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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

lunes, 28 de abril de 2014

Ascesis…


Conoce primero la verdad y luego podrás distorsionar cuanto te plazca.
Mark Twain

“Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada”. De verdades como la que encierra esta paradoja de S. Juan de la Cruz, casi todos hacen hoy mangas y capirotes, pero en nuestra incapacidad de ir más allá del placer y de las apariencias, y así, confundiendo la felicidad con la satisfacción, todo se nos vuelve hastío y náusea.

La práctica de la ascésis enciende en el interior del hombre una extraña luz que detecta el verdadero signo que cada tendencia y movimiento humano lleva. De ese modo, el asceta distingue dónde el engaño en sus propios actos y propósitos discierne entre cansancio y pereza, entre prudencia y cobardía, entre hambre y gula, entre la verdadera necesidad y el capricho, entre las excusas para ser razonable y los motivos para ser generoso…



lunes, 21 de abril de 2014

Ni puedo ajustarme a un modelo, ni ser modelo de nadie, pero puedo, eso sí, formar mi propia vida a mi manera


Conservar la alegría por la vida

A pesar de los golpes de la vida, el rasgo más destacable de la vida de Lou Andreas-Salomé, es que fue una persona con una fuerza vital que era contagiosa. Nunca, o muy raramente, expresó remordimientos. Superaba los contratiempos, incluso cuando su salud se vio afectada obligándola a ser hospitalizada varias veces

Más difícil todavía, hizo feliz a muchos hombres famosos por su pesimismo, y eso a veces, ni tan siquiera besarlos. Nietzsche, por ejemplo, quien mantuvo una breve  relación con ella confesó: “El sueño más maravilloso de mi vida se lo debo a usted”. Se ha escrito mucho sobre el poder  de fascinación de Lou. Tal vez radique en esa formidable persuasión que tenía de hacerles olvidar el pesimismo.

Su vida estuvo marcada por una curiosidad absoluta. Fue una experta en filosofía, arte y religión, tanto oriental como occidental. Se estudió a sí misma e investigó la figura de la mujer en su época, ofreciendo con ello, a través de su obra, una aportación muy original de los valores culturales en los que estaba inmersa la intelectualidad europea.

Lou fue siempre objeto de ataques, tanto por su condición de mujer liberada como por sus antepasados judíos. Se le reprochaba, además, haber rechazado a Nietzsche, el filósofo alemán más importante de su época. El mismo Freud escribió a Lou: “A menudo me irritaba cuando oía mencionar sus relaciones con Nietzsche en un sentido manifiestamente hostil hacia usted. ¿Acaso no va a defenderse, por fin, de la manera más digna?”. Nunca lo hizo, pero al no hacerlo, tal vez se defendió justamente de la manera más digna.

Lou nació el mismo día que Rusia abolió oficialmente la esclavitud:  el 16 de febrero de 1861. Bajo tan flamante signo del destino, Lou se enfrentó a su ambiente familiar tanto como al social, y no cejó nunca de luchar por su propia identidad. Estudió en la Universidad de Zúrich (Suiza), una de las primeras que comenzó a admitir mujeres. Estuvo en contacto con los protagonistas de la vanguardia artística e intelectual del momento. Escribió críticas teatrales, novelas y ensayos y sus ideas causaron conmoción entre sus contemporáneos. Como un arma de doble filo, el gran drama de Lou era el gran poder de seducción que ejerció sobre hombres ilustres de su época. A consecuencia de ese poder, la vida amorosa ha eclipsado a la persona y su obra.



martes, 15 de abril de 2014

El Santo Grial (La verdadera historia)


Capítulo I

Los discípulos de Jesús estaban preguntándose que donde tendrían que celebrar la Fiesta de los panes, aquella fiesta que desde muy antiguo se celebraba en Jerusalén. Y el primer día de la fiesta se acercaron a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de la Pascua? La Pascua era la conmemoración de la salida de Egipto de los israelitas y la conmemoraban con la Cena de los panes ácimos y el cordero. Y Jesús les dijo: “Id a la ciudad, a la casa de Fulano y decidle: el Maestro quiere celebrar la cena de la Pascua con sus discípulos”. Y los discípulos fueron a la casa de éste hombre y empezaron los preparativos de la cena.

