V
Me llamaron, vaya si me llamaron, y fue entonces cuando me di cuenta de que la distancia que nos separa de los múltiples universos paralelos que no alcanzamos a vivir, es una simple y llana decisión: poner un anuncio o no ponerlo.
Superada la sorpresa inicial, y para reconocernos previamente, yo quedaba con las chicas que me llamaban en una cafetería cercana ¿Tú sabes a lo que vienes?, les preguntaba entonces por si acaso mi anuncio no les había quedado lo suficientemente claro. Pero parecía que sí, que lo habían captado todo, que lo habían pillado a la primera.
La cosa estuvo bien desde el principio, ya digo y, después de un año y medio de anunciar mi sugestiva oferta, el balance fue como sigue: me había acostado con siete chicas. No sé si eso será demasiado o no. Ustedes sabrán. La vida sexual es siempre un imponderable. Comparado , desde luego, con mi media anterior, sí que lo era. No voy además a describirles todas las peripecias por las que pasé desde que colgué mi anuncio. Para eso ya están los escritores hiperrealistas. A mi es que la anécdota constante y la costumbre del blablablá me aburren sobremanera y me distraen casi siempre del nervio principal de la trama. Avancemos por favor. Basta confesar, que pese a la placentera sensualidad con la que me deleité gracias a la brillante idea del anuncio de las dobles sesiones...no había terminado de alcanzar mi objetivo inicial de conjugar el sexo y el cine hasta fundirlos en una entidad. Enumero a continuación algunas de las posibles causas.
1- La cosa de la erudición. Había chicas con las que ver películas era angustioso: saturaban el ambiente con citas, datos y referencias constantes a otras películas. No paraban de cascar durante el visionado y yo hubiera dado mi vida porque se callaran.
2- La cosa de la dispersión. Había chicas cuya atención se disolvía irremediablemente a mitad de la película y ¿hay algo más innoble que la dispersión? Follar en esas condiciones se me antojaba imposible.
3- La cosa del tonteo. Había chicas que, pese a lo que yo creía, no habían captado bien la esencia de mi anuncio o creían, por el contrario, que se trataba de una mera excusa. Estas eran las peores porque empezaban a tocarme aprovechándose de la oscuridad y entonces tenía que interrumpir la película y aclararles cuales eran las reglas de nuestro encuentro.
Sí, vale, eché unos cuantos polvos, follé mucho o más que antes, gracias, formúlenlo como quieran o tal como su moralidad se lo permita, me da igual, pero no era eso lo que perseguía. Aunque no lo crean, yo soy, generalmente, un individuo de los que se bastan a sí mismos y, después de todo, lo que yo realmente perseguía era la síntesis. Así que, pese al relativo éxito de convocatoria, lo cierto es que aquello me seguía pareciendo un fracaso y hasta estuve tentado de modificar el anuncio e incluir una cláusula adicional que me acercara a mi objetivo inicial. Y casi lo hago y no tengan duda de que lo hubiera hecho si no hubiese aparecido ella.
CONTINUARÁ...
2- La cosa de la dispersión. Había chicas cuya atención se disolvía irremediablemente a mitad de la película y ¿hay algo más innoble que la dispersión? Follar en esas condiciones se me antojaba imposible.
3- La cosa del tonteo. Había chicas que, pese a lo que yo creía, no habían captado bien la esencia de mi anuncio o creían, por el contrario, que se trataba de una mera excusa. Estas eran las peores porque empezaban a tocarme aprovechándose de la oscuridad y entonces tenía que interrumpir la película y aclararles cuales eran las reglas de nuestro encuentro.
Sí, vale, eché unos cuantos polvos, follé mucho o más que antes, gracias, formúlenlo como quieran o tal como su moralidad se lo permita, me da igual, pero no era eso lo que perseguía. Aunque no lo crean, yo soy, generalmente, un individuo de los que se bastan a sí mismos y, después de todo, lo que yo realmente perseguía era la síntesis. Así que, pese al relativo éxito de convocatoria, lo cierto es que aquello me seguía pareciendo un fracaso y hasta estuve tentado de modificar el anuncio e incluir una cláusula adicional que me acercara a mi objetivo inicial. Y casi lo hago y no tengan duda de que lo hubiera hecho si no hubiese aparecido ella.
CONTINUARÁ...
Ella?
ResponderEliminarMira que eres auténtica, jaja
seguiré atenta a ese continuará..
Besos, bella Marián.
O un hombre todos los hombres... Un abrazo.
ResponderEliminarAhora, se deberán estudiar los resultados de campo y analizar concienzudamente qué sucede cuando personas, que se encuentran en un estado inicial determinado, ante un anuncio como el propuesto reaccionan y se dejan llevar por los cánones del estudio e incluso llevan más allá de lo solicitado sus pasiones reprimidas. Interesante. Seguiré leyendo con interés.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Marián.
Enya:
ResponderEliminar¿Sí?
Bueno, sí. Siempre se ve cómo respiramos. Pero cuando nos gusta escribir, ser auténtica dicen que no es bueno...lo inesperado es lo que te emociona ¿no crees?
Besos, guapísima.
Darío:
ResponderEliminarAh, sí, pero a veces sale un tipo algo más original.
Un beso.
ANTONIO CAMPILLO:
ResponderEliminarUn relato es un relato, Antonio, y puede pasar de todo, jajaja. Todo depende de dejarte llevar por la escritura y, a veces, las incoherencias te salen al paso. No corriges nada porque es una ficción...como la vida misma, eso sí.
Un beso, Antonio.
Hola, Marián. Me ha encantado conocer tu blog y ya espero con ganas tu próxima entrega de "El beso perfecto". Luego quiero leer con calma tus entradas anteriores.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
miquel zueras:
ResponderEliminarY a mi me encanta que te haya gustado mi blog. hay mucho para leer, eh, voy por el tercer añito y soy bastante constante...
Un beso y muchas gracias, miquel.
Espero con avidez el final,
ResponderEliminarQuizàs sea ...
un beso austero
Beso austero:
ResponderEliminar1- Severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral.
2- Sobrio, morigerado, sencillo, sin ninguna clase de alardes.
3- Agrio, astringente y áspero al gusto.
4- Retirado, mortificado y penitente.
Pues bien. Tachemos todo eso y pensemos en esos besos que resucitan a los muertos...
EStoy atrapado con la historia...y eso de dejarla en suspenso, que suponga caracteriza tu blog. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarBueno, ya falta poquito para el desenlace. Tampoco es que sea un relato para devanarse los sesos ;). Puro entretenimiento nada más.
ResponderEliminarGracias por venir a leerme y comentar.
Un abracito.