CASTRATI MONEY
Y va él y me suelta una bofetada...
La risa quedó congelada en mi rostro, como en aquel filme de Rita Hayworth. El impulso me dobló el cuello y los cabellos se desmelenaron...me quedé tambaleando. Creo que a él se le nubló la vista. Le empezó a temblar la mandíbula...instantes de estupor tratando de recomponer el gesto y balbuceó: ¡Zorra¡...
Y todo porque le hice ponerse delante del espejo. Le obligué a contemplarse, a que se viera tal como era desnudo. Y vio que no era nada, que no era nadie cuando se despojaba del traje del dinero. Le dije que estaba castrado, porque el mayor castrador es el dinero...Eres un cero a la izquierda, tú no haces nada, estúpido; el dinero lo hace todo por ti. El dinero te ha castrado ¡ja, ja, ja, ja, ja...¡
Y entonces fue y me soltó la hostia...
Él se fue y me dejó pensando. Y empecé a recordar la conversación que tuve con un amigo al que siempre he tenido por muy inteligente. Una conversación que tuve una vez no hace mucho en la que quise que me hablara de mi, de que si él sabía quien era yo. Porque yo no lo sabía. Y creí que me iba a decir que lo que a mi me pasa es normal. Pero no.
--Mira-me dijo-, cualquier cosa de las que te parezcan normal si la analizas verás que no hay nada comprensible dentro de lo que nos sucede...
Después se tumbó en el suelo boca abajo.
--¿Y esto te parece normal?
--La verdad, no mucho.
--Pues así vivimos en la Tierra. Unos hacia arriba y otros hacia abajo. Y no nos parece increíble. Para que pudieras estar viva, amiga mía, tuvieron que agruparse trillones de átomos antes dispersos en una disposición que sólo existió una vez para ser tú. Los átomos no tenían la más mínima conciencia de ser átomos. Pero para darte la existencia tuvieron que hacer miles y millones de tareas. Y eso ¿te parece normal?
--Bueno...
--Cállate y escucha...pasadas unas horas...unas seiscientas cincuenta mil horas si la vida de uno es larga, esos átomos deciden que todo ha terminado para ti y se dispersan. Y eso ¿te parece normal?
--Eso es la vida.
--En efecto, y no sabes lo que viene después...Lo único es que al nacer no preguntas nada porque se nace sin discernir y sin saber hablar. Hace unos catorce millones de años todo era nada. Los protones son una parte infinitesimal de un átomo. Un átomo es pequeño. Pues un átomo es gigante al lado de un protón. Tócate las narices.
Tengo que reconocer que mi amigo tiene una gran habilidad para hacerme una cura de "antiestupor". Su oratoria a veces es hipnótica.
--Y ahora imagínate que cogemos una mierda de protón y lo reducimos ni más ni menos que a una milmillonésima parte de su tamaño. ¡Una milmillonésima parte del tamaño de un protón de nada¡ Y ahora, querida amiga, imagínate que se produce una explosión que surge del interior de esa magnitud inimaginablemente minúscula...pues bien ¡Esa explosión llenó por completo lo que era la nada. La nada dejó de existir. Ahora, donde antes había la nada, está el universo. En un solo latido, ¡zas¡, ¡ah¡, y para que lo sepas, tras una diezmillonésima de billonésima de billonésima de segundo, surgió la gravedad, seguida del electromagnetismo y las fuerzas nucleares. Un instante después, partículas elementales. Más tarde fotones, protones, electrones y neutrones. Y luego, bla, bla...naciste tú. Y esto ¿te parece normal?
--No.
--Pues no dejes de estar atónita. Estás pasando por un mundo increíble dando por sentado que todo es normal.
--De acuerdo, tienes toda la razón...pero insisto ¿qué somos?
--Para empezar, querida amiga, cambia el verbo "ser" por el verbo "estar". Y ya que estamos en gramática...y en el aquí y ahora, eres verbo...y piensa que ahora, en este momento, no pasas de complemento circunstancial...
Sí, sí. Pero a mi esa bofetada me ha dolido, porque es él el que me la ha dado...y ahora no sé si algo me la he merecido...