Y cuando llegó la hora, Jesús, viendo que sus discípulos no estaban higiénicamente correctos para la ocasión, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó. Luego echó agua en un barreño y comenzó a lavar los pies a sus discípulos. Y dado que aquello era un habitáculo cerrado y con apenas un ventanuco, el ambiente había empezado a  resultar no precisamente agradable, así que, entró una mujer con un vaso de alabastro con un perfume muy caro, y ante la disyuntiva de perfumar el ambiente o darle muestras de preferencia a Jesús, acercándose a él lo derramó sobre su cabeza. Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron : “¿a qué viene este derroche?  Este perfume se pudo vender  a gran precio y dárselo a los pobres“. Pero Jesús sabía muy bien a qué venía aquel enfado… todos estaban un poco tensos recelando unos de otros… algunos sentían celos de la mujer del perfume ¡aquella mujer! Así que entre la indirecta de los pies y la irrupción de la mujer… la cosa es que el ambiente empezó a enrarecerse… más aún de lo que ya estaba. 

Pedro, que para entonces ya había dado muestras de su carácter irascible, empezó a blandir la espada en plan amenazante. El joven Juan se echó a llorar con un llanto ambiguo,  muy parecido al de la mujer, que también lloraba.

Y Judas,  que en los últimos días había dado muestras de comportamiento extraño, se acercó a Jesús y le murmuró algo al oído. Después alzando la voz dijo: “Alguien de los aquí presentes te traicionará…”

La mujer, presa de un ataque de nervios al ver llorar a Juan,  al ver la espada de Pedro zigzagueando en el aire, y el cuchicheo de Judas, no pudo más. Y sin poderse controlar, empezó a dar manotazos sobre la mesa tirando el recipiente de la carne, derramando la grasa sobre la mesa empapando los panes. Derramó todo el vino de los vasos, que eran de fina arcilla, menos el de Jesús, que había sido elaborado con algo más de refinamiento y estaba recubierto por una fina capa lacada procedente de la China.

Cayó al suelo el vaso de Jesús haciéndose mil pedazos y el pan y la grasa y los vasos todos y el recipiente de fino alabastro. Todo quedó desparramado por el suelo. Los nervios de todos se desataron y Jesús mirando al cielo acariciaba la cabeza de Juan. La mujer cayó desmayada a los pies de la mesa. Cuando volvió en sí, aprovechando un rayo de lucidez, fue recogiendo todos los trocitos que encontró, teniendo mayor interés por los del vaso de Jesús. Lo envolvió todo en un paño y se fue.

Capitulo II


Magdalena va a la casa de José de Arimatea


--Mujer, poco valor tiene esto que me traes.
--Señor, no es el valor material. Mi deseo es que un orfebre con su talento pueda reconstruir algo que para mi tiene un valor sentimental.
--Veamos, mujer, ya sabes que en este mundo todo tiene un precio… ¿no es cierto? Quizás podamos llegar a un acuerdo…

La mujer besó la mano del rico opulento con un gesto de sumisión y agradecimiento, no obstante se alejó de cara a la puerta de salida. Lo hizo con toda intención porque sabía de antemano que aquel rico opulento gustaba de la “retaguardia” de las mujeres…

Volvió la mujer a los pocos días y José de Arimatea le entregó un pequeño cofrecito perfumado y dentro encontró una pequeña joya elaborada con algunos resto del vaso de Jesús.
--¿Ves esa muesca, mujer? Pues ahí es donde tu amado Jesús posó los labios tantas veces.
Y la mujer llena de gozo volvió a besar sus manos..
--Vuestra sierva, señor, queda a vuestra disposición feliz y contenta.
Más contento no obstante, quedó aquel hombre rico llamado José de Arimatea, que había pedido el cuerpo yacente de Jesús a Pilatos y éste sin poner ningún impedimento mando que se lo dieran. Y él junto con otro miembro del Sanedrín llamado Nicodemo, tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolviero en una sábana limpia y lo depositó en su propio sepulcro nuevo. Pero más tarde, cuando la mujer, la Magdalena, se presentó para ver el cuerpo de Jesús, éste había desaparecido misteriosamente….

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Más tarde cuenta la leyenda que José de Arimatea se presentó en Egipto con un baúl lleno de objetos de oro y piedras preciosas, y entre ellos un objeto realmente exótico que llevaba incrustadas  las huellas de unas manos que el mercader aseguraba que eran las manos del  Crucificado, que había sido clavado al madero, no por las palmas de las manos sino por las muñecas para una sujeción sin desgarros, pero mucho más dolorosa…las adornó además con diversa piedras preciosas.

Vendió en Egipto los objetos a muy buen precio y  la Santa Sábana donde había quedado estampada la cara de Jesús, poniéndola a subasta sacó una sustanciosa cantidad. Y aprovechando el momento de sugestión y con gran habilidad vendió la Copa con los anagramas de Jesús el  Nazareno, como si fuera La Joya de la Corona.

EPÍLOGO

Algún tiempo después. En otro lado del mundo, apareció una hermosa copa a la que llamaban “Santo Grial”. Se la regalaron al Rey Arturo como uno de los presentes que sus amigos solían ofrecerle.


