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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

martes, 5 de marzo de 2019

Lou Andreas-Salomé


Mujer, rusa (1861-1937), escritora, con inclinaciones liberales. Amiga, crítica y consejera en trabajos literarios de Friedrich Nietzsche. Amiga cercana, no su pareja, pues finalmente se unió a Paul Rée, amigo común y de quien ambos eran compañeros en el trabajo intelectual. Fue discípula y colaboradora del círculo más estrecho de Sigmund Freud y, gracias a su magnetismo y belleza, compañía espiritual de artistas y escritores (hombres y algunas mujeres) de finales del siglo xix y principios del XX.

En septiembre de 1880 Lou viajó con su madre a Zúrich con el fin de inscribirse para estudiar en la universidad. Suiza era en esa época el único país de habla germana donde las mujeres tenían permiso para cursar una carrera universitaria sin restricciones. Aunque la madre de Lou no veía con buenos ojos estos planes de su hija, tuvo que ceder finalmente al profundo deseo de Lou de estudiar. El viaje también lo hicieron para beneficiar la salud física de la joven, quien en aquel tiempo tosía sangre.

Su madre la llevó a Roma cuando ella tenía 21 años. En un salón literario de la ciudad, Salomé conoció a Paul Rée, un escritor y jugador compulsivo, a quien le propuso vivir en una comuna estudiantil. Después de dos meses, Salomé lo persuadió de aceptarla como compañera. El 13 de mayo de 1882, Salomé había hecho lo mismo con el amigo de Rée, Friedrich Nietzsche (más tarde, en 1894, escribiría un controvertido estudio, Friedrich Nietzsche in seinen Werke, acerca de la personalidad y filosofía de Nietzsche).

Los tres viajaron a través de Italia, y decidieron que debían establecer su comuna Winterplan. Cuando llegaron a Leipzig, Alemania, en octubre, Salomé y Rée se separaron de Nietzsche, después de un problema entre Nietzsche y Salomé, en el cual Nietzsche, sorprendentemente, le propuso matrimonio al creer haber encontrado en Lou a la única mujer que sería capaz de entenderlo. Ella no lo aceptó y a cambio propuso a ambos hombres enamorados unirse en una triada de producción y trabajo intelectual. Una foto en la que aparecen los tres, con Lou conduciendo el carro, vino a ser una alegoría de este pacto.


Según investigaciones de la historia del psicoanálisis, Nietzsche habría incluido en Zaratustra a propósito de este asunto (y precisamente de esta foto que causó gran escándalo) la frase «¿Vas con mujeres? No olvides el látigo».

Salomé y Rée viajaron a Berlín y vivieron juntos hasta unos años antes de su matrimonio célibe con el profesor de lingüística Carl Friedrich Andreas. A pesar de su oposición al matrimonio y de sus relaciones abiertas con muchos otros hombres, Salomé y Andreas permanecieron casados desde 1887 hasta la muerte de Andreas en 1930.

Los problemas causados por la convivencia de Salomé con Andreas hicieron que el endeudado Rée desapareciera de su vida, a pesar de la seguridad que ella le brindaba.

Salomé fue una escritora prolífica, y escribió varias novelas, obras y ensayos poco conocidos; fue también una creativa feminista. A través de su vida de casada, se comprometió en romances y/o intercambio de correspondencia con el periodista alemán Georg Lebedour, el poeta austro-húngaro Rainer Maria Rilke, y los psicoanalistas Sigmund Freud y Viktor Tausk, entre otros. Da cuenta de muchos de ellos en su libro Lebensrückblick.


12 comentarios:

  1. Por la foto, el látigo y eso se ve una mujer muy maja.

    Besos.

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    1. No se le puede negar que sabía lo que se traía entre manos...
      jajaja.

      Besos.

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  2. no tengo el gusto

    curiosas las fotos

    besos

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    1. Ya sabes, el sexo débil, es una leyenda urbana...siempre que no te coja a traición algún desalmado.

      Besos.

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  3. Un mujer ejemplo, sin aspavientos y viviendo su vida sin pedir permisos (salvo la etapa de la madre). La libertad es tarea nuestra, la independencia se consigue trabajando. No la conocía aunque haya leído su nombre en algún lugar. Abrazucos

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    1. Tenía inteligencia y supo usarla, a veces saber con quienes tratas es muy útil.
      Abrazucos.

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    1. Y como debe ser; cada uno a su aire, que de lo suyo gasta.

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  5. El precio de la libertad ni siempre es cuantificable. Mujeres valientes.

    Un abrazo

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    1. Vivió su vida como ella quería. Siempre hizo lo que quiso.

      Un abrazo.

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  6. Recuerdo entradas anteriores que escribiste sobre el filósofo, Lou. Me parece muy bien una nueva entrada sobre ella, una mujer excepcional. Capaz de vencer a los prejuicios de la época, que tal vez sean un poco actuales.

    Me gustó el video que incluiste. Gran versión de un tema de Queen.

    Besos.

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    1. Es cierto, hay por aquí mucho de Nietzsche y casi nada de está mujer que quizás contribuyó a terminar de dejarle más loco aún al querido filósofo. Lo cierto que ante ella perdía todos sus defensas...jaja, pues por dos veces le declaró su amor y otras tantas lo rechazó ella...

      Sí esa música. Una versión muy extravagante dentro de esa música que ya no se puede poner más al límite...

      Besos.

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Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior. Goethe.