La ética de la justicia.
A los Medios de Comunicación.
Hacer depender la justicia de las convenciones humanas es destruir la moral.
Cicerón
Quien tiene la íntima substancia, también tiene palabras; quien tiene palabras, no siempre tiene también la íntima substancia.
Confucio
Sólo después de instituida la ley se puede hablar de "justicia" y de "injusticia".
Friedrich Nietzsche
Es mejor arriesgarse a salvar a un culpable que condenar a un inocente.
Voltaire
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En la Administración de Justicia, una de las reglas más básicas para las resoluciones judiciales, es el respeto al ritual. Es lo más importante. Sin esa solemnidad no funciona el Estado de derecho.
Los abogados que no tengan en cuenta ese protocolo ante los tribunales, tienen muy pocos resultados positivos. En ese mundo protocolario donde hay que enfrentarse a los estrados y las togas, un comportamiento que no sea respetuoso es totalmente improcedente.
En una estadística del Consejo General del Poder Judicial de 2009 aparecía que en el 88% de los ciudadanos se habían quejado porque querían una justicia más atenta, educada y respetuosa. Así que según el punto de vista del ciudadano, esa falta de atención dista bastante de lo que tendría que ser, ya que últimamente se está olvidando ese formalismo. La urbanidad, las formas, se han deteriorado en general, y esto es grave, ya que el Poder Judicial es uno de los pilares del Estado de derecho, y la falta de dignidad de la institución provoca que los ciudadanos no sepan a qué atenerse.
Se cuenta la anécdota de un juez que oyó voces en la secretaría y salió de su despacho hecho un energúmeno mandando que se callaran a las personas que alborotaban. Y una de esas personas le espetó: "¡váyase usted a la mierda"!. Enjuiciado por ello, replicó que nunca hubiera pensado que alguien con ese comportamiento fuera un señor juez. El respeto mutuo entre personas civilizadas es esencial, y más en un trabajo donde hay que impartir justicia.
A una joven mujer imputada por un asunto de drogas no le puede decir un juez, en las previas, con los pies encima de la mesa: "Oye, tía ¿sabes qué? Que te voy a mandar tres años al trullo". Y se han dado casos muy parecidos a esta falta de respeto.
Y en cuanto a los ciudadanos, los abogados suelen aconsejar a los imputados, comparecer con impecable traje gris o azul pero de tonos oscuros, camisa blanca, zapatos limpios ¡ah¡ ni gafas de sol, ni gorras, ni brazos en jarra, ni tuteos a los miembros del tribunal, y por supuesto, nada de chicles. Salvar el protocolo es lo esencial.
Y lo de que haya altos magistrados corruptos, eso ya es otra cuestión en la que hay que taparse la nariz y mirar para otro lado. Y sobre todo, que nadie se atreva a decir que "¡la justicia es un cachondeo!".
Cierto, pero yo la percibo como el podermás saneado, en comparación con la casta política
ResponderEliminarCuando impartir justicia recae sobre la conciencia del Hombre, no es justicia. Las creencias y el concepto del bien y el mal dependen de las experiencias individuales. Dictarás sentencia basándote en los mandatos legales, pero nunca te alejarás lo suficiente de tus propias creencias y experiencias.
ResponderEliminarBesos.
Noelplebeyo:
ResponderEliminarSí, hay cosas peores...pero aún queda mucho para que la justicia sea un poder totalmente independiente y por tanto más justo.
Aniquiladora:
ResponderEliminarExactamente, Aniki, es así. Siempre prevalecerá los criterios íntimos de ese hombre (el juez) sus creencias o sus principios, o...¿por qué te crees que el Gobierno de turno siempre prefiere a los jueces de su "bando"? Eso habría que cambiarlo, pero no interesa.
Me gustan tus reflexiones, Aniki.
Besos.
ResponderEliminar¿Es justa una justicia en la que un mismo delito pueda quedar impune o castigarse de una u otra forma, dependiendo del poder y el dinero que tenga el delincuente?
¿Es justa una justicia que discrimina ya de entrada a los más pobres?
¿Es justicia lo que tenemos o es injusticia lo que a menudo se administra?
Creo que hay mucho camino todavía por recorrer, pero para algunos es ya demasiado el recorrido y tratan de desandarlo a toda costa.
