John Rogers Searle (Denver, Colorado, 31 de julio de 1932) es profesor de filosofía en la Universidad de California, Berkeley, y es célebre por sus contribuciones a la filosofía del lenguaje, a la filosofía de la mente y de la conciencia, a las características de las realidades sociales frente a las realidades físicas, y al razonamiento práctico. Ha hecho muchas contribuciones relevantes a la filosofía del lenguaje y de la consciencia, pero uno de sus "experimentos mentales" se ha convertido en un capítulo obligado en cualquier libro de lingüística o neurobilogía.
Es "la habitación china".
Una persona está encerrada en una habitación y de vez en cuando recibe por debajo de la puerta un ideograma chino. No sabe chino, pero ha sido adiestrada para clasificar los ideogramas según algún criterio, como... "ser un verbo", y devolver por debajo de la puerta el resultado de su análisis sintáctico.
Searle pretende demostrar que los ordenadores- que funcionan como su "habitación china"- no poseen nada parecido a un "entendimiento" del lenguaje. Pueden ser adiestrados para procesar textos en chino, pero no "saben" chino.
Buena parte de la investigación actual en ciencias de la computación se puede entender como un intento de refutar esta "habitación china"- diseñando programas que aprenden a leer en algún sentido no trivial, y los neurocientíficos persiguen un objetivo similar desde el lado opuesto: porque cada pedazo de nuestro cerebro funciona como la "habitación china", pero el cerebro en conjunto sí entiende el mensaje, como es obvio.
Francis Crick, codescubridor de la doble hélice del ADN, comentó poco antes de morir: "Lo que significa la "habitación china" de Searle es que, si tienes un sistema que sólo puede manejar la sintaxis, entonces no puedes manejar la semántica. Dicho esto, dicho todo".
Pero no todo está dicho, y todas estas cuestiones candentes, y muchas más relacionadas con la inteligencia artificial; la robótica y la nueva sociedad en red que ha creado Internet, serán discutidas a fondo por decenas de conferenciantes de primera línea.
el cerebro es una super computadora , y como tal es susceptible de ser programada
ResponderEliminarbuena semana
Por supuesto que sí. Además el cerebro es uno de los órganos más manipulables.
EliminarBuena semana para ti también.
El simple de hecho de pensar que soy una computadora orgánica me da cagarrina
ResponderEliminarBueno, tú sí eres consciente de cómo te funciona tu cerebro. Pero la mente es sólo tuya...
EliminarEs curioso comentarte esta entrada porque estoy teniendo problema con los navegadores-buscadores.
ResponderEliminarY con la conexión.
Te comenté que tenía dudas sobre la idea de la habitación china. El ocupante no sabe chino, pero suponiendo que es humano, algún idioma sabe. Se podría saber que los ordenadores, las computadoras, entienden algún lenguaje, por eso sería posible la comunicación.
Y el ocupante tiene autoconciencia, algo que tal vez sea un desafío conseguir que lo tengan las computadoras.
Más sentido le veo al Test de Turing, mencionado en 2001 odisea del espacio.
Saludos.
A veces pasa, que uno se desconecta y se pone nervioso...jaja. Entonces te das cuenta de que no eres una máquina fría...tienes piel y el vello se te pone de punta. Un Robot hace cosas pero no sabe por qué las hace.
EliminarSaludos.
En realidad la inteligencia artificial es conseguir que las maquinas duden...si dudan...aplicaran una "lógica dudosa" para dar una respuesta...lo que nunca podía hacer un sistema artificial es "socializar"...empatizar, encariñarse con otro sistema...en definitiva "ser humano"..el día que eso se consiga "estaremos muertos toda la eternidad"..como dice Facto de la Fe y las flores azules..y eso es un gran premio para algunos de los que dirigen el mundo..
ResponderEliminarUn bacci
Se llama Inteligencia Artificial por eso...porque no es capaz de estudiarse a sí misma; por tanto no duda. Hace aquello para lo que está programada.
EliminarBesos.
Niego la mayor.. estudiarse a si misma , puede ser motivo de duda...o no.
EliminarUn bacci
Imagino que me gusta la idea de que antes o después encontraremos el modo de despertar la chispa de la inteligencia más allá de nuestros cerebros, al fin y al cabo me ha sumergido encantada en los mundos de Asimov.
ResponderEliminarUn beso
Pues sí, Pilar...es la imaginación lo mejor de todo; pensar que podemos fabricar máquinas que piensa...
EliminarUn beso.
Hola Marián... Siempre nos quedara el amor, siempre nos quedara la ternura...
ResponderEliminarUn abrazo...
Los sentimientos...esos que las máquinas no pueden sentir.
EliminarUn abrazo.
Creo que todo lo que es susceptible de ser imaginado está abierto, indefectiblemente, a la posibilidad. La pregunta no es si será posible sino cuándo será posible.
ResponderEliminarSi atendemos al hecho imaginable como una certeza tendremos que dirimir lo insólito como probable.
Por supuesto, casi lo he dicho en otros comentarios; somos capaces de pensar lo impensable...;)
EliminarLos sentimientos nos diferencian de las computadoras, de momento!
ResponderEliminarUn abrazo.