:)
ResponderEliminarNunca, nunca nadie se merece tal bofetada. Me ha costado un tiempo aprenderlo pero lo he conseguido. Espero que esa mujer se de cuenta de ello, por suerte tiene un amigo que la sabe guiar. Un beso inmenso Marián.
ResponderEliminarMarián, tienes un amigo que posee la cualidad de explicar muy racionalmente qué somos y hacia dónde caminamos.
ResponderEliminarTiene razón. Una persona es tan maravillosa que, desde su concepción hasta su madurez como humano, no “está” formada nada más que por un número inimaginable de pequeñas estructuras que realizan las funciones vitales.
Una de ellas, la que se deriva del complejo pensamiento, que genera a su vez comportamientos intangibles, es la que nos dirige hacia acciones dignas o indignas.
Creo que entendiendo lo pequeños que somos en un Cosmos inmenso, debemos erradicar actos y acciones que son inapropiados e indignos. La belleza del ser vale mucho más que el pensamiento de quien da una indecente bofetada.
Una publicación excelente, Marián.
Un fuerte abrazo, querida Marián
P.D.: Hacía tiempo que quería decirte que la música de tu blog es magnífica.
de cerca nadie es normal
ResponderEliminarel dinero suple muchas veces la virilidad faltante
pero bueno
no se es hombre en la cama
sino en la vida
adios
Ostras, tu amigo otro trabaja en el CERN, jeje.
ResponderEliminarLo que me parece un exceso es la bofetada, nadie se merece una, un premio tendría que darte por mostrarle como es.
Besotes.
Si, damos todo por normal. Para vivir naturalizamos las cosas, asi podemos seguir caminando (en Africa y en tantos lugares naturalizan la muerte , sin mas... por ejemplo)
ResponderEliminarmi beso al natural.
No hay excusa para una bofetada, tampoco para la que le diste tú.
ResponderEliminarSi nos paramos a pensar, todo es realmente raro ;)
No se quien dijo que los humanos somos los únicos seres vivos del planeta, que nos devanamos la sesera para saber quienes somos. Y ni planteo la eterna pregunta de para qué, demasiados desvelos tengo como para añadir más problemática a la hora de conciliar el sueño.
ResponderEliminarAlguien, muy inteligente también, pero descartado queda que sea el mismo que cuentas, me dijo que no vale la pena darle vueltas a cuestiones que no están a nuestro alcance de esclarecer y para tranquilizar mi conciencia, pues la derrota me transfiguró el semblante, me obsequió con un aforismo de Lao Tsé, que reza:
" Al final del silencio está la respuesta; al final de nuestros días está la muerte; al final de nuestra vida, un nuevo inicio".
Muy cortestemte le contesté, que no tenía prisa por saberlo.
Perdona el rollazo, pero soy un auténtico desastre para abreviar, por eso carezco de twiter, pues con 140 caracteres no tengo ni para la entrada.
Ninguna bofetada ni ningún insulto jamás estarán justificados, ya sea bofetada o insulto físicos como psicológicos. Por tanto, la agresión de los dos personajes es mutua.
ResponderEliminarQuizás una copita de empatía nunca acabaría por los suelos...
Un beso, Marián.
Creo que sumar una bofetada a un texto, está bien. Lo que no lo está es compararlo, o que comparezca mejor dichoscrito, junto a Rita. Lo de zorra tampoco me gusta, descontextualizado de esa manera tan tuya, tan nuestra… En otros momentos, en ocasiones dispares que no disparatadas, puede resultar resultón, gracioso y excitante, pero vamos, si no se espera, que te abofeteen no tiene su qué ni su "cualo"
ResponderEliminarMe gusta leerte cuando te pones manos a la obra, y guiones a la obra también, y enlazas palabras con hechos y verbos con justificaciones. Me gustas así, al más puro estilo letra, al más puro estilo escribidora y derrochadora de ideas escritas sobre folios que te esperan con las manos, dije manos, abiertas...
Y sí, él tiene razón, o alguien X, eres verbo puro y duro, copulativo, también, y copulante, supongo que a veces. No hay que mediar ni justificar ni preguntarse mucho menos, si una bofetada ha merecido la pena. No, ni la pena, ni la alegría. Lo que no se desea no se agradece, lo que no se tiene no se espera, lo que no se sueña no se vive, o algo así…
Voy a leerte con carácter retroactivo y efectivo... y voy a darte, ahora, las gracias por comentar sobre mi gato Alonso y su ausencia. Ayer escribí un relato. Mi primer relato sin él. Y me resultó difícil. No sé si lo subiré pronto o tarde o alguna vez…
Muchas gracias, Marián, por andar por allí sin andarte con rodeos…
Un abrazo, escrito, siempre escrito.
