Me dijiste que te sonaba a sacrilegio saliendo de mi boca...que era una incitación al pecado. Pero yo desde mi proverbial locura, desde mis ensoñaciones, tan religiosas todas, más bien me parecía un acto de fe. La adoración más suprema a un dios omnipotente...humedecer la oblea de tu amor como hostia sagrada entre la lengua y el cielo de mi boca...comerte todo...con una liturgia y precisión que sólo a un dios puede ofrecerse...purificar mi cuerpo con el fuego sagrado del tuyo...y morir como una bendita. Como muere una santa.... Águeda sacrificando sus pechos...y ofreciéndotelos en bandeja, purificar mi alma y matarme lentamente con tu fuego purificador...
Siempre es un placer pasar por aquí y leer algo tan hermoso como lo que acabas de escribir. Me hizo gracia cuando me dijiste que era maravillosa escribiendo, porque creo que voy aprendiendo de ti y de todo lo que me gusta y leo de los demás.
ResponderEliminar¿La adoración puede ser la perdición? sólo espero que tanto sacrilegio realmente merezca la pena. A veces todo esto es tan agotador...
un placer leerte, besos.
bueno, cielos e infiernos, son la misma cosa, a veces. Como decimos en argentina, ¡aguanten los sacrilegios!
ResponderEliminarQuien sueña con la gloria de lo humano a veces encuentra el éxtasis en lo divino...
ResponderEliminarEstas pensando nacer de nuevo.....?
ResponderEliminarmi beso
Galia B.
ResponderEliminarHay momentos sublimes que por serlos pasan como ráfagas inadvertidas...en el éxtasis se congela el momento...y como dijo una santa "muero porque no muero" ¿la adoración puede ser la perdición? Ama y haz lo que quieras (San Agustín).
El placer es leerte a ti. Un beso.
Garriga:
ResponderEliminarCielos e infiernos, las dos caras de la misma moneda...
Sacrilegio es transgredir lo sagrado. Todo lo que me agita me enamora...
Manuel María Torres Rojas:
ResponderEliminarEl éxtasis es divino, sí...soñar con esa gloria te lleva a ese punto...
Elcaligrafista:
ResponderEliminarPensar, pensar, una piensa en tantas cosas a la vez...
Sólo nacen de nuevo los crucificados, y eso sería demasiado para mi...
Te beso.
Un rito impostergable...
ResponderEliminarEs exactamente eso, Dario.
ResponderEliminarTu escrito es un sentir que se mezcla entre lo tierno y lo pasional. Podria decirse, "pasionalmente tierno".
ResponderEliminarPero es una buena forma de describir lo que conlleva un sentimiento como ese, porque llega a ser sagrado y mas aun, pero al ser tan intenso, tambien hay que cuidarlo mucho, porque lo sagrado se puede violar muy facilmente.
Un gusto conocerte, saludos!
Me gusta mucho tu comentario, porque es así; los sentimientos intensos se pueden desbocar...y más si una los expone abiertamente para dejarlos a la interpretación del que los lea...
ResponderEliminarBienvenido a mi humilde blog, Syd. Es un gusto también para mi conocerte.
Saludos.
Una pasión inimitable, un ritual tan místico como el éxtasis ante una manjar que, repetidamente, se comerá, lamerá, olerá, acariciará.
ResponderEliminarY al hacerlo, se redime uno mismo entre lamentos de placer y dolor.
Bienaventurado será quien pruebe el amor que se le oferta.
Un abrazo, amiga Marián.
Nada más hermoso que esa liturgia perversa, o desdibujada en puro panteísmo/pansexualismo. Lorca otra vez en la memoria escandalizando a Manuel de Falla en el carmen de la Antequeruela. Y sí, la eucaristía, que da mucho juego poético. Para mí uno de los más reveladores, es la imagen de Baudelaire:
ResponderEliminarUn coeur tendre, qui hait le néant vaste et noir,
Du passé lumineux recueille tout vestige!
Le soleil s'est noyé dans son sang qui se fige...
Ton souvenir en moi luit comme un ostensoir!