El recuerdo de las emociones puede ser la percepción de un viaje al paraíso. Aquella vez, aquel primer amor, (que en realidad sólo era una atracción física), aquellos ojos azules color verde esmeralda… un ademán en las manos, un juego torpe de miradas… el amago de un beso… Ese “primer beso de amor” sólo resulta gozoso en la nostalgia. Cuando quiero recordarlo descubro que cuanto más me quiero contar la verdad, más mienten mis palabras. Y mucho peor aún, me escucho utilizando los mismos clichés obsoletos que usan los demás.
Y por otro lado, ese vacío presentido entre lo que hemos sentido y nuestra habilidad para contarlo me sume en la perplejidad de no recordar con total nitidez aquello sentido. Aquél primer “te quiero” que fueron las palabras más mágicas. Ahora cuando las escucho, a veces, me parecen las palabras más inadecuadas, como una necesidad para salir del paso. Algo que parece lo correcto para darle una legitimidad de valor. Como una representación teatral; como una actuación inevitable. Actuamos, no porque mintamos sino porque no tenemos elección. A veces la vida nos pone en esa tesitura.
Y creo además, y lo creo sinceramente, que cada momento de nuestra vida es una representación teatral. Incluso en nuestros momentos más íntimos, somos nuestro público; de al menos una persona: nosotros mismos.
La mayor parte del tiempo no sabemos quienes somos. Pero nos queda la posibilidad de poder actuar, incluso podemos dar “autenticidad” a nuestras actuaciones. Pero, ¿autenticidad con respecto a qué? ¿a mi verdadero yo interior? ¿a los otros? ¿autenticidad ante lo que siento o deseo? Puede que estas preguntas sólo sean retórica, lo cual ni siquiera sean necesarias para conocer la verdad, pero pueden ser útiles para aclarar algo mis ideas.
Y lo que trato de decir es que… cada vez que intento escudriñar en mi pasado, sobre todo si es en el pasado amoroso, no encuentro, no ya cenizas, sino humo. Distorsionamos los recuerdos, los vestimos de verdades: nuestras verdades, porque todo recuerdo del pasado es un cuento inventado.
El pasado no es como fue, solo como lo recordamos.
ResponderEliminarLa memoria selectiva que dicen que es para preservar nuestro cerebro de daños...
EliminarMuchas preguntas haces tú para un domingo por la tarde....
ResponderEliminarYa me conoces, Tracy, y algunos dicen que es mi defecto más notorio...
EliminarSuele pasar que lo que ayer estaba bien hoy ya no lo es tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Exactamente...en su momento algo nos pareció buena idea y resulta que ahora ya no nos lo parece.
EliminarUn abrazo.
El humo, si no se aspira, es bello
ResponderEliminarEl humo que cierra tus ojos...
EliminarSolo es humo cielo
ResponderEliminarSólo es humo anónimo.
EliminarDebe ser algo como los dolores de parto. Al cabo ya ni te acuerdas que querías matar al doctor y a las enfermeras y zassss! tienes otro hijo xD!!!
ResponderEliminarHay recuerdos que ya sólo son nebulosa, y creo también que van de la mano con las impresiones e importancia que hayan causado en nosotros. O quizá es sólo que el tiempo se encarga de hacer más pálidos los colores de la memoria...
Y respecto a lo del teatro, ya decía Calderón de la Barca:
"Y pues ya tengo
todo el aparato junto,
venid, mortales, venid
a adorarnos cada uno
para que representéis
en el teatro del mundo."
Cuán mejores o peores "actores" seamos... ya es cosa de cada quien, cierto?
Feliz semana, Marián :)
Calderón y también Shakespeare respiraban en la misma onda...La vida es sueño, dormir, tal vez soñar; That is the question.
EliminarLo que tenemos que conservar y preservar es nuestra capacidad de amar.
Feliz semana también para ti, Nicky
La memoria, esa máquina de crear o modificar lo vivido. Con las emociones se juega ala escondite cuando se echa la vista atrás.
ResponderEliminarTu reflexión es muy certera. Me gustó ese ejercicio. Un abrazo.
Se suele decir que la memoria sólo es un punto de vista. Si tú relatas un hecho vivido no lo cuentas como ha sido en realidad sino como lo recuerdas.
EliminarUn abrazo.
Incluso lo que está pasando ahora, es representación personal. Pues el recuerdo una mala actuación de una ajada representación. Un juego, ¡Qué lo disfrutes!
ResponderEliminarClaro que sí, Julito, ya sabes eso de cómo se trasforma una verdad a través de muchas versiones...
Eliminar¡A disfrutarlo, sí!
