Como el agua pura.
Una de las mayores realidades del ser humano es su capacidad para fabular. Esto que en un principio parece una paradoja es una verdad consustancial. Ni es ineludible o inapelable hacer una reflexión demasiado profunda para comprender la complejidad de esta verdad.. Y si la verdad del ser humano es inescrutable...no caería yo en entrar en profundidades. Con nadar sobre la superficie me basta. Porque cuando hablamos de verdades podríamos hablar de sueños... o de verdades soñadas, imaginadas, a veces contaminadas con dolorosos desengaños...si todo lo que existe es real, reales son las causas y reales las consecuencias...
Porque si en la realidad está la verdad... podría seguir así, adentrándome en un laberinto con complicada salida...porque donde uno intenta buscar la verdad se topa con lo que no buscaba, como en esa ilustración que suele hacerse sobre el bien y el mal; que siempre van entrelazados.
En nuestra sofisticación de la mente hemos creado dioses para esta disyuntiva: "De todo árbol del vergel podrás comer libremente, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no has de comer, pues el día en que comas morirás sin remedio"...(....) "¡Ahí tenéis al que ha llegado a ser como uno de nosotros por el conocimiento del bien y del mal! ¡No vaya ahora a tender su mano y tome del árbol de la vida, y comiendo de él viva para siempre! ...Le expulsó, pues, Yahveh Elohim del vergel del Edén a trabajar el suelo de donde había sido tomado".
Hemos llegado a ser dioses en ese desafío, y hemos creado hasta un Diablo como un antídoto para ese Dios que nos castiga inmisericorde aunque proclama su misericordia sacando de la manga ese AS del perdón. El Dios misericordioso prefiere hacer trampas antes de dar al hombre otra oportunidad.
Pero justificar nuestra idiosincrasia...eso no sirve de nada, porque somos hijos de aquellos que crearon a los dioses...¿somos creíbles por malos? ¡somos increíbles por buenos! Y cualquier cosa que hagamos nos convertirá en ángeles mensajeros...
Quizás nuestra justificación sea que no olvidamos aquel paraíso, ni olvidamos a ese Dios que se cree con el derecho de administrar el castigo sin contemplar el perdón, que por otra parte para nada lo necesitamos...
Dioses?
ResponderEliminarEso lo dejo para quienes los necesiten.
No creo en timos.
Besos.
Cada uno de nosotros es un dios en sí mismo ¿para qué necesitamos crear dioses para los demás si nosotros podemos hacer maravillas?
EliminarBesos.
Pues sí que has rizado el rizo, primero con el tema de la realidad, soy de los que piensan que no existe la realidad absoluta, que cada persona ve una realidad distinta que se hace más real tanto en el espacio como en el tiempo (no se si se nota que uno es un relativista) y luego está lo otro, lo de los dioses y diablos, ¿que ocurre con los ateos?, me considero agnóstico y siempre resurge esa duda pero......
ResponderEliminarSaludos
Querido Emilio, también hay realidades que no son tangibles; tus pensamientos y tus dudas son realidades, y sí, también la poesía es una realidad, como lo es cualquier operación matemática.
EliminarClaro, los ateos, que no creen e dioses; son a-teos, y eso también es una realidad. Y si tú eres agnóstico es porque tienes dudas como dices. O que te crees incapaz de comprender esos misterios...
Saludos.
Una forma como otra de mostrar lo perdidos que estamos los humanos en nuestro deambular por el mundo.
ResponderEliminarSalud!
Parece como si necesitáramos algo más que lo que tenemos a nuestro alcance...es como si quisiéramos navegar más allá de las estrellas...
EliminarUn beso.
Siempre hay un poso inventado, y nos es consciente, son los deseos que sobresalen y se instalan. Incluso inventamos en los demás cuando los vanagloriamos en exceso. Abrazos
ResponderEliminarY es que somos así de "sencillos"...necesitamos adornos para todo...
