Mi amigo, el antropólogo, emulando a Machado, suele decir que cuando a un ser humano se le cae una máscara, aparece debajo otra máscara… y luego otra… porque nuestra idiosincrasia está hecha de “más-caras”…porque todo es una representación de algo que ya era una representación.
Seguramente que este razonamiento no se trata de juegos de palabras. Pienso que es una verdad más grande, como él dice, que una catedral. Y lo estaba razonando cuando recordé que una vez oí decir a un profesor de dibujo de artes plásticas, que cuando los alumnos vienen de un curso de dibujo de estatuas son incapaces de plasmar un cuerpo de un ser vivo, y que resulta muy difícil combatir este defecto. Decía este profesor que estos alumnos dibujaban, no el cuerpo, si no la representación de un cuerpo, y que, quizás, el cuerpo (nuestro cuerpo) sea la representación de otra cosa...
Desde el “El origen de la tragedia” ya estaba yo intuyendo algo así…
¡nos gusta tanto la representación! Somos el único animal que representamos vidas ficticias en un escenario. Imitación a la vida.
Y…
Ahora se me ocurre pensar en los aplausos… en cualquier ámbito; en el Congreso de los Diputados, o en un teatro, o en un concierto, o en la ópera. Hace mucho tiempo que lo vengo pensado, casi desde que era una cría, cuando veía a las mojas del colegio andar agitadas presas de un nerviosismo extraño. Eso era cuando venía el cura a confesarnos… o a darnos una conferencia sobre Dios y la procreación, si es que así se le podía llamar a eso que nos explicaba de las “semillitas”…Nos hablaba de las Escrituras Sagradas y con gran habilidad metía de rondón al pecado y todo eso. Y después de que nos metiera el miedo en el cuerpo, aunque él siempre nos decía que no nos quería meter nada en el cuerpo… y menos el miedo… las monjas aplaudía y nos instaban a nosotras a hacer ruido con nuestras palmaditas. Y yo en lo único que pensaba era en la chorrada esa del aplauso ¡De dónde vendrá esa tontería! Seguro que aquellos monos que mi abuelo me contaba que eran nuestros antepasados se divertían viendo los movimientos de las sombras proyectadas en aquellas rocas; en los muros o tapias, o como se llamaran entonces… demostraban su contento dando palmaditas en los muslos y luego ya con el tiempo fueron perfeccionando eso hasta convertirse en aplausos. Y nunca quiero contar a mis amigos, cuando se ponen tan solemnes en la opera, lo que pasa dentro de mi cabeza… por esa deformación mía tan absurda que me invade y me da por pensar en todos esos juegos tan ancestrales y que tanto practican los monos…
Ahora aplaudimos todos muy circunspectos y yo pienso que eso es sólo una reminiscencia de algo tan primitivo como el ser humano.
Bueno, planteaste varias cuestiones.
ResponderEliminarMáscaras también puede ser aquello que uno pone en si mismo, no para ocultar, sino para incorporar a su personalidad. Un personaje de comic, Batman dice que no usa máscara para ocultar lo que es, sino para crearlo.
Me pregunto por que tanto impetu en convencer de que algunas intensas emociones humanas son algo maligno, tratando de imponerlo con miedo.
Me pregunto si esos antepasados contaban con gente así.
Tal vez aplaudimos a veces de forma impostada. O impuesta.
ResponderEliminarEl aplauso que a más me gusta, es ese gesto natural en las manos de los niños.
Sólo a veces, un arañazo en el alma, a través de una música, un discurso o quién sabe, sale al exterior. Con, o sin aplauso audible o visible.
Me gustó.Bello vídeo también. Un saludo.
Ya lo dijo Shakespeare, también Calderón: la vida es puro teatro y nosotros somos eternos actores en infinitas representaciones.
ResponderEliminarQuizás sea un pilar fundamental en esta ley de la selva. Pensar lo contrario, en la defensa de la sinceridad, es demasiado honesto , y por ende, peligroso...
Así nos va.
Muy interesante, querida Marian.
Un besote (sin máscara).
