En el laboratorio todos estaban expectantes.
Había llegado el momento de sacar a la luz su gran creación. Y como un nuevo Frankenstein, el robot permanecía frente a ellos...con su aspecto casi humano. Sólo se le resistía un pequeño detalle; que la nueva creación se movía por impulsos eléctricos del generador de su cerebro, osea, que podía repeler los obstáculos sin dificultad aunque no tenía ojos, es decir, ojos que vieran.
Resulta que el científico se había saltado todos los prototipos...La descripción cuantitativa del movimiento del ojo humano, precisaba poder resolver la distancia recorrida por un cuerpo en un determinado tiempo, la velocidad instantánea, la aceleración y la vinculación entre tales magnitudes. Tangentes y normales a las curvas que aparecían en otras partes de la física. El paso de la luz a un nervio óptico artificial con una lente (cristalino) para atravesar la luz de la pupila, regulada por el iris. Todo eso que requiere el ojo de los mortales...
Pero como sucede algunas veces, la ciencia de pronto da un salto cuantitativo llenando de asombro a los hombres que la dominan...
Así que...
Habían creado a un fuera de serie; un ser artificial con todas las cualidades de un ser humano. Y a éste cíborg, por sus grandes habilidades, lo convirtieron en el mejor de los detectives de la zona. Sabía buscar a los delincuentes con gran precisión y sin errores. Los podía encontrar allí donde estuvieran.
Sus búsquedas eran ya éxitos por anticipado, y su fama se corrió como la pólvora, como suele perseguir la luz de la gloria a los mitos. Algo que los convierte en seres casi divinos con una conexión invisible con la religión.
Pero esta tarde de primavera...
Todos los ojos están observando con creciente asombro el espectáculo que les ofrece este momento tan inesperado. Algunos sin parpadear, otros abiertos desmesuradamente y otros tapados por los dedos de las dos manos.
El mejor detective de la ciudad se encuentra ahora mismo al borde de la muerte... está sobre un abismo en el extremo de una cuerda en llamas que cuelga de un helicóptero. Toda esa gente que está ahí como espectadores, lo que desean fervientemente es que el héroe se salve; que llegue una solución tangible a su problema...que lo saquen de ahí sea como sea.
Manuel Lapiedra, sigue apuntando sus anotaciones, como siempre hace en esa libreta que siempre lleva encima. Mirando hacia el cielo de vez en cuando sigue escribiendo sus notas...apuntes sobre la fuerza de la gravedad y los efectos fisiológicos de un impacto a alta velocidad. Como buen matemático hace sus derivaciones sobre los números y las ecuaciones...Para algunos de sus colegas querer interpretar lo que hay en esa libreta puede ser un problema añadido, pues para entender muchas de sus ecuaciones hay que saber topología tridimensional, relatividad, cosmología y una docena de otras áreas de las matemáticas puras y la física matemática. Sería un empeño largo y difícil, con muchas trampas para el profano.
Pero lo esencial en este momento; lo que de verdad preocupa a todo ese público asombrado, lo que desean fervientemente es la vida de ese hombre y que alguien venga a salvarlo. Porque ahora lo de menos son los efectos que los técnicos esperan. Esa gente lo que desea es que el héroe se salve...
Momentos de desconcierto...
¡¡Ohh!!...
La cuerda cede en tres partes y el héroe cae vertiginosamente al fondo del abismo.
El cielo se llena de otros helicópteros, pero ya es demasiado tarde.
El cuerpo se ha precipitado al vacío y el estrepitoso choque contra las rocas los ha dejado a todos congelados por la estupefacción contemplando el gran impacto. Todo está ahora en aquel amasijo de piezas en que se ha convertido el héroe, ahora es un rompecabezas cuyas piezas está descolocadas...El robot ha fenecido en el fondo del abismo y nada más se puede hacer...
