Las palabras a veces crean frases inconexas, otras veces frases vacías y otras, vergonzantes. Hay frases mudas y huérfanas de gestos. Y se pueden pronunciar sin ademanes o con aspavientos.
Cuando no hay argumentos las palabras se pueden adornar de gran aparato ceremonial. También bajando el tono con astucia hasta el murmullo para luego elevarlo hasta que estalle como un trueno.
Las palabras usadas con maestría pueden ser como polvos mágicos que se esparcen entre la concurrencia… cadencias bien usadas con oportunos silencios.
Técnicas todas éstas para despertar a un auditorio pasivo.
Y una vez que se termina el discurso lo que se comenta es lo bien que domina la oratoria el conferenciante. Y ahí se queda todo.
Pero…
Si las palabras se pronuncian como si fueran dirigidas al corazón de un juez inflexible, empedernido. Si se pronuncian como el reo de muerte que pide justicia al tribunal… entonces de lo que se trata es de llegar al corazón de los oyentes y hacer que el propio corazón del discursante afluya a su boca… y se abandone al lenguaje… para tomar de sus labios frases como si fueran pájaros echándolos a volar, palabras autenticas que salen con alas y se despliegan sobre los oyentes y los conducen en peregrinación hacia un santuario buscando un milagro… verdades de todos que arranquen las vendas de los ojos para vernos las caras y hablar todos en un mismo lenguaje…
Y…
Tal vez lo que nos falte sea poesía en la política, ya que, economía, finanzas, el fondo monetario, sean conceptos ininteligibles para el hombre del pueblo. Porque si dos ladrones más dos ladrones son cuatro ladrones…
¿Para qué buscar las cinco patas al gato?
Intentar comprender el amplio espectro de lo que las palabras producen sería como intentar explicar el amor. Las palabras son todo y nada, según cuándo se dicen, quién las dice, por qué se dice... Palabras-beso... Palabras-golpe... Palabras-caricia... Palabras-redondas... Palabras-cero....
ResponderEliminarPoesía en la política?? No pues!!! Por qué la quieres destruir?? (a la poesía, claro xDDDDDDD!!!!!)
Me encanta leer sobre las palabras, da mucha tela :)
Buen finde!
Las palabras se las lleva el viento, se suele decir, no son ellas solas las que puedan transmitir algo sino la forma y en el contexto en que se pronuncian. Las palabras pueden ser un arma de doble filo; pueden ser instrumentos del engaño...sí, como bien dices, mucha tela.
EliminarBuena semana.
Incluir poesía en la politica implicaría decir verdades profundas, despertar disconformidades, deseos.
ResponderEliminar¿Te imaginas politicos incentivando el apetito de inmortalidad? ¿O el deseo de ser inspirados por las musas?
Precisamente el pueblo suele elegir a los más torpes, a los políticos menos capaces...
EliminarY siempre demuestran que son insensibles, no tienen corazón, o eso parece...ya ves, algo incompatible con la poesía.
La poesía en la política es un arma cargada de poder.
ResponderEliminarPor tanto mejor poesía limpia para una dominación utópica que no una obscena para un dominio populista.
Besos.
Pues sí, seguro que podría quedar desvirtuada en esas bocas mentirosas, y tienes razón, la poesía no va con eso.
EliminarBesos.
Jugar con las palabra, sus tonos y giros está muy bien, poner miel en la boca del asno ya es malgastar los esfuerzos. Un saltibrinco
ResponderEliminarBueno... si las palabras mueven conciencias....algo es algo.
Eliminarsaltibrinco dos
Con las palabras se van dando forma a los pensamientos y sentimientos y es una manera de comunicarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Toda la razón tienes. Has estado axiomático.
EliminarUn abrazo.
Sobre todo espíritu poético, pienso, esa intención de tratar con delicadeza a las palabras. Porque poetas corruptos, también los hay... Un abrazo.
ResponderEliminarAlgunos políticos en el terreno de la parafernalea lo bordan más o menos... si son inteligentes, porque hay cada tonto...¿Te imaginas a Rajoy diciendo algo inteligente sin leerlo? Bueno...pues ahí lo tenemos tan ufano porque le han votado.
EliminarUn abrazo.
Falta poesía a la política y a la sociedad le faltan sueños, acaso sueños en comunidad. Es verdad, hay muchas y muchas maneras de expresar las palabras. Cuanto más aparto ceremonial, más vacío, más nada. En fin.
ResponderEliminarSaludos.
De las sociedades soñadoras sale el progreso, el no conformarnos con lo que hay, debería de movernos a todos. Hoy día los políticos sólo piensan en que les vuelvan a votar...y es que no tiene arte ni para contarnos las milongas.
EliminarSaludos.
Es muy denso, pero en esencia me quedo con que la poesía ennoblece cualquier disciplina. No siendo, en realidad ciencia alguna.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego que la poesía lo ennoblece y lo embellece todo. Para mi es un arte, no sé si ciencia o no, pero arte es.
EliminarUn abrazo.
