El político

De mi boca sale lo mejor para el pueblo.

Eso grita el político.

Y va de acá para allá por todas las sendas en busca de seguidores.

Yo seré vuestro camino hacia vuestro bienestar.

Y ese grito va uniendo  a las masas. Toda esa gente ciega que cree que, por fin, ha visto la luz. Y con placer va a la carrera olvidando las piedras del camino. Por fin hemos encontrado a nuestro líder. Es éste hombre bueno que nos ha abierto los ojos y que en todo caso él nos guiará por el sendero que debemos seguir para llegar a nuestro destino. Él nos librará del tirano y de los que nos hacen trabajar sin descanso...buscando un trabajo aceptable.

Y todas esas almas inocentes, van siguiendo al líder como su salvador.

Y el político, sabiendo ya lo fácil que es controlar a las masas, que como estómagos agradecidos sueñan ya con dádivas fecundas...se frota las manos.

¡Yo soy uno de vosotros! Grita el político con todo su entusiasmo. ¡Yo soy el pueblo! Yo soy el enemigo de todos aquellos que os quieren humillar con trabajos pesados y mal pagados...

¡Populismo!

Así grita la razón de algunos. Pero estos también son inocentes como pajaritos y siguen volando hacia ese aire nuevo que los lleva... así van volando esas almas inocentes a las que llaman el pueblo, ¡la gente! Hasta llegar a esa pared en la que pone: DEMOCRACIA.

Y...cuando ya han traspasado el muro, cuando ya ven que es imposible hacer más sacrificios...se dan cuenta de que más allá de la DEMOCRACIA, se puede leer con letra camufladas: DICTADURA.

Y...

Es que nunca, y en ningún caso, un hombre que quiera ostentar poder para dirigir a las masas...pueda ser algo así como un Angel que viene a darnos la Buena Nueva. Ya que todo ser al que en su fuero interno le atraiga la política, siempre, siempre, e inevitablemente termina devorado por ese monstruo llamado Poder, que todo lo corrompe.