Pues me has creado una duda ahora no se si debo aplaudirte. Bueno te dejo un abrazo
ResponderEliminarel teatro sirve para teatralizar, caricaturizar, para representar. necesitamos representar todo para entenderlo.
ResponderEliminarsomos mil palabras en una sola, mil caretas en una misma cara, que tal vez esté tan abajo que ni siquiera exista.
saludos, te sigo desde ahora :)
El Demiurgo de Hurlingham:
ResponderEliminarEfectivamente en los comic se usan las máscaras, más que para camuflarse es para potenciar las intenciones. Por tanto, como bien insinúas, no restan ni ocultan, si acaso manifiestan. (Otro tema interesante es el de "vestirse". Lo voy a pensar)
En cuanto a esas preguntas, también yo me las hago. Tal vez vamos evolucionando o quizás involucionando...como un baile; un pasito pa lante y otro pa tras.
Albada2:
ResponderEliminarPorque todo gesto colectivo se vuelve costumbre y pierde intensidad. La alegría o la emoción al contemplar algo bello se puede manifestar de muchas maneras y a veces no sabes reaccionar.
Muchas gracias por tu comentario. Me ha gustado mucho.
Saludos.
Marisa:
ResponderEliminarTú ya lo sabes, que es un honor para mi que te acerques para hacer un comentario. Tus palabras siempre son muy acertadas. Y me encantas porque siempre lees entre líneas...en cada momento hay que adaptarse, sí, lo contrario sería darnos con la cabeza contra un muro.
Un beso grande, Marisa.
Ester:
ResponderEliminarSi te apetece me aplaudes. Tu expresividad siempre es bien recibida.
Un abracito, Ester.
nele b:
ResponderEliminarAsí es, lo vemos mucho más claro, y para eso está la poesía y las metáforas...y los espejos, claro.
Bienvenida. Nos leeremos, claro que sí.
El que aplaude no tira tomates al escenario y mucho menos blande una espada amenazadora.
ResponderEliminarEl sonido del aplauso es la palabra admiración en la lengua del público. El de los ronquidos es la del desprecio.
A mi me da por pensar siempre que aplaudo en el "sonido primordial" (Nada Yoga) que no proviene de un choque y que puede que sea el origen del universo… creo que ese sonido quizás sea lo que nuestros antepasados y nosotros queremos emular inconscientemente al aplaudir…
ResponderEliminarUn aplauso por tan lindo escrito, y otro a la Bartoli, que es de otro mundo ; )
Julito Chés:
ResponderEliminarBueno...hay tipos muy polifacéticos, Julito. Los nacis se quedaban embobados en la ópera...o embriagados con la belleza y el aroma de la rosa. Podemos hacer muchas cosas: ora aplaudir, ora tirar tomates y en otras horas quedarnos dormidos.
Milena:
ResponderEliminarHay muchas teorías. Yo creo que la explosión de vida tuvo que ser sonada. Pero también hay quien dice que todo se hizo en silencio porque era de noche...
Y sí, la Bartoli no parece de este mundo. Gracias por el aplauso, Milena,
Hola! quiero aprovechar esta ocasión para comunicarte que te he concedido el Premio Dardos para reconocer el gran trabajo que desarrollas en este blog :) (en mi blog puedes ver la publicación del premio)
ResponderEliminar¡¡Un abrazo y enhorabuena!!
Hay que aprender a aplaudir queriendo desaprobar! El misterio se oculta detrás de una máscara o también de una mirada inocente. No sabía que en el zoológico del congreso se hicieran representaciones sin caer en la pantomima (el gran hermano de esta democracia dormida vegeta en un prostíbulo).
ResponderEliminarHammer Pain:
ResponderEliminarAh! pues muchas gracias por el premio que me has concedido. Aunque sinceramente creo que no me lo merezca. Gracias.
Y aunque te cueste creerlo no he sido capaz de dar con tu blog...porque es que lo de g+ no lo domino y no logro ver la dirección del blog.
mailconraul:
ResponderEliminarNo sé si he entendido bien tu comentario. Aunque creo por lo que dices que no estas contento con varias cosas. ¿es así? Es que yo a veces ese humor tan sutil como es la sátira, no lo pillo.
