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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

jueves, 31 de octubre de 2013

Meditaciones con mi abuela…



Uno de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia es haber estado mirando a mi abuelo mientras leía a Voltaire en el salón, casi en penumbra, y al rato se quedaba dormido plácidamente. Yo recogía con sigilo su libro y él seguía en su mundo. Esa imagen se me ha quedado grabada para siempre, quizás porque ya entonces adivinara que la literatura iba a ser uno de mis juegos preferidos. Pero la vida te va llevando; te trae y te lleva, como dijo alguien; la vida es eso que va sucediendo mientras nosotros vamos haciendo otras cosas. Sin embargo nunca he estado lejos de los libros. Por mi familia y herencia siempre he estado entre libros. Profesiones relacionadas con ellos, pero escribir, lo que se dice escribir, en rigor, nunca han logrado  vivir de escribir algo propio. Es más, según la versión de mi abuela, algunos apuntaban maneras, pero ninguno se sometió a esa disciplina que conlleva el escribir para otros.
De siempre, en mi casa,  he oído comentar que ganarse la vida  escribiendo libros supondría una condena; una cadena de contención; de control de uno mismo y del tiempo. Mi querido primo Rafael aseguraba siendo aún un niño,  que escribir tendría que ser un acto gozoso y placentero. Claro que mi querido primo desde siempre todo lo ha llevado a ese terreno. ¡Menudo golfo¡ dice mi abuela, ya que Rafael anda por ahí, a su aire, a saber qué andará haciendo ahora. Por que este golfo no parece de nuestra familia, ese muchacho con sus mil demonios en el cuerpo.

Mi abuela ya no sabe valorar lo del momento actual, bueno, yo creo que en realidad ni le importa. Ella ya está al cabo de la calle, en todo. Seguramente es que no se quiere calentar la cabeza con lo que no tiene remedio. Ella es sabia y sabe que este mundo no tiene arreglo… y con su gran sabiduría se ha quedado anclada en su mundo de cuando era una jovencita.  Lo hace a sabiendas, porque ella sabe discernir lo bueno y lo malo de cada época. Ella guardaba con mucho secreto algunos versos, que nunca dejaba leer. A hurtadillas conseguí leer algunos, y sinceramente no los consideré de gran valor. Una noche calurosa de verano me leyó algunos, y la verdad que leídos por ella, o quizás por el sentimiento que puso, me emocioné. Le dije que podía recopilar esos poemas de su creación e intentar publicar un librito. Pero ella riéndose con ganas, pues tiene un gran sentido del humor, me dijo que no la tomara el pelo, y me dijo que ahora los poemas no responden a esas coordenadas, ya no se aprecia lo mágico, lo místico. La poesía pura eso está en las antípodas. Ahora dicen los jóvenes que eso ya no se lleva; no mola. ¿Se dice mola, no?. Os dejáis arrastrar por lo que otros os imponen.

Todas esas cosas me dice mi abuela, ¡y qué sabia es la tía! Dice que para escribir, además de ciertas reglas, hay que tener vivencias, Pero abuela… cómo puedes decir eso a tus años con todo lo que has vivido. He vivido, sí, pero ¡me dejé tantas cosas en el tintero!… Pero ahora las puedes contar, incluso aquellas que te gustaría haber vivido. Escribiendo se puede mentir ¿no?…¡Ah, claro, hija, se puede mentir¡.  Pues claro que se puede mentir. Esa es la base de la escritura; mentir… porque esa es la mejor manera de que salgan a flote todas las verdades ocultas que hay dentro de uno. Esos mundos ocultos. No todos los grandes literatos lo han conseguido, quizás por pudor. Pero créeme, hija, nadie es auténtico.
Entonces…¿es difícil escribir lo que se siente, abuela? Bueno… Yo creo que hay que ser un genio para saber escribir con calidad literaria lo que se siente y sentir lo que se escribe, porque en rigor te digo que escribir todo lo que se siente resulta mucho más complicado.

Está anocheciendo. Súbitamente nos hemos quedado calladas, y ella  se ha quedado algo traspuesta… La mayor suerte de mi vida es haber tenido una abuela como la que tengo, además, es inmortal: siempre estará conmigo…


10 comentarios:

  1. Son los abuelos pilares de nuestra infancia, durante una etapa los dejamos un poco para las fiestas, luego recuperamos la memoria y son la imagen del recuerdo de lo que ya no somos. Y cuando se van lejos, o cerca depende es cuando mas vemos momentos que dejaron huella en nosotros. Un abrazo

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  2. -Poesía, pura, inocente; pero con genio (con las musas espoleando en nuestras costillas).

    -Yo también creo que la mentira (mentirnos) es una forma de discernir la verdad (los entresijos de nuestra naturaleza a los que no llega la vivencia). Mentir es recrear otros mundos.

    -Conozco a un poeta auténtico y puede que no sea el único (la excepción que confirma la regla?)

    -Un verdadero placer descubrir este espacio!!!

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  3. Es un texto conmovedor.
    Dice Manuel Rivas: "Los libros son como un hogar... En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío".
    En tu caso además de los libros tienes a tu abuela.

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  4. La percepción de lo actual y lo sometido a regímenes disciplinarios de gran dureza lingüística son diferentes. Sí, lo son. Pero no por ello se debe uno someter al dictado de quienes puedan criticar positiva o negativamente lo que es fruto de su experiencia y pensamiento. Creo que el autor debe sentirse independiente de quienes opinan sobre lo que puede crear. La creación es atributo propio del autor, la crítica lo es de quien lo valora.

    Un fuerte abrazo, querida Marián.

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  5. Qué sabiduría la de tu abuela, y qué envidia me da tu primo, libre ataduras, y también envidia de tu abuelo, que se quedaba traspuesto leyendo a Voltaire, a eso aspiro algún día...
    Enhorabuena porque me llegan tus palabras cercanas, emocionantes...
    Un abrazo!

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  6. En mi primer comentario a esta bitácora recién descubierta sólo diré que el subtítulo me ha fascinado (duda - juventud - certeza - vejez) y que todo tiene muy buena pinta. Sólo aportaré tres conceptos muy importantes para la juventud: deseo, placer y aventura.

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  7. esos abuelos que tanto saben y nos han enseñado... me ha encantado

    besitos y feliz fin de semana

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  8. Hablar así, con alguien, en este caso una abuela, de temas importantes para uno, es una gozada. Encima ella habla desde la sabiduría y la paciencia, desde una visión asentada, esa visión es complicado adquirirla antes, deseamos demasiadas cosas.

    Sea como sea, me ha gustado mucho esta pequeña confesión o ventana a un rincón tan íntimo.

    Un saludo

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  9. La entiendo perfectamente signorina.

    Cuando pienso en mi abuelo, una sonrisa ilumina mi cara.

    Con él me sentía gigante..

    Forman parte de nosotros..
    Un piacere

    Sicilia

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  10. Que bonitos sentimientos. Hemos sido muy afortunados al poder disfrutar de nuestros abuelos, y en mi caso de los de otra mucha gente... Un beso.

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Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior. Goethe.