Qué ciertas tus palabras, tergiversamos nuestros propios recuerdos y pensamientos aunque no queramos hacerlo. Incluso olvidamos que no parece tan fácil.
ResponderEliminarY aún hay más...cuando alguna noche tenemos un sueño significativo cambiamos algunos datos cuando lo contamos...a veces sin querer...
EliminarAlgo así como una verdad que ha perdido su valor, o se ha transformado o desgastado o convertido en un relato lleno de artificios. Un abrazo.
ResponderEliminarQué es verdad, sí, se convierte en "un relato lleno de artificios". Un abrazo.
EliminarLo de los recuerdos como un cuento inventado no sólo es una realidad literaria. Sino que es verdad literalmente, según las neurociencias. La memoria es una reconstrucción, no recuerdos literales. Parece que olvidar da cierta capacidad de adaptación.
ResponderEliminarRecuerdo la falsa memoria de la replicante de Blade Runner, película basada en una novela de Philip Dick. Autor de Podemos recordarlo por usted, donde le quieren implantar una memoria como agente secreto en Marte a alguien que realmente lo fue.
Eso es, es una versión como otra cualquiera...hay lagunas que rellenar con artificios como muy bien ha dicho Dario.
EliminarQué película más maravillosa esa: Blade Runner, y qué replicante de mujer inteligente, respuestas diseñadas por una mente humana...pero artificiosamente portentosa.
Magnífica bloguería. Todos nos acercamos a nuestros recuerdos y como hacen los buenos directores de cine las solemos ver como las queremos recordar al margen de como en realidad fueron. Para mi, un punto débil, me encanta ser nostálgico.
ResponderEliminarEso es lo bueno de recordar; que lo recuerdas como más te gusta...
EliminarAbsolutamente cierto, Marián. Todo recuerdo se distorsiona con el paso del tiempo. Recordamos una versión inventada de nuestras vidas. Vidas, que por cierto, son puro teatro.
ResponderEliminarUn placer retornar a este rincón siempre cargado de bellas palabras y reflexiones: nos dices mucho, y nos cuentas más. Mi beso de buenas noches, amiga.
Kine, me encanta verte por aquí, últimamente estás como ausente...jajaja y te has quedado un ratito ¿eh? Muchas gracias, por todas esas palabras tan inmerecidas.
EliminarUn beso grande, amigo.
ah! y gracias por el vídeo
ES mejor vivir el presente, Besos.
ResponderEliminarClaro que sí, donde vas a comparar, lo pasado está, pero...que nos quiten lo bailao...Besos.
EliminarAl final el pasado será la suma de nuestros recuerdos, con independencia de los hechos objetivos.
ResponderEliminarSaludos.
Serán nuestros recuerdos, y si no recordamos, como decía Sartre, podemos abrir el bolsillo del Diablo...que algo habrá...
EliminarSaludos.
Me gustan tus disertaciones.
ResponderEliminarSiempre son acertadas, o al menos a mí me lo parecen.
Soy incapaz de analizar las cosas con la profundidad que tú lo haces y sin embargo mis conclusiones son las mismas que las tuyas.
Quizás es que intuyo bien.
O quizás es que ya estoy a la vuelta de todo.
Dan ganas de charlar contigo, pero tranquila que no te lo voy a pedir.
Besos.
Para mi es un honor que me digas lo que me has dicho, porque es que viniendo de ti, con esa poesía tan tuya, tan original tan fresca y tan elocuente que hace casi cada día, es que yo veo más mérito en lo que haces tú, así que infinitas gracias, amigo .
EliminarBesos.
En cuestiones de amor, siempre se distorsionan los recuerdos. Algunas veces los magnificamos porque es así como los sentimos (aunque el mundo lo vea diferente), otras veces los maquillamos de oro y plata para decir que fueron valiosos, y otras veces los vestimos de mendigo para decirnos a nosotros mismos, que no perdimos nada. Como sea, es imposible tener una memoria centrada y objetiva al recordar un amor, porque mientras permanecemos enamorados (o ilusionados) nos hallamos en un estado emocional, donde no pensamos con el cerebro, sino con el corazón y por ello nuestros recuerdos pueden ser un poco distantes de la realidad que ocurrió en ese momento.
ResponderEliminar¡Saludos!
Y es que cuando se pasa la "tontería" del estar enamorado ya nada es lo mismo, lo que en su momento te parecía maravilloso, ahora en la distancia, a veces, yo al menos, me quedo anonadada. Y también es muy cierto lo que tú dices, que se olvida lo que no nos gustó, dice Punset que es nuestro cerebro que nos protege de malos royos ;)
Eliminar¡Saludos!