EliminarAbrazos.
Yo soy pecador, por la gracia de Dios y mis defectos se convierten en virtudes cuando me ayudan a corregirlas o evitarlas
ResponderEliminarBesos
Yo peco, tú pecas, ellos pecan, nosotros pecamos...lo que constata que estamos vivos.
EliminarBesos.
Hola Marián.. Siempre tan aguda, haciéndonos reflexionar, cada uno tiene su propia verdad y aveces una ficción, parte de una realidad..
ResponderEliminarUn abrazo..
Pero ante todo es la imaginación, Llorenç, y es una bendición que así sea.
EliminarUn abrazo.
A veces sólo podemos arañar esa superficie, ante la magnitud y profundidad de la mente humana en todos y cada uno de sus reversos…
ResponderEliminarVivimos en calidad de nuestras realidades, esas que conocemos como tal, y la mayoría de las veces, basadas en nuestra verdad. Es quizá por eso, que creamos nuestros propios dioses o demonios…no necesitando a aquellos que viven fuera de nuestras fronteras, entre otras cosas, porque no creemos en ellos, y sí, en los que participan en nuestras propias divagaciones respecto a la vida. Supongo que para vivir hay que creer, el conflicto surge cuando nuestras creencias distan totalmente de las impuestas, y nuestros límites o valoraciones entre el bien y el mal, son totalmente distintas.
Y que me encanta perderme en esas divagaciones de la mente, de la vida…llevadas de la mano de tus letras…esas que pones con maestría sobre la mesa…
Un placer siempre, mi querida Marián.
Bsoss mil, y muy feliz semana ♥
Cuando este mundo que contemplamos se nos queda pequeño...tenemos que abrir puertas...navegar por las galaxias, escudriñar tesoros ocultos...Y es que en el fondo deseamos ser inmortales. Para eso se inventaron los dioses, para adentrarnos en otros mundos...y creo que es magia lo que hacemos.
EliminarGracias, Ginebra, mil besos.
¿Qué es la realidad?
ResponderEliminarCreo que aún no hemos resuelto la pregunta y hemos optado por pasar de la filosofía, que es un modo radical de responder.
¿Dioses y demonios?
Creados en el miedo, sigue a nuestro lado definiendo qué es el bien y el mal, buscando excusas para quebrar uno o refinar el otro.
En el fondo seguimos siendo seres diminutos que contemplan entre asustados y enamorados un universo lejano.
Oh, creo que me he pasado de filosófica, para acabar no diciendo nada, en fin, un beso preciosa
Cuando una empieza a filosofar...al final se dicen muchas cosas aunque nos parezca que no decimos nada. A mi me parece que has dicho cosas profundas: eso de que "en el fondo seguimos siendo seres diminutos que contemplan entre asustados y enamorados un universo lejano"...eso tiene mucho para pensar. Creo que se nota que últimamente estás leyendo mucho ¿estoy equivocada? Ya me dirás...
EliminarUn beso, guapísima.
Las religiones salvíficas aseguran a sus feligreses una vida en el más allá, eterna por descontado, libre de las penurias y calamidades de este camino de espinas… aunque no lo ponen fácil, no vaya a ser que nos dediquemos a vivir con libertad sabiendo que no hay consecuencia alguna… No, hay que cumplir las reglas, ya se sabe, pecado, perdón, respeto a la jerarquía, etc. Eso sí, todo ello, aparte de asegurarte la eternidad, te facilita mucho las cosas en este mundo, ya que no tienes que pensar, sólo obedecer. Por otro lado, están (o estamos) esos pobrecitos que, cuando miran al cielo no ven dioses vigilantes y protectores, sino un espacio inconmensurable donde nuestro pequeño, pero soberbio mundo, se reproduce en millones de copias hasta el infinito. Esos pobrecitos que, cuando el dios vigilante y protector asegura que, por muchos seres que haya en ese universo, la especie elegida es la nuestra, se preguntan, ¿elegida para qué? Esos que no tienen más que peguntas, cuando el resto no tienen más que respuestas… En fin, yo a veces me siento como ese del chiste que, colgado en el borde del abismo, pregunta si hay alguien abajo que le pueda coger si cae y una voz le contesta “Soy Dios, suéltate sin miedo, que yo te cogeré”, y éste contesta “sí, vale, pero… ¿hay alguien más?” Ese alguien más es otro como yo, como tú, con el que compartir preguntas, divagaciones y reflexiones sobre la realidad… Con eso, de momento me conformo, cuando llegue al más allá ya veré lo que hago.
