Apresado, sometido a torturas, sometido a la muerte, como un hombre cualquiera, como un hombre lleno de fe que acepta la tortura y la muerte, fiel a su misión, comprometido con todos sus hermanos, a pesar de la crueldad, la ceguera, la envidia, a pesar de las maldades de todos que se cebaron con él.
Este es el profundo mensaje del relato de la Pasión. Jesús entra en Jerusalén como un cordero inocente que sabe que va al matadero. Pudo rebelarse, pudo escaparse, pudo refugiarse en Betania, pudo desaparecer, lo había hecho otras veces. Pero ahora no. Es su hora, la hora de dar el todo por el todo, la cumbre de su entrega y de su vida.
Antes de llegar al Domingo de Ramos, prefiero estar con la del mundo en sus manos, porfa, no me digas machista.
ResponderEliminarSaludos
Ja,ja, no creo que haya que culparte por ello... si acaso felicitarte por tu buen gusto.
EliminarSaludos.
Si todo tiene un propósito aquel era el suyo y debía enfrentar ese momento. Si hoy tuviéramos alguien como Jesús en el mundo, tal vez no sería distinta la historia.
ResponderEliminarBesos dulces y dulce semana Marián.
Por supuesto que la historia poco nos enseñan para la enmienda...siempre tropezaremos con las mismas piedras, se ve que no tenemos remedio. Así que al menos, y ya que no podemos arreglar los males del mundo, vamos a pasar estos días en paz y armonía.
EliminarDulces mis besos, Poeta.
Y todo relatado y mantenido durante más de 2000 años. La fe movió montañas, como tantos otros que intentaron cambiar el mundo y al ser humano. La mayoría de las veces se pierde en manos de una organización, cualquiera, concebida para perpetuarse como un elemento dominador
ResponderEliminarBesos
Cuantísima verdad encierran tus palabras, Noel, porque es bien cierto que lo que muchos necesitan para levantar una plataforma de culto...y con ánimo de lucro, es precisamente encumbrar a una figura intachable, valiente y audaz que lo dé todo hasta la muerte; ese es el mejor estandarte. Ya lo hicieron los sucesores de Jesús, y lo sigue haciendo en todos los ámbitos. Al fin y al cabo termina siendo una entelequia.
EliminarBesos.
Yo es que no creo en nada que no pueda ver y tocar.
ResponderEliminarSi nos manipulan a diario imagina lo que pueden hacer con algo que dicen que sucedió hace más de dos mil años.
Besos.
Y fíjate Toro, que ese hombre no dejó nada escrito; todo lo que sabemos es a través de aquellos que lo iban siguiendo...así que cada uno iba contando SU verdad.
EliminarBesos.
Estoy de acuerdo con Noe, sobretodo en los tres últimos renglones. El aparato de partido mata al ideario por el que murió su jefe.
ResponderEliminarAsí es, Tracy, con el tiempo todo se va distorsionando y al final queda lo que queda...
Eliminarun besito.
Yo acudí a bendecir la palma, y ahora cuelga del balcón hasta el miércoles de ceniza. Todos los años lo hago y tambien estreno alguna cosa. A cierta edad ya no se cambia. Un abrazo
ResponderEliminarEs que tú, Ester, eres de las católicas tradicionales, y después de todo, para qué vas a cambiar si lo mejor que tienes es tu fe...entre otras cosas...
EliminarUn abrazo.
Interesante entrada la tuya de hoy.
ResponderEliminarMuchos besos
EliminarGracias a ti por venir a leer
Besos.
A la luz de tu lectura, le doy una rápida mirada al mundo y me pregunto si acaso merecimos de parte del Nazareno tanto sacrificio y tanto amor. Luego, agudizo la vista y hallo seres humanos como tú (pocos, pero son) y entonces me doy cuenta que sí, que el Cristo tenía razón, que su palabra (a pesar de todo) aún germina en el corazón de la gente buena (como tú).
ResponderEliminarTodo su sacrificio valió la pena. Él, no se equivocó.
Por Dios bendito, Juan Carlos, estoy ahora mismo más roja que todos los tomates que se van a espachurrar en la tomatina..jajaja.
EliminarTú si que eres un cielo de persona, eres bueno de verdad; de corazón y en todos los sentidos; utilizas la palabra con tanta maestría que todo lo que dices tiene sentido...y fíjate que me has hecho creer que soy buena persona. Eso es tener credibilidad...
Un beso muy grande.
Supongo que hay veces en las que merece la pena arriesgar. Si nunca arriesgáramos, no habría lugar para el cambio... Y a lo hecho, pecho.
ResponderEliminarBesos.
Y gracias a esos seres que lo han dado todo, es por lo que hemos llegado por la senda del progreso, a pesar de todos los inconvenientes.
EliminarBesos.