Seguro que si buscas las cinco patas al gato, encuentras otros ocho ladrones. Seguro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, ya ves, hoy mismo han encontrado un montonazo más...esto es el no parar.
EliminarUn abrazo.
Pues porque las deben tener, querida Marián. Si no las tuviese se notaría inmediatamente la falta de argumentos, el reiterado estudio con maestros de la dicción pagados, como no, con nuestro dinero, y tratando de explicar al pueblo lo que maldita falta quiere saber: FMI, UE, grandes palabras inentiligibles y que se hacen comunes sin saber su significado, etc. Lo que desconoce la ciudadanía es la palabra honradez y profesionalidad…, hasta dudo que se encuentren en ese hortera diccionario recién editado que contiene multitud de barbarismos en detrimento de eliminar de él palabras auténticamente españolas. Querida Marián, tenemos poca solución por ser tan acomodaticios y absorbentes de lenguas desconocidas que impiden, precisamente, lo que se pretendo: la incomunicación.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida Marián.
Es verdad, Antonio, cada vez más modismos, más anglicismos y demás, con lo rica que es nuestra lengua, pero ya se sabe que los políticos huyen siempre de la claridad. Y como no vamos a pedir belleza...no saben conectar con el pueblo, van a lo suyo, que por lo que se ve es forrarse.
EliminarUn beso, Antonio.
Los políticos son porquería y normalmente reptan, y la poesía vuela.
ResponderEliminarBesos
Jolines, es verdad, Sonsoles, así es.
EliminarBesos.
En la escuela de interpretación siempre nos insistían en que hay que hablar con el corazón, con sentimiento pues de otro modo parece que estamos leyendo un texto. Y así era, pero se trataba de dar vida a esas palabras.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Dicen que para la interpretación, para que sea eficaz, hay que hacerla de corazón, sentirla. Es, creo, lo que suelen utilizar los actores y actrices del método (Stanislavski) algunos directores lo prefieren como Almodóvar y otros; dejan que el actor o la actriz ponga de lo suyo, que lo vivan...
EliminarSaludos.
Las palabras a veces crean frases inconexas, otras veces frases vacías y otras, vergonzantes. Hay frases mudas y huérfanas de gestos. Y se pueden pronunciar sin ademanes o con aspavientos.
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Pela palavra se ama, pela palavra se odeia.
Quanto às palavras vergonhosas depende da interpretação ou da pudicidade. Palavras de amor podem ser palavras vergonhosas.
Felicidades
MANUEL
Exactamente, con las palabras se puede manifestar toda clase de sentimientos, eso es.
EliminarGracias, Manuel.
La xenoglosia y la glosolalia, pueden tener dos explicaciones (escoge una). O bien, es el Espíritu Santo manifestándose en forma de lenguas distintas en una persona. O se trata de un síntoma inequívoco de un problema psiquiátrico.
ResponderEliminarSeparándonos de las dos acepciones anteriores. Lo que abunda, es la “verborrea, charlatanería, palabrería, demagogia y similares” que son usadas como herramienta de los políticos, gobernantes, diplomáticos, guías espirituales y similares, que hablan mucho, dicen poco y sólo buscan sacar un provecho subalterno en beneficio propio.
Lo que si hay que reconocer, es que, las palabras tienen, una función y un poder. La función es comunicar el pensamiento del que las emite, y el poder está en influenciar a quien las escucha. Cualquiera puede usar las palabras para transmitir un mensaje, pero no cualquiera puede con palabras, manipular, estafar, persuadir, seducir, argumentar, convencer, revolucionar, enviar a las masas a la guerra, al genocidio, al sacrificio, a un holocausto, a elegir y empoderar a un truhán como autoridad.
La palabra es tan poderosa, que a veces pienso (observando nuestro mundo), que Dios no creo a la palabra, la palabra creo a Dios.
¡Saludos!
Estaba pensando yo en el Pentecostés, cuando aquellos seguidores de Cristo empezaron a hablar, gracias al Espíritu Santo, en lenguas que nunca habían hablado...Y sí, podría ser un problema psíquico...porque todo fanatismo es obsesivo.
EliminarEn cuanto al poder de las palabras, estoy de acuerdo, nos seducen, nos enfadan, nos revolucionan y hasta tienen el poder de manipularnos. Y sí, tan poderosa es la palabra que ha creado a todos los mitos...incluso a ese Dios que nosotros decimos "el verdadero".
Saludos.
Magnífico monólogo. Es cierto que las palabras ofenden más que los gestos y duelen más, mucho más, que los golpes, Marian.
ResponderEliminarHay palabras que caen como mazos...y otras que resucitan...las palabras son mágicas.
ResponderEliminarSaludos.
A mí lo que menos me gusta son las palabras de los políticos, los banqueros y los grandes empresarios. No me creo una sola frase de lo que sale por sus bocas: mienten y manipulan descaradamente. Si al menos fueran ingeniosos o tuvieran arte al hacerlo...
ResponderEliminarBesitos.
Tenemos ahora mismo un político que está haciendo un ridículo manifiesto...hasta para mentir hay que ser buenos...y esa "casta" son malos para todo.
EliminarBesos.