Mario
Bueno, algunas bofetadas tienen buena melodía. Uno de esos días recibí una en el contexto adecuado, y fue casi apoteótico...
ResponderEliminarMumaMoon:
ResponderEliminar:)
Galia B.:
Todos alguna vez tendríamos que aceptar nuestras pequeñas acciones indignas. La chica del relato ha provocado esa bofetada ¿y no dicen que es peor la violencia psicológica?
Yo no justifico la bofetada, como tampoco justifico esas bofetadas disfrazadas con malas lenguas...Todo tiene su interpretación como ves, Irene.
Y sí, la suerte de tener buenos amigos. Creo que tú también los tienes.
Un beso enorme, Irene.
Antonio Campillo:
ResponderEliminarSí. Suelen decir que "quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija". Es mi tendencia desde pequeñita...me atrae la gente inteligente. Y como soy mujer...pues sí ¡los hombres inteligentes¡ jajaja...
Y como le digo a Irene, (porque también lo has dicho tú) que debemos erradicar actos y acciones inapropiados e indignos. El insulto es una bofetada verbal. Y la chica esa insultar insulta. Y miedo me da, dicho ya en plan confidencial, a esos que me dicen: Te seré sincero...¡por favor¡ no me lo digas jajaja...pero bueno, que con la crítica sana se aprende.
Y muchas gracias, Antonio, por decirme que mi publicación ha sido excelente. Yo lo valoro por venir de ti. Gracias.
Un beso.
P.D.: Eso me dicen, la música del blog...En realidad tienes que elegir de las opciones que te dan. Pero quedó bien ¿no?
Garriga:
ResponderEliminarJajajaja...
Me has hecho recordar aquello que por aquí se dice...eso de la señora en el salón y la puta en la cama. Todo son habladurias...jajajaja...
Cuando alguien te gusta te gusta con sus defectos ¿no crees?
Hasta luego.
Ángel Iván:
ResponderEliminarBueno...científico es. Ha colaborado en una de esas revistas de Ciencia e investigación.
Y te diré que los premios se dan con besos cuando se está a gusto
Besotes.
Elcaligrafista:
ResponderEliminar¡Qué sería de nosotros si no lo naturalizáramos todo¡...
Las injusticias en el mundo y nuestras propias incongruencias. Lo triste es que vas aprendiendo y cuando te enteras de qué va esto de la vida puede ser demasiado tarde.
Te beso, natural mente.
Pilar:
ResponderEliminarEs lo que venimos diciendo. Todos cometemos errores. Somos impulsivos. Pero qué te voy a contar a ti...
hel·lènic:
ResponderEliminarEs la curiosidad por saber. También un poco de morbo. Romperse la cabeza...la filosofía es eso; indagar, ir tras una respuesta a una pregunta y que te surjan cinco preguntas más ¡qué sabe nadie¡...
Sócrates lo sabía...vivamos el Carpe diem...alejando todo lo que podamos las copas de cicuta...
No ha sido un rollazo. Me ha gustado tu argumentación. Gracias.
Marisa:
ResponderEliminarComo siempre, la cordura resplandece contigo. Es cierto. Y puesto que tú y yo somos mujeres nos resulta bastante comprensible que las bofetadas violentas que nosotras damos, sean más sutiles...por aquello de que somos más débiles físicamente. Unas buenas bofetadas verbales sabemos hasta qué punto pueden hundir a un hombre...Por eso nos gustan ellos con temple y con inteligencia para ganarnos en esa contienda.
Y por supuesto, suele pasar que el hombre que pega a una mujer se suele mear encima de miedo cuando se enfrenta a otro hombre.
Un beso grande, Marisa.
Mario:
ResponderEliminarMadre mia...
¡Ya te puedes imaginar cómo me gusta que me comentes¡...Además, sin prisa y extendido.