ResponderEliminarUn placer leerte y compartir pensamientos. Besos
PD: Vaya mi máximo respeto a quienes no piensen como yo.
Yo creo que las religiones las inventaron los que quieren vernos humildes y retrasados. Las religiones siempre te oculta la verdad de las cosas.; conocimientos, ciencia y demás. Nos quieren sencillos y pobres de espíritu para que no pensemos; sólo obedecer, como bien dices. Y si te sientes culpable y les confiesas todo...estás perdido; te tienen en sus manos. Cuando yo era pequeña solía preguntar que cómo Dios se iba a enterar de lo que le pedimos tantos y tantos de millones de personas pidiendo cosas a la vez ¡menudo ruido! eso pensaba y preguntaba, debía de ser un pensamiento tonto pues nadie me daba respuesta, sólo se reían.
EliminarEstá bien el chiste, claro, Dios te cogerá en su seno...jajaja después del tortazo llegar al más allá...y a ver qué haces luego jajaja.
Gracias por tu comentario, Isidoro, veo que te lo trabajas y te lo agradezco infinito.
Besos.
Hola, Marián!
ResponderEliminarEva decidió comerse ella solita la manzana e ir a su propio paraíso, eso no le gustó a Dios y éste oprimió el botón de reset: las cosas se volvieron más complicadas; aunque también quizás más divertidas.
Saludos!
Borgo.
Para que luego digan que Dios no se equivoca...primero Lilit, después Eva, luego a pares...y más tarde un harén...;)
EliminarY luego esas vírgenes reservadas para los que cumplen su voluntad...la cosa, como ves, ha ido degenerando de manera exponencial...Fíate de los dioses y no corras.
Besos.
Estoy de acuerdo con llorenc, cada uno tiene su propia verdad, cada uno vive su propia realidad, que no es la misma que la de los demás.
ResponderEliminarUn beso.
Y yo estoy de acuerdo contigo, María, que cada uno vive su propia realidad...que como dijo el poeta Campoamor; nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.
EliminarMuchas gracias, María, por venir y dejar comentario.
Besos.
No es extraño el querer el imperio de dioses, si venimos de una evolución, donde en el pensamiento de Darwin, las especies inferiores sufrirán el tarascazo de las superiores, cuento que no aplica para la especie humana, y que el capitalismo pone en boga, con la producción y la competencia a muerte. Cierto, los diosees son invención humana, para quitarnos el derechos al edén sin exclusión. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarY lo peor de todo es los que se erigen en dioses para adueñarse de todos los saberes; para dominar a los que ellos consideran seres inferiores...
ResponderEliminarUn abrazo.
Te maldigo, truena la voz de su juez. Padre nuestro que nos privo del Edén. Cito a Barón Rojo.
ResponderEliminarSegún algunos gnosticos, los orfistas, la serpiente fue un personaje heroico. Que reveló una verdad, la necesidad de rebelarse ante el Demiurgo, su pretensión de ser un dios, sus normas. Indagar la verdadera realidad.
Bien planteado. Imaginación para indagar la realidad. Es más realista que pensar que en la fracción de realidad percibida, está la verdad.
Un abrazo.
En muchas religiones la serpiente representa a los enigmas...algo misterioso que no se puede mostrar para que los dioses sean un misterio...
EliminarBesos.