¡Ay, esa contemplación: mi autocontemplación!
Ese EGO. Yo, Mi ser, Mi alma, Mi psique...
El ojo se desborda. Me fascina y me mira en el espejo. Es ese abismo que asciende y se derrama como una leyenda recreada... La mirada entra en el interior del ojo y se interna en la pupila...entonces recuerdo lo que me cuenta el experto. Me dice que sólo los humanos somos capaces de reconocernos ante un espejo. Últimamente han descubierto que también algunos primates dan muestras de reconocerse al mirarse en un espejo. Pero éstos, al contrario de nosotros, pronto se desentiende del tema y se larga a otra cosa, mariposa.
Pero ¡Ay! nosotros los humanos, con esa curiosidad que nos inculcaron los dioses... ante un espejo podemos estar contemplándonos, para bien o para mal, hasta llegar a hacer un estudio de nuestros actos. En las antiguas mitologías se dice que nuestros primeros padres no tenían ombligo; algo axiomático si te hace un dios de un muñequito de barro. Pero nosotros tenemos ombligo. Lo normal con arreglo a nuestra biología.Y hemos degenerado tanto que hemos desarrollado esa anomalía a la que algunos llaman "ombliguismo", que según los que saben, dicen que es sinónimo de egocentrismo. Y en referencia a la estética también podría ser sinónimo de narcisismo con arreglo a los cánones sapienciales.
Y...
A mi me gusta y me encanta esa excesiva admiración que alguien siente por sí mismo. Ya que bajo mi humilde punto de vista, eso es mil veces mejor que menospreciarse uno mismo. "La autoestima no es tan vil pecado como la desestimación de uno mismo.” William Shakespeare.