Hola Marián!
ResponderEliminarDe nada por el premio jeje, tú lo has ganado!! Mi blog es:
http://donde-los-valientes-viven-eternamente.blogspot.com.es/
Saludos!!
¡Ahora si! Ya está. Luego he recordado que tu blog está en "El blog de rapanuy"
ResponderEliminarGuardaré el premio como un tesoro en una cajita que tengo donde guardo los premios Blogger...
Gracias de nuevo.
Nos escudamos tras finas capas de mácaras, nos vamos maquillando con ellas según el momento que toque representar. A solas con nosotros y sin maquillaje, podemos ver lo que realmente somos. El aplauso lo inventó un entusiasta de la comedia.
ResponderEliminarBesos.
Como actores que somos de nuestra propia vida creo que todos somos
ResponderEliminarsensibles al aplauso.
Desde ahora te sigo.
Un abrazo.
Hay aplausos como besos de compromiso. Muchas veces suenan huecos, como el cerebro de los politqueras. Te has fijado en TV cuando habla un dirigente político, los demás de su partido que aparecen rodeándolo no paran de dar cabezazos para realzar sus afirmaciones/tontadas.
ResponderEliminarSaludos.
Auroratris:
ResponderEliminarEs verdad, en cada momento actuamos como nos dicta el guión. Como decía Sartre, el camarero hace de camarero, y así. Imagina a ese señor que da tantas órdenes en su negocio...me gustaría verlo en su casa frente a su mujer...jaja.
Y ante el espejo nos vemos sin maquillajes, tal como somos, y no es necesario saber quienes somos no sea que nos llevemos alguna sorpresa...
Besos.
Marisa:
ResponderEliminarClaro, dicen que los que tienen esa vena de actores les encantan los aplausos. A mi me gustan más los ¡bravo! pero bueno.
Encantada, Marisa. Yo también. Un abrazo.
Nómada planetario:
ResponderEliminar...y hasta los penalizan si no votan como les dicta el partido. Tanto parlamentario que nunca habla ¡qué paradoja!
Y en la TV te sacan el cartelito para que aplaudas.
Saludito.
Y LO PEOR DE TODO: EL COMPLEJO DE REPRESENTARNOS SIEMPRE HIPÓCRITAS. , NO NOS DA NI PARA UNA ESTATUILLA. EXCELENTE POST.
ResponderEliminarUN ABRAZO
ReltiH:
ResponderEliminarJajaja, es cierto, siempre fingiendo y siempre se nos ve el plumero.
Abracito.
Vengo del Blog de ReltiH. (En Ancas de la Razón) y me ha encantado Tu Mágico Espacio; por lo cual, si no te importa, me hago seguidor de tan bello Rincón.
ResponderEliminar¡¡¡Ah!!!Si puedes pásate por mi blog:
http://poesiayvivencias.blogspot.com.es/
Abrazos.
Pedro Luis López Pérez (PL.LP):
ResponderEliminarTú si que tienes un blog con magia y gusto. Con fotografías además personales. Me he paseado con gusto por tu espacio. Gracias.
Abrazos.
Podemos demostrar los sentimientos de manera personal, pero hay que soportar las consecuencias.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Vivir sin máscara es muy arriesgado, pocas veces se va a por todas, sabiendo que las consecuencias pueden ser peores que cuando nos ocultamos.
ResponderEliminarBesos.
Nada más negable de la individualidad, que la ovación y el aplauso, que para que lo sea, fuerza a lo masivo, una aceptación apriori de lo que se cierne sobre nosotros como una soga sobre el cuello de un convicto. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHumberto Dib:
ResponderEliminarSiempre es preferible tener un biombo a mano por si el exceso de sinceridad nos abruma.
Un beso.
yeste lima:
ResponderEliminarPues te digo casi lo mismo que a Humberto, si nos sinceramos completamente habrá que atenernos a las consecuencias.
Besos.
Carlos Augusto Pereyra Martínez:
ResponderEliminarEl aplauso es como sentirse atrapado en ese apoteosis de aplausos...al no hacerlo puedes parecer un bicho raro...te doy toda la razón.
Un abrazo.