sábado, 28 de septiembre de 2013
Eros...
Un poco antes de dejarnos para siempre, el polémico cineasta Bigas Luna, se puso a reflexionar sobre su tema preferido: sobre el sexo y el erotismo. Y lo conectaba con el concepto amor (un sustantivo que para él tenía diversas aplicaciones). Y aunque Bigas Luna nunca fue precisamente santo de mi devoción, me pareció muy interesante lo que dijo… que es muy probable que la primera vez que la hembra se volvió mientras copulaban, lo hizo porque quiso buscar la mirada ardiente del macho. Es ahí cuando empezó el erotismo, buscar el deseo y dejarlo suspendido en la mirada… lo bello del acto, de querer sublimizarlo… ponerlo por encima del instinto …la emoción de ver disfrutar a su macho…
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Eso es lo que decía Vigas, pero ¿y si fuera al contrario?. El macho quiso ver la expresión de placer en el rostro de su hembra mientras la tomaba.
ResponderEliminarEsas miradas son variadas según el momento
ResponderEliminarlo importante es que existan
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo sea, la mirada del otro nos devuelve el logro, que cuando es mutuo, nos desborda. Bella reflexión, muy bella. Y una vuelta por aquí en estos tiempos un poco difíciles para bregue ar, me complace, como esa mirada jeje. Besos.
ResponderEliminarMe refería al sr. Bigas,... I'm so sorry.
ResponderEliminarBss
Un texto este tuyo digno de apuntar, es una bella metáfora sobre el deseo y el erotismo.
ResponderEliminarBesos.
La mirada tiene su significado más completo cuando es bidireccional: es en ese momento cuando el lenguaje no verbal no necesita de ninguna palabra ni ningún alfabeto.
ResponderEliminar¿A qué iglesia pertenece el canecillo de tu fotografía, Marián? ¿Palencia, Cantabria? Tengo curiosidad. Esas representaciones de los pecados y esos avisos del infierno, me suenan por las iglesias de esa zona aunque la de Frómista la descarto.
Un beso.
Sin dudas la mirada estructura el deseo..Mirar y deser ¿cual es la diferencia?
ResponderEliminarmi beso...el de siempre.
Creo que es de los momentos más placenteros de la cópula: sentir y ver al otro en el goce pagano. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarTiene sentido, tiene mucho sentido ... excepto si la mujer es ciega!
ResponderEliminarUn abrazo
Buscarse con la mirada es ir más allá de la simple cópula reproductiva. Es querer tener la certeza de que nos estamos entregando por amor.
ResponderEliminarBesos.
La imagen, ya me puso... digo, la imagen primitiva de la mujer volviéndose... Un abrazo.
ResponderEliminarQuizás lo único que buscamos sean espejos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Zavala:
ResponderEliminarSeguro que sirve para los dos, según desde el ángulo que se mire. El deseo entra por los ojos...y la mirada puede elevarnos a la máxima potencia...
Un beso.
Noelplebeyo:
ResponderEliminarPues sí, las miradas son las que nos trabajan...
Enya:
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Enya, ver disfrutar al hombre que amas es sublime...
Besos.
Javier F. Noya:
ResponderEliminarNos desborda, sí, ver el placer en el rostro si el placer es mutuo...
Me alegra verte por aquí, Javier, "bregueando", lo mires como lo mires ;)
Supongo que te va bien con tus proyectos.
Besos.
Pitt Tristán:
ResponderEliminarGracias por venir a comentar, Pitt, sobre esta bella metáfora, como bien dices, o quizás es que entre metáforas y pragmatismos andamos...
beso.
Marisa:
ResponderEliminarEsas son las mejores miradas, las que son mutuas. Es el rito de la atracción y no necesitamos palabras, como bien dices.
En cuanto a ese canecillo, qué te voy a decir, seguro que sabes más que yo sobre ese tema...creo que es de la iglesia románica de San Pedro de Cervatos de la cueza. Y gracias a tu comentario he descubierto algunos más de Cantabria y Palencia. Mil gracias, Marisa.
Besos.
Elcaligrafista:
ResponderEliminarEl deseo busca la mirada...la mirada que acrecienta el deseo...
Siempre el beso, sí.
Carlos Augusto Pereyra Martínez:
ResponderEliminarEl gozo de la cópula cuanto más pagano, más intenso es, sin ninguna duda.
Un beso.
Tuca Zamagna:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Bienvenido. Un abrazo.
Aniquiladora:
ResponderEliminarAmor y deseo...la ecuación más perfecta.
Besoss, Aniki.
Darío:
ResponderEliminarLa imagen de la mujer volviéndose ¿te imaginas?
Abrazo.
El intimista secreto:
ResponderEliminarExacto, Los espejos son las perspectivas en las que queremos buscarnos...¿lo logramos?
Un abrazo y bienvenido al blog.
Saludos, es un momento compartido, hay que verlo, mirarlo.
ResponderEliminarEl enloqueció oyéndola gemir.
Ella enloqueció viéndolo romperse trabajosamente.
Un abrazo.
Johnson Ulises:
ResponderEliminarUuufff!!...
¡Qué imágenes me han venido a la cabeza leyendo tu comentario!...porque cada momentos de esos...tiene un matiz diferente...y eso es lo bueno ¿verdad?
Bienvenido, un beso.
Efectivamente.
ResponderEliminarMe gusta tu blog.
Un abrazo.
Juego de miradas que se revelan y se derriten en deseo.
ResponderEliminarEros en el aire..Que no caiga el rayo, todavía.
Preciosa entrada, Marián.
Regreso por tu blog y me imana.
Abrazos.
Muchisimas gracias, Ceciely, por tus palabras cariñosas hacia mi y por el bello comentario al texto. Me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarAbrazos.
Las miradas hablan a las miradas. Si acaso, algún que otro rugido...
ResponderEliminarTal vez rugidos personalizados...de esos que no se olvidan...
ResponderEliminarEfectivamente, parece un canecillo del alero de la iglesia románica de Cervatos... El tema erótico es recurrente en la iconografía altomedieval; cuesta trabajo ponerse en la mentalidad del clérigo que encargo las esculturas, aunque hay biempensantes que aventuran que bien pudieran ser un muestrario de lo que no se debe hacer (como aquel cura de cierto pueblo, que metía mano a las jóvencitas que acudían a confesarse con él: "¿Te hace esto tu novio? ¿Y esto otro? ¿Te gustaba entonces? ¿Y ahora?..." Simple pedagogía de las almas, dulces varetazos en los lomos de la grey. Sí, sí.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en que la cara es el catalizador principal de la pasión (¿se concibe hoy el follaje sin una mísera lamparilla art nouveau encendida sobre el mármol de la mesilla de noche? Suele quedar bien si, además, pones sobre la tulipa un foulard o un pañuelo de seda bermellón; también resulta bien la gama de los violetas que viran al rojo). Siempre procuro que la libélula quede de la parte de la cama.
Los pródromos amatorios, las avanzadas de la pasión embridada, la elongación de los dulcísimos espacios temporales del abrazo, el mapa orográfico de una cara que muta como los trigos de Urueña bajo el ventarrón de la estepa; los inefables fruncidos de los labios (nunca vas a ver mejor el pequeño nódulo del labio superior del amante como unos segundos antes del desquiciamiento gravitatorio y de la fusión de los núcleos que Newton decía que huían los unos de los otros..
Después de esta gloria..., si quedara tiempo y energía amante, se habrá de penetrar en esa fronda idílica. Pero siempre mirándose a la cara.
PS.- Me gustaría extenderme pero me llama el fontanero. Agua.
Aquí lo tienes.
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