Magistrados.
No hace mucho un amigo me hablaba de magistrados, y más en concreto, de magistrados politizados.
--¿Entonces es cierto que estos señores juzgan con arreglo a su tendencia política?--le pregunté.
Mi amigo me miró con una de esas miradas que siempre me dedica cuando se da cuenta de lo ingenua que soy a veces. Y con una sonrisa de esas de él que es como decirme: ¡qué poco sabes de la vida¡" se acercó a los cristales del ancho ventanal y se quedó como mirando afuera, pero sin mirar...meditabundo. Ante su impertinente silencio yo proseguí:
--Bueno, siempre he pensado que un juez tiene que estar por encima de esas cosas...
Cabeceó un poco y se volvió para decirme:
--El tema de la justicia y la falta de ética de los que la ejercen siempre me ha preocupado. Si te tomas la molestia de mirar en las hemerotecas encontrarás seguramente algunos artículos que publiqué en su día.
--Ah, lo tendré en cuenta.
--Te pondré un ejemplo--comenzó mientras se sentaba en un sillón de ejecutivo--Hace unos años en un lugar de España tuve un alumno brillante. Pero a sus 18 años ya era racista, defendía el fascismo, ciertas dictaduras y la superioridad del hombre sobre la mujer. Era radical, no conocía la moderación, ni la tolerancia. Curiosamente era voluble, inseguro, aunque tenía cierto encanto cuando trataba de disimularlo. Y era muy culto.
--Una joya, vamos.
--Sí. Su pieza musical era Tannhaüser de Wagner, su ideólogo Kipling y le inquietaba el Émile de Rousseau.
--Un tipo interesante, sí, si.
--Tuve una sincera amistad con él.
--No me cabe la menor duda.
--Pues bien, este joven licenciado en Derecho con Premio Extraordinario, a continuación hizo oposiciones a juez y ganó la plaza con el número uno.
--¡Vaya¡ ¿Y ha llegado a ser un buen juez?
Mi viejo amigo sonrió de nuevo. Pero esta vez noté en sus ojos un poso de tristeza.
--En España asistimos a frecuentes decisiones judiciales que causan indignación. Está claro que las oposiciones no garantizan el buen juicio ni el sentido ético--quise interrumpirle pero mi amigo prosiguió:
--En varios países donde he vivido se elige a los jueces entre los abogados en ejercicio que después de 20 años han probado su sabiduría, su buen juicio y su sentido ético...
De