Lo de los animalitos de compañía es estar expuesto a presenciar su no existencia. Cuando yo era pequeña, en la casa de mi abuela había perros. Un Pastor alemán me guiñaba los ojitos: me conquistó, se llamaba Rebelde, pero conmigo era como la seda...Cuando se murió yo lo sentí mucho. Pero a mi abuela le costó una enfermedad. En fin. Pero no te creas que soy yo muy de animales...jajaja..Bueno, ya sabes.
Ahora lo de Rita y lo de zorra...es que en esa peli la bofetada y el apelativo eran inseparables...¡Ay¡...me voy por las ramas. Tú ya sabes lo que opino de los hombres que pegan a las mujeres; que no hay suficientes cojones (uy¡ perdona, quería decir pelotas, huevos, testículos) jajaja. Tú ya sabes que en el Maria Moliner vienen todas esa palabras y todos los tacos del pueblo.
Y te agradezco que vengas y me lo digas con total libertad, que ya sabes que me gusta hablar con "escribidores" con gato...o que añoran a los que tuvieron.
Un beso escrito, siempre escrito.
Dario:
ResponderEliminarPues cuanto siento que no fuera yo. ¡porque hay contextos tan adecuados¡...en esos que tú misma eres capaz de decir: ¡rómpeme la cara¡...porque si lo pides y te lo dan...eso si es apoteósico...
Un beso.
Si comprendiésemos el funcionamiento de este universo, cosa que se nos escapa, veríamos con normalidad los sucesos que se acontecen a nuestro alrededor.
ResponderEliminarHola, Rapanuy¡
ResponderEliminarEncantada estoy de verte por aquí. Todo es muy complejo, sí. Todo se nos escapa al entendimiento, y lo único que nos queda es vivir y tratar de manejarnos con lo poco que tenemos...¿Supervivencia? tal vez, pero con tanto escepticismo no vamos a arreglar nada, creo yo que no hay que verlo todo tan negro. Siempre que llueve escampa. Tengamos fe.
Besos.
¿En qué momento has hablado tu con mi padre? (en referencia al hombre de los protones xD)
ResponderEliminarNo, no te las has merecido, ni te lo cuestiones; ninguna mujer se merece NUNCA una bofetada. ¡Se acabó todo con él!
ResponderEliminarBesos^^
Lunática (R)
ResponderEliminar...¿tu padre, eh?
jajajaja...
Yo pensaba que estabas hecha de otra pasta...como dices que ya no te encuentras ni en el espejo...
m.p. moreno:
ResponderEliminarPor supuesto, nada de violencias ni malos tratos... igualdad, ya sabes. Yo voy a procurar tratarlos bien, porque ellos siempre me tratan de forma impecable...y cuando me paso me ocurren estas cosas.
Bienvenida.
Besos.
En este bello relato ha quedado claro que ser y circunstancia no serán la misma cosa, tendrán valor relativo, pero a los átomos que se agrupan para ser quienes somos crujen de dolor frente a una bofetada. El dolor también es. Y veo que las matemáticas le están calando hondo, mucho más allá de leer Rayuela jejeje. Besos, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarJavier, si es que todo es ver las cosas desde otras perspectivas...Duelen las bofetadas...duelen las palabras...afortunados somos de tener una piel sensible...y raciocinio para saber comportarnos...somos entes hechos de la misma materia que las estrellas...Y no me voy a quedar solo en Rayuela, que me está descubriendo cosas...mejor remontarnos a Shakespeare: "¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y se agita una hora sobre la escena y después no se le oye más...;un cuento narrado por un idiota con gran aparato, y que nada significa¡" (La tragedia de Macbeth, Acto V, Escena V)
ResponderEliminarBesos.
La hostia es siempre la peor opción.
ResponderEliminarLo otro es lo que vienen haciendo las mentes inquietas desde el albor de los tiempos, observando la naturaleza, siguiendo las volutas del humo junto a una estufa o estableciendo una matemática de la emoción. El conocimiento pone, sin duda.
¡Ya lo creo que pone...¡
ResponderEliminarDespués de un buen polvo una buena conversación "siguiendo las volutas del humo junto a una estufa o estableciendo una matemática de la emoción"...
Sin duda, el conocimiento pone, Juan Antonio.
Un beso.