Habían creado una máquina perfecta, superior al hombre, eso pensaron...el robot era el sumun de la perfección, se le habían integrado todos los avances técnicos...creando un ente, un ciborg "sintiente", es decir; que podía sentir, incluso emocionarse...podía sentir la sensación de calor o frío. Incluso podía comprender su situación peligrosamente eminente. Era un robot perfecto; tan humanoide que pudo percatarse del peligro en el que se encontraba...tan sólo una cosa no sabía: ¡que iba a morir! En eso sí que era distinto a cualquiera de nosotros: un robot andando por la cuerda floja de la vida, engañado... pensando en su libre albedrío... tal cual como nosotros los humanos de verdad...pero sin tener conciencia de su fecha de caducidad...
Y no, no era inmortal...
No es su culpa, el es el primero, el primer prototipo y no ha tenido tiempo de "procrear" un robot como el pero menos perfecto, conocer la fecha de caducidad es muy peligroso. Un abrazo para tu imaginación y otro para ti
ResponderEliminarJaja, "procrearse" dices tú. En la película Blade Runner 2049 ya se plntea esa posibilidad, y es que como la imaginación del ser humano no tiene límites...un tal K, un Blade Runner, ya anda investigado la posibilidad de que una replicante del pasado haya quedado embarazada. Parece ser que todo eso lo asocian con el prota de la primera peli, y la chica, claro, es Rachael. Pero bueno a mi ésta segunda peli no me gustó mucho, sobre todo porque la encuentro poco ambientada...muy fría...muy solitarios los veo yo a los personajes principales. A pesar de que el prota vive con una novia virtual que adopta varios papeles a gusto del consumidor; su novio. No sé, a pesar de todo esto no puedo decir que me gustó. Prefiero la primera, la encontré mucho más "real" jaja. Más romántica, para decirlo claro.
EliminarDe todos modos, si empezamos a pensar que los robots empiecen a multiplicarse por su cuenta...la cosa bajo mi punto de vista pierde mucho interés, porque entonces habrá que crear dioses... y eso de volver a las democracias, o lo que es peor, a las teocracias, para ese viaje mejor nos quedamos como estamos, jaja.
Y sí, Ester, que lo mejor que tenemos es la imaginación.
Abrazitos.
No he visto la película. El cine es mi incultura mas oscarizada
EliminarJa, ja, ja, muy bueno lo tuyo, pero seguro que ves más películas de las que dices.
Eliminarsaltos y brincos.
Un buen relato de ciencia ficción, con algo de policial.
ResponderEliminarTal vez era perfecto pero eligió una profesión riesgosa. Al menos hizo méritos para ser considerado un héroe.
Besos.
A los robots hay que ponerlos en situaciones difíciles, hay que probarlos para ver hasta donde llegan sus límites, ya sabes, los hay que ir perfeccionando, casi, casi, como a los humanos, aunque nosotros siempre tropezamos con la misma piedra, jaja.
EliminarBesos.
La ciencia ficción se nos escapa de las manos
ResponderEliminarCuando la robótica nos conceda el placer que el día a día nos rechaza
Besos
Eso es un estimulante a la imaginación...son tantas posibilidades las que tenemos...ya ves que la ciencia se aprovecha de ello. Llegará el día que seremos algo parecido a los mulatos...por poner un símil.
EliminarBesos.
Estamos en puertas de que los robots tengan un protagonismo real. Es preocupante, pero un robot nunca tendrá imaginación, o amor.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya está más que demostrado que todo se nos puede trasplantar, menos el cerebro...eso es algo tan personal que no lo puede llevar nadie más que nosotros...pero... lo de hacer réplicas...quien sabe...
EliminarUn abrazo.
El mundo de los robots llama a la puerta.
ResponderEliminarPues abramos las puertas; tengamos la mente abierta.
EliminarQué escrito tan original.....
ResponderEliminarBesos.
Ah, muchas gracias, me alegro que te haya gustado.
EliminarBesos.