Una tarde de verano, después de un aguacero, a través de una de las vidrieras del salón de La Tabla Redonda, la copa quedó atrapada por los colores del arco Iris. 


Y cuentan que Iris, mensajera celeste, hija de Taumante y Electra. Nieta del Océano se enamoró de la copa y la hizo mágica…

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Semana de Pasión


Semana de pasión…
Folclore y colorido…
Arsa a la farsa...


miércoles, 9 de abril de 2014

Digresión


Se pone algo pesado mi amigo el economista. Últimamente se está disparando con una verborrea preocupante ¿Para qué me lo cuentas a mi si sabes que yo nunca voy a llegar a comprender ese mundo? Bueno, sí, pero al menos déjame que me entrene…

Mi querido amigo ha enviado su curriculum a unos cuantos medios de comunicación. Me ha confesado, y ésta es la parte más ridícula del asunto, que él también quiere explicarlo ante una pizarra gigante para que todos lo entiendan.

Pero yo le corto el rollo.
Se llama digresión al efecto que provoca el romper el discurso con un comentario que no tiene relación con lo que se trata de explicar. Intencionadamente puedo introducir una digresión en medio de una explicación para motivar una desviación al margen del discurso. Pero mi amigo erre que erre… sigue con su estudio sobre el capitalismo…

Y para abrir boca me suelta que el capitalismo actual es “capitalismo de ficción”. Y me rindo, pues llego a la conclusión de que es mejor que me lo explique. Y me lo agradece con una amplia sonrisa…
¡Gracias Marián!

Comienza haciendo una descripción somera del mundo y canaliza  el nuevo capitalismo que nos invade en tres etapas:El capitalismo de producción en el periodo desde finales  del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. A continuación el capitalismo de consumo, desde la Segunda Guerra mundial hasta la caída del Muro de Berlín, y finalmente el capitalismo de ficción, surgido a comienzos de los años noventa del siglo XX. Los dos primeros capitalismos se ocupan de los bienes y el bienestar y el tercero se encarga de las sensaciones. Es decir; un mundo nuevo virtual creado alrededor de todas nuestras necesidades. Pero necesidades sólo en apariencia: un capitalismo de ficción, dentro de una esfera donde la representación ha ganado la batalla, y lo real se convalida por la realidad del espectáculo.

Y la verdad es que lo que me cuenta mi amigo tiene sentido. Ahora ya sólo le falta conseguir un contrato para salir en un programa televisivo y contarlo… no tan sucintamente como me lo ha contado a mi, si no con todo lujo de detalles. Porque lo que él anda buscando no es una colaboración, no, no, él quiere un contrato fijo…
--Mucho optimismo derrochas,  querido amigo. 
--Pues sí, porque creo que voy a tener un gran éxito.
--¿Estás seguro, a pesar de la jeta que tienes?
--Déjate de chorraditas, niña. En menos de treinta segundos se olvidarán de mi aspecto. Porque a todos nos encanta escuchar con palabras sensatas ese mal del consumismo que nos tiene atrapados y que sólo enriquece a unos cuantos sátrapas mientras que todos los demás vivimos en un mundo de esclavos…
--¿Ha llegado el momento Matrix?
--Pues no falta mucho para eso. Tú ríete.
--No, si no me río, yo sé que las cosas está llegando a un punto en que perderemos nuestros instintos naturales y confiaremos más y más en las máquinas….pero…
--¿Pero? Pues a ese “pero” me refiero. La gente está dormida y hay que darle un “meneito”. Y no te digo “patearles la cara” porque hay gente que se pone muy susceptible y no sabe captar una metáfora.
--Ya, y decirlo… y decirlo con claridad meridiana ¿va a solucionar el problema? Sólo con conocer los síntomas de una enfermedad, eso por sí solo ¿arreglará nuestros males?
--No te enteras de nada. Te lo he dicho mil veces… te lanzas sin saber qué es lo que quiero explicar. Y por favor ten un poco más de respeto a tus mayores.
--Vale, vale, perdona.
Jajajajaja
(la risa es de ambos)

--Y ahora, pon mucha atención a este vídeo.



miércoles, 2 de abril de 2014

Un año más…


…y aquí seguimos, jugando a ser personas mayores… manoseando el mimetismo con vosotros, aprendiendo de vuestros conocimientos que tan generosamente dejáis en vuestras visitas, GRACIAS, por estar ahí siempre. Y GRACIAS también a los que se asoman a leer mis creaciones en silencio, que yo sé que sois muchos. Cuatro añitos ya ¡quien me lo iba a decir! A mi, que me canso pronto de todo… y sin embargo he descubierto que un blog es como una terapia; como un provocador de catarsis.  Una experiencia que hasta el día de hoy me resulta atractiva… será por vuestra compañía, así  que UN MILLÓN DE GRACIAS.