...Y vió la imagen de su cuerpo desnudo como una fotografía borrosa frente al espejo de su abuela. Salía de un baño caliente en la primavera temprana de sus catorce años. Miraba su imagen... como si nunca hubiera visto su cuerpo desnudo... lentamente se iba desperezando, estirando su cuerpo, admirándose de sus curvas... Descubrió su sexo abierto, suave...sus labios hinchados...y una sensación inaudita que gobernaba su mano, que le obligaba a acariciarse, hacer círculos, redondear, apretar...y otra vez acariciar y luego hundir, luego entrar...enterrar y gemir. Fue instintivo gemir, no supo por qué pero el cuerpo le pedía gemir mientras su mano deshacía virtudes y su sexo inexperto sentía como un río desbocado ganaba fuerza y quisiera estallar entre sus piernas... abriendo con sus aguas embrujadas la puerta de su sexo palpitando de placer...
Y...
no tardó en estallar brutal un grito que la despertó en plena noche...mientras mil latidos de su agitado corazón la hicieron creer que estaba muriendo de placer...
El título representa muy bien ese trance... sientes toda la vida para acabar muriendo (de placer)
ResponderEliminarMe ha encantado leerte, mi querida Marián.
Mil besitos para tu finde ♥
Despertar a la vida con todo su esplendor...tantas cosas por descubrir...
EliminarMe encanta que te encante.
Milbesitos, Auro.
El recuerdo nunca se va
ResponderEliminarQue va
Vuelve, y vuelve, y vuelve
Besos
Siempre la primera vez es un descubrimiento...a veces algo divino el conocimiento de nuestro cuerpo...
EliminarBesos.
Un sueño tan real que el placer sentido ahoga la respiración, podríamos girar el título y decir que la muerte por placer te devuelve a la vida. Precioso texto y genial final. Abrazucos
ResponderEliminarA veces un sueño te despierta del todo...esas cosas del cuerpo, que estando en reposo se alborota, jaja.
EliminarUn placer que te haya gustado. Abrazuco.
Al inquieto ritmo de sus juveniles dedos, ella fue descubriendo ese placer distinto que la obligaba sin pretenderlo a dejar escapar dulces gemidos que despedían su inocencia.
ResponderEliminarAutora, en breves renglones con diáfana sencillez y pulcro argumento, creaste una obra completa donde personaje, ambiente, instante, atmósfera y desenlace encajaron en perfecta armonía. Y le agregaste además esa mágica virtud que te hace distinta, la de abrir con sutileza y elegancia las puertas de la imaginación de tus lectores y llevarnos de la mano (con tu obra) a este instante placentero de deliciosa inquietud.
Marián, hay momentos en que leerte puede convertirme (lo digo con todo respeto) en un voyerista de tus exquisitas letras (y no me arrepiento de ello).
Juan Carlos, es la magia de ese primer momento despertando a la vida...la puerta abierta a esa senda de los placeres del cuerpo, que luego vas descubriendo...donde las sensaciones se disparan...también con cosas intangibles, como unas palabras dichas en su momento, o una mirada que te enardece...
EliminarY el hecho de que te haya complacido leerlo, eso ya es una delicia también para mi; porque tus comentarios también son fuente de placer...sólo por eso ya está más que justificado este pequeño apunte...de un recuerdo que nunca se desvanece...
Juan Carlos un infinito placer leer siempre tus deliciosos comentarios.
Un beso enorme.
Siempre hay muertes que valen la pena ser disfrutadas, mientras que otras caerán, irremediablemente, en el olvido.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Siempre que sea la petite mort, bienvenida sea...
EliminarSaludos.
Un sueño que te hace despertar así, es una maravilla de sueño. Los orgasmos, esas pequeñas muertes, en vivo o en sueños, nos hacen florecer
ResponderEliminarUn abrazo
Sensaciones sublimes que son lo mejor de la vida...
EliminarAbracito.
una vez descubierto al placer y como lograrlo, ni se olvida ni se abandona.
ResponderEliminarMe ha gustado c omo lo cuentas.
Y no sólo descubrirlo, si no saber cómo encontrarlo...
EliminarQué curioso me parece que la metáfora
ResponderEliminarqué concurre de pronto
cuando el orgasmo abraza,
sea casi siempre el agua
qué desborda e inunda
y nos licua.
Bss precioso texto.
El fuego y el agua...
Eliminarque parece un oxímoron
pero que no lo es en absoluto...
Besos. Y muchas gracias.
Un despertar a la vida tras esa pequeña gran muerte.
ResponderEliminarBesos.
Despertando a la vida buscando morir de ese modo...
EliminarUn beso.
Morir de placer para vivir un momento intenso. Lo que parece contradictorio, en realidad, se parece mucho.
ResponderEliminarBien contado. Y bien ilustrado.
Me encanta que te haya gustado, Demi.
EliminarBesos.