Hay términos similares para expresar sentimientos distintos. Y sin embargo cuando hablamos de amor se supone que estamos hablando de un sentimiento puro. Dice Pablo a los corintios que el amor no es egoísta: “Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera”. Dice también que el amor es codicioso (Codicia es sinónimo de ambición desmedida y exaltada; desear de forma muy viva). Así que decir codicia y amor, o "amor codicioso", es expresar sentimientos muy distintos. Un oxímoron en retórica. Y sin embargo podría ocurrir que se trata del mismo impulso, designado de dos modos distintos. O de forma calumniosa podría pensarse. Pero donde se revela más claramente que el amor constituye un impulso a apropiarnos de un bien, es en el amor sexual: el amante quiere poseer en exclusiva a la persona que desea. O como dice Nietzsche: “el amante sólo aspira a convertirse en el dragón de su tesoro, en el “conquistador”, en el explotador más egoísta y falto de escrúpulos”. Y no nos asombramos de que esta avidez y esta injusticia salvaje del amor sexual hayan podido ser ensalzadas hasta ese punto en todas las épocas y que de esta clase de amor se haya llegado a extraer incluso el concepto de amor como lo contrario de egoísmo.
Ya ha pasado demasiado tiempo con esa tortura para nosotras las mujeres. Salgamos de ese bucle maldito.Vivamos pues el amor sin ataduras...y si eso es algo difícil para muchos mortales...busquemos algún antídoto... Y ante ese “demonio furioso” como lo define Sófocles, el más amable y amado de los atenienses, vivamos la esperanza de ser libres: “Eros se ha burlado siempre de esos blasfemos… ahora bien, podemos encontrar sin duda aquí y allá en la tierra una especie de prolongación del amor en el curso del cual esta codicia ávida y recíproca entre dos personas ha retrocedido ante un ansia nueva, un anhelo nuevo, una sed superior y común de un ideal que les supera: pero ¿Quién conoce este amor? ¿Quién lo ha experimentado? Su verdadero nombre es amistad.”
Y...
Que ¡Por favor! que nadie caiga en la barbarie de considerar a un ser humano como una posesión suya. Que sea la convivencia y el amor entre mujeres y hombres, como algo saludable. Sin odio y sin rencores.