El ser humano necesita algo en lo que creer, algo en lo que agarrarse para desdibujar o endulzar una realidad temida e inminente, como es la muerte. Como “método” personal no me parece mal; una vez vi un documental en el que se planteaba hasta qué punto serviría de algo que ciertas personas, sobre todo de una avanzada edad, supieran la verdad sobre ésto; ¿por qué de pronto arrancarles esa fe ciega que los colma de paz?… y creo que es cierto, la vida es sabia en sí misma, el ser humano lo es, y el tiempo ya se encarga de ir desvelando misterios y enigmas, además de dejar caer tupidos velos sostenidos por un fin que ya todos, o casi todos conocemos. Así que bueno, paralelamente al daño que ha hecho, y desgraciadamente sigue haciendo (no hay más que poner las noticias)… es bueno creer, en uno mismo, en ese interior que nos habita, y que de alguna manera nos hace sentir que no sólo somos un puñado de piel y huesos… esa luz, que sabemos, sentimos brotar, y que nos incita a saber, conocer, crecer, devorar la vida, tener la oportunidad de aprender cada día algo nuevo, y sobre todo, a no cerrar nuestros ojos, nuestra mente, porque sólo sabiendo, podremos vencer a los que siempre han procurado vendarnos los ojos, para contarnos Sus, propias historias, y así aplaudirles y seguirles sin hacernos preguntas…
ResponderEliminarY ahora me voy a dormir que ya es hora, jajaja, si es que visitarte es parar el tiempo, y adentrarse en mente y alma…
Bsoss enormes, mi preciosa Marián! 🌹
Se dice desde entonces que la fe mueve montañas, y nunca hay que poner en duda esa metáfora, ya que por el hecho de nacer ya somos condenados a la muerte... La fe es un bálsamo que nos llena de esperanza y que seguramente cuando nos llegue la hora nos dará paz y alivio a nuestro dolor de dejar este maltrecho mundo, pensando, quizás, que vamos a viajar hacia otro mundo mejor. Aunque también es cierto que no morimos mientras haya alguien que nos recuerde... Mi abuela siempre está conmigo, pues no hay ni un solo día que no la recuerde. Ella me enseñó a pensar con serenidad y a afrontar lo inevitable. Siempre recordaré la elegancia que tuvo al irse; lo hizo sin molestar y satisfecha, porque cuando una ya ha visto tantas lunas llenas (decía)...hay que ir a otro lugar para verlas mejor, en fin, era una mujer con un gran sentido de la vida y de la muerte. Sabía que la negra muerte a todos nos espera, por eso ella me la endulzaba con ese sentido del humor.
EliminarMuchos besos, querida Ginebra.
Yo es que hace mucho que deje de creer en muchas cosas
ResponderEliminarsaludos.
La vida es lo que tiene, que una ve tantas cosas...que por estar dan dentro de ella, ya no sabemos donde está lo que es y lo que no es. Hagamos caso a nuestro sentir.
EliminarBesos.
Marián, querida mía. Aunque me cuesta creer en la Iglesía, no dejo de creer en este hombre, porque hay hechos que confirman que así vivió, sufrió y murió... y eso es lo que le hace grande, su conciencia, su entrega por esa fe que lo llevó a la muerte. Siempre admiré su pasión.
ResponderEliminarMil besitos y feliz Pascua.
Por supuesto que sí. Que tuvo que ser bueno para terminar así; perseguido, maltratado y condenado. Las mujeres quisieron embalsamarlo y los hombres siguieron aprovechándose de la situación, robando la "Sábana Santa" donde quedó reflejado su rostro.
EliminarMuchos besos, Auro.
No te lo vas a creer. Yo tuve un compañero de trabajo que se llamaba Domingo de Ramos. En serio, no me lo invento. Sabes, en todo el tiempo que yo le conocí, nunca escuché a nadie que se atreviera a decirle la "típica" payasada. Y no creo que en el colegio le pasara tampoco, eran otros tiempos aquellos de los cuarenta, cuando él debió ser joven. ¿Qué a qué viene todo esto?... Pues verás. Me sorprende tu entrada, la verdad. Y me sorprende en positivo, por supuesto. Yo no soy creyente (no me refiero solo a la Iglesia, sino a la Fe en general), pero siempre he creído en el respeto a toda creencia (ojo, digo respeto a las creencias, no a las instituciones, ja, ja). Y en tu entrada, dejando totalmente al margen la creencia, le lee ese respeto. Ya no hablamos de Jesús como un mesías, un profeta o la encarnación de Dios, sino como alguien que creía en el ser humano. Tanto que consumó su entrega a ese prójimo de la manera más radical que se podía hacer. Y me quedo con un comentario tuyo: no dejó nada escrito... Quizás es que su vida fue su testimonio. Puede que él ya supiera que, puestos a interpretar, lo escrito tampoco se salva. Y eso que no conocía el WhatsApp.
ResponderEliminarMuchos besos Marián. Un placer leerte
Pues si me lo creo, porque es que los padres a veces son un poco bromistas, como aquella niña que heredó el apellido de Barriga y le pusieron Dolores, jajaja. Y en cuanto a lo otro que dices, creo que tienes toda la razón, porque cada cual es muy libre de pensar...y si la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, les llena tanto, pues tienen todo el derecho de creen en ella...
EliminarY en cuanto a ese hombre, el hijo del carpintero, que un buen día lo dejó todo y se fue a recorrer los caminos...pues es digno de respeto, y más por su valentía...porque enfrentarse a los poderes establecidos...pues ya sabes lo que te espera.
Me encantan tus comentarios, Isidoro, siempre con esa pizca de ironía y humor del bueno.
Un besazo bien grande.