A veces leo cosas que vosotros no creeríais...
A Jorge Luis Borges nunca le leo por sus historias. Le leo por cómo las dice; por cómo se inventa palabras nuevas y otras que desempolva. Borges tiene un encanto especial para contarme los números; las ecuaciones y logaritmos. Para él todo eso es como árboles del Paraíso...frutos prohibidos que él tan sólo espera a que maduren para verlos caer. Borges puede explicarme la cuadratura del círculo o la Divina Comedia en Siete noches. Y me deja complacida con sus elucubraciones: "un hombre que se inclina sobre la tierra y que sabe que estuvo en el Paraíso".
Borges puede darme cifras y letras conspicuas, que otros escribirán como jeroglíficos inexplicables. Pero a él le entiendo todo. Puede contarme los misterios de las conspiraciones ocultas, que él se encargará de que haya algún traidor que describa el cónclave. Y siempre demuestra con pruebas irrefutables, lo mucho y bien que se puede narrar una historia (que de narrar se trata). Y lo hace con tanta gracia y encanto que puede plagiar a otros dramaturgos, incluso a aquellos que todo el mundo recuerda, como son: Shakespeare, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Miguel de Cervantes... Puede repetir escenas de Macbeth o de Julio Cesar y otras más quijotescas y cada uno de esos actos quedaran ocultos con sus irrepetibles palabras que reflejan la gloria del que sabe y escribe...
"...en un palco de funerarias cortinas que prefiguraba el de Lincoln, un balazo anhelado entró en el pecho del traidor y del héroe, que apenas pudo articular, entre dos efusiones de brusca sangre algunas palabras previstas".
Lo más curioso de Borges es que siempre cita a autores y libros que te dejan en esa nube de incertidumbre; que no sabes si son completamente ficticios...Y no te mueve el saber si lo son o no lo son: Una Vindicación de la cábala; un Examen de la filosofía de Robert Flood; una traducción literal de Sepher Yezirah; una monografía sobre el Tetragrámaton; otra sobre la nomenclatura divina del Pentateuco. Cosas todas éstas verdaderas pero no quizás escritas en esos libros. Lo cierto es que te despierta el interés por la sabiduría, con gran encanto.
Y lo más curioso es que después él también te lo va revelando: "...de todas las cosas que han sido, que son y que serán en el universo, la tradición enumera noventa y nueve nombres de Dios, los hebraitas atribuyen ese imperfecto número al mágico temor de las cifras pares; los Hasidim razonan que ese hiato señala un centésimo nombre- el Nombre Absoluto". El Tetragrámaton- el Nombre de Dios, JHVH- consta de cuatro letras.
Y...
Jorge Luis Borges, es y será siempre un genio de la literatura, capaz de llenar un burdel de vendedores de biblias...
Vease El Aleph.
ResponderEliminarQuien quiera leer algo que sea objeto para pensar que lea El Aleph, es seguro que tendrá que cerrar el libro cada dos páginas para ponerse a pensar. Hay literatura para disfrutar pensando...
EliminarEs un grande entre grandes, ya lo creo. Toda su obra es magnífica.
ResponderEliminarUn abrazo
No es para leerlo de pasada, no, si quieres saber de lo que estás leyendo seguro que leerás y releerás...
EliminarUn abrazo.
Me gusta Borges... y me gusta cómo lo has presentado.
ResponderEliminarMil besitos mi querida Marián y feliz finde ♥
Me gusta que me digas que lo he presentado bien, pues es tan bueno que se puede presentar de mil maneras...cada uno como lo sienta.
EliminarBesosmil, querida Auro.
De lectura obliga por ser quien es me costó acostumbrarme a el. Lo recomiendo. Un abrazuco
ResponderEliminarYa lo he dicho, que no es para leerlo así como de pasada, hay que sentarse con tiempo y calma.
EliminarUn abrazuco.
Hace algún tiempo que mis lectura s van en función de cómo están escritas y no del argumento. Con todo lo que me queda por leer, tonterías las justas y con esto no estoy diciendo que me guste fijarme en los argumentos, sólo que tengo prioridades.
ResponderEliminarCreo que todos leemos para disfrutar, hay historias con buenos argumentos pero que no te llegan: saber decir es más importante que nada.
EliminarSi no hubiera leído a Borges, después de leerte a ti saldría corriendo a leerle.
ResponderEliminarEn cuento le lees se cuela en tu lista de favoritos.
Hay escritores con encanto y Borges es uno de ellos...
EliminarReconozco que me costó
ResponderEliminarAún ahora lo releo
Besos
A veces hay más placer en releer que en leer, saber de antemano con lo que te vas a encontrar, también eso es un estímulo.
EliminarBesos.
Al leerte, me gusta haber leido a Borges.
ResponderEliminarLo citar libros ficticios es un recurso que ya uso, a quien homenajeó en un cuento, con el Necronomicon.
Tambien incluye escritores conocidos por él, como personajes.
Y ll ee demiurgo es una influencia borgiana.
Besos
Borges es un prestidigitador, te hace ver lo que él quiere, es un ilusionista...y te hace creer que puedes descubrir el truco, pero...jajaja, el intríngulis está donde menos lo esperas.
EliminarBesos.
Siempre habrá quienes denosten a Borges por sus inclinaciones políticas sin nunca atreverse con sus letras, ya que al parecer son demasiado para ellos.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Casi siempre la obra está por encima del creador.
EliminarNunca debemos pararnos a conocer al escritor, si no a su obra, que es lo que nos interesa.
Saludos.
Gracias a tu entrada me recuerdas que es otro escritor clásico al que no me he acercado. No sé, hay un halo de pereza que rodea a ciertos autores que me obligaban a leer en el colegio y que no me gustaban, o no entendía en ese momento, y poco a poco voy entrando en sus obras, y descubriendo su prosa.
ResponderEliminarHas hecho una respetuosa y preciosa entrada. Un homenaje muy cuidado al escritor,
BEsos.
Bueno...mi explicación no sé si te va a servir, sobre eso que dices de las lecturas que se van dejando porque te cuesta entrar en ellas. Lo que te quiero decir es que a mi me gustan los autores difíciles de comprender...así que no sé, cuando me adentro en alguna lectura voy viendo por dónde me quiere llevar el autor y son esos que no te dejar verlo fácil los que más me gustan...así que...
EliminarBesos.