En el mundo de los escritores se cuenta una historia que nadie sabe si fue real o es leyenda. Tampoco se sabe a ciencia cierta quién es el primero que la promulgó. Es un relato muy bello que casi siempre es oral.
Dice la leyenda que un año antes de su muerte, Franz Kafka conoció en un parque a una niña que lloraba desconsoladamente porque había perdido su muñeca. Conmovido por el llanto de la niña, Kafka se presentó a ésta como un “cartero de muñecas” y para consolarla se inventó la historia de que la muñeca se había ido de viaje y que él recibiría las cartas que tenía que entregar a la niña. La niña quedó fascinada con la historia y de las lágrimas pasó a un gran contento. Kafka ante la exagerada alegría de la niña, se comprometió a entregarle las cartas que la muñeca le enviaría. Y durante tres semanas, cada día, se dedicó el escritor a escribir las cartas de la muñeca.
Sea o no sea real la historia es preciosa. Y aunque dicen que nunca ha podido ser demostrada con documentos, es digna de Kafka (?)… un cuento con un fondo idealista… como un divertimento, tal vez para aligerar sus cuestiones existenciales internas; esos monstruos que siempre le acecharon… quizás una “metamorfosis” que al final lo redimiera, pues esta historia aseguran que la vivió poco antes de su muerte.
Franz a los 5 años (1888)
No conocía esa historia.
ResponderEliminarMe ha emocionado... y me da igual que no sea cierta.
La magia me ha besado.
Gracias.
La historia es preciosa, nos presenta a un candoroso Kafka, muy tierno, y el hecho de que sea algo inventado por alguien...eso ya queda en segundo plano.
EliminarUn beso.
Hay gran delicadeza en las palabras
ResponderEliminarCierto es que las muñecas al final son abandonadas por las niñas cuando se convierten en adolescentes
¿Quien escribe cartas a las muñecas olvidadas? ¿Hay un lugar donde descansan olvidadas?
Besos
Pues yo te diré que aún tengo las muñecas que me regaló mi abuela. Cierto es que ahora ya las contemplo como reliquias pero quizás con el tiempo tengan más valor y alguien puede que las herede cuando yo ya no esté.
Eliminar...y escribir cartas a muñecas olvidadas...quizás a algún escritor se le ocurra algo sobre el tema. Piénsalo tú, guapetón.
Besos.
Mis nietos tienen todos un peluche KikoNico, suave y amoroso, tiene la cabeza desproporcionada, y varios remiendos. Y sobre todo una historia muy parecida, con carta incluida. Puede que su historia provenga de la de Kafka. Por si sientes curiosidad o tienes que hacer un regalo https://www.imaginarium.es/peluche-kiconico-kiconico-47472.htm. Abrazos
ResponderEliminarEster, he estado mirando y el juguete es muy bonito, además ya he visto que se ha creado una historia para crear fondos...buena idea.
EliminarAbracito.
Me gusta eso de cartero de muñecas, ¿donde se oposita para el puesto?
ResponderEliminarNo estaría mal eso, hablar con niñas que pierden muñecas, jaja, hacer la vida divertida a los niños evitaría que luego de mayores algunos no tuvieran tan mala leche, jajaja.
EliminarSea o no ver, es muy tierno. Kafka puede que fuera un tanto especial, pero con la nena de la leyenda tuvo mucho cuidado para impostar a una muñeca viajera que escribía cartas a "su" niña.
ResponderEliminarMuy buena entrada. Un abrazo
La historia es muy tierna, y nos emociona más por venir de un escritor con fama de raro e incomprendido. Sea como sea, y quien la creó tuvo buenas intenciones.
EliminarAbracito.
Hola Marián Que bonita historia, eso dice mucho de la grandeza de loas/as personas que son capaces de inventar o diría imaginar historias para hacer feliz a un niño..
ResponderEliminarUn abrazo.
La historia es muy bella, y más por eso que dices tú, porque hace feliz a una niña.
EliminarHacer felices a los niños sería lo mejor para todos. Luego no pasarían las cosas que pasan por culpa de ese desamor hacia ellos.
Un abrazo
Qué bonita historia, mi querida Marián. La desconocía. Gracias.
ResponderEliminarMil besitos y feliz finde ♥
La historia es muy bonita, Seguro que se la inventó alguien que le tenía afecto a Kafka.
EliminarBesos. Auro.
Toda una historia, ya sea real. O que alguien haya tenido el mérito de imaginarla.
ResponderEliminarBesos.
Pues es cierto que la historia si no la vivió Kafka, el que se la inventó no le faltó imaginación.
EliminarBesos.
Bien kafkiano todo. ¿Cuándo recibirá la última carta la niña? ¿A la muerte de la muñeca, del cartero o de ella misma?
ResponderEliminarSaludos,
J.
¡Madre mía! Pues a posteriori la muerte rondaba sobrevolando sobre la historia, qué cosas.
EliminarSaludos.
Una historia preciosa.
ResponderEliminarAsí tenían que ser todas las historias de niños...
EliminarUn beso, Tracy.