Todo pasa y todo vuelve, eternamente gira la rueda del ser. Todo muere, todo reflorece, eternamente se desenrolla el año del ser. Todo se rompe, todo se reajusta; eternamente se edifica la morada del ser
Friedrich Nietzsche
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La noche de cierto día en un parque de París.
Dos viejas glorias del "cinematógrafo" empezaron a filosofar. Iban paseando y al final se sentaron en un banco del parque. Una hermosa Luna del mes de Mayo coqueteaba con la tenue luz de un farol...cañón de luz crepuscular, farol de pálida luz, tango o bolero...Y en medio dos actores sentados en un banco. Plató improvisado creando una ecuación perfecta. Se contemplaban el uno al otro con una triste sonrisa, que implacable, colgaba de sus labios consumidos. Bolsas ingratas sombreaban el contorno de sus ojos.
Los participantes del rodaje de una película habían organizado una fiesta. Los jóvenes protagonistas se divertían en la fiesta, y estos dos veteranos artistas hablando y recordando viejos tiempos se habían alejado de la algarabía de actores, y terminaron sentados en el parque.
¡Nadie los echó en falta¡...
Pocos años después uno se suicidó porque no pudo soportar la vejez (¡la odiaba con toda su alma¡). El otro aguantó con dignidad una grave enfermedad hasta el final, no sin antes declarar que no se rendiría ante el dolor, aclarando que aún había un dolor más grande que el dolor físico: la contemplación de ver su vejez ante el espejo, ya que su mente seguía siendo la de un muchacho. Veía a sus hijas, jóvenes y bellas, y se llenaba su alma de una nostalgia que le hacía entra en un estado de melancolía.
Aquella noche en París, estas dos viejas glorias hablaron de lo humano y lo divino; de la vida y de la muerte...Ahora los dos son invitados a la cena de Thanatos. Siempre habían vivido en esa disyuntiva: entre la vida y la muerte, como tantas veces habían hecho de la verdad mentira, o de la mentira verdad en sus interpretaciones. Y así pasaron aquella noche. ¿Qué es la verdad? ¿Qué es la mentira? ¿Qué es la vida? ¡Qué es la muerte?...Y en éstas disquisiciones estaban cuando de pronto se levantaron del banco y se les ocurrió decir al unísono:
¡¡Somos unos vejestorios¡¡
Una simple definición, una expresión que está al alcance de cualquiera. Una verdad tan ancestral como la noche de los tiempos...un axioma que por serlo no necesita demostración...salta a la vista.
Y se fueron al hotel...¡muertos de risa¡...