Un beso, Marián
Creo que veo a Kafka deambulando por pasillos... Un abrazo.
ResponderEliminarEs un incordio que te metan en un proceso, un forense de ideología libertaria puede minimizar el golpe, una eximente siempre es buena… aunque en el fondo ni tu mismo lo tengas claro.
ResponderEliminarSi esto de la vida son cuatro días, si lo miras bien joder, parecemos críos acusicas( yo jamás he denunciado todavía ya que no creo en la justicia).
Un golpe bajo, como la parábola de la tortuga y el escorpión .
Un escorpión a la orilla de un lago, y una bondadosa tortuga adormilada tras una frugal merienda.
Al escorpión le hostigaban las ganas de llegar a la otra orilla, vio en la tortuga una balsa con la que solucionar el problema.
Escorpión. Tortugita, seria usted tan amable de hacerme las labores de barquera?, sobre su caparazón podría hacerse la travesia, mi peso no será impedimento.
Tortuga.¿ No me picaras con tu veneno?, dicen de ti que eres mala y traidora.
Amiga tortuga, seria por mi parte una verdadera blasfemia pagar con veneno tu gran favor.
Echo el trayecto el escorpión dejo clavado su aguijon en la piel de la amiga tortuga, la que falleció en el acto, el escorpion pensó, que suerte que todavía haya animales tan idiotas.
Yo utilizo el protocolo educacional para dejarte claro que lo justo es llegar hasta aquí, leer no sé qué ni cuánto de tribunales y justicias y leyes y doctrinas en manos de jueces doctos o medio doctos, y etc, y algo así...pero vamos, a lo que vengo, amén de leerte, amén de disfrutarte y amén de casi entenderte antes del disfrute anterior, llego para darte las gracias por tu comentario en mi blog.
ResponderEliminarEs un placer cuando alguien te dice lo que tú me escribiste ahí, y ahí queda por los siglos de los siglos y esas cosas.
En fin, disfrutado lo leído, sólo me queda darte las gracias, otra vez, y dejarte un beso, y un abrazo, nada protocolarios.
Hasta pronto, o antes.
Mario
Fiat justicia ut pereat mundus.
ResponderEliminarZavala:
ResponderEliminarLos jueces imparten justicia basándose en las pruebas presentadas por los señores letrados, y que han elaborado ajustándose a los artículos legales. El abogado más hábil, más inteligente, tiene más posibilidades porque es como un juego: gana el mejor. Y el mejor suele costar mucha pasta. Y por supuesto, que como dice Aniquiladora, los jueces rara vez se alejan de sus propias creencias. Hombres juzgando a hombres, mala cosa como ves.
Un beso.
Dario:
ResponderEliminarSí, la burocracia..."cuidado con el escalón" jajaja. Es ahí donde solemos tropezar. Un abrazo.
Anónimo:
ResponderEliminarHe tomado la decisión de no responder a los anónimos. Y si se extralimitan más de lo razonable, hacerlos desaparecer.
Mario:
ResponderEliminarPues así es, lo justo y necesario es que vengas a decir todo lo que tengas que decir, al fin y al cabo todo esto son juegos de letras. Que no hay que adoctrinar a nadie. Yo apuesto por la literatura y me place que vengas y me lo digas con tu habitual encanto y ya está.
Y no me des las gracias por decirte lo que te mereces.
Besos y abrazos.
Así es Don Manuel María Torres Rojas, pero no a cualquier precio ¿verdad?
ResponderEliminarBeso.
Pues este es el problema, Marián, mirar para otro lado a pesar del olor. Jamás hay quedejarq ue el orden y respeto mutuo sean alterados. Los juicios contra supuestos terroristas, muchas veces, son indecentes en sus formas, vestimentas y alejamiento del respeto que merece la dama de los ojos tapados. En cuanto a la chulería del poder proviene, a veces, de la incapacidad para ejercerlo, la costumbre de tener una falta de respeto al reo por serlo, en tiempos pasados y la inmunidad absoluta de un régimen judicial que debería de haber cambiado hace mucho tiempo en nuestro país. Prepotentes y exonerados de culpa nos sobran ya con los políticos, amigos de quien detenta el poder de la inmoralidad. Lo dice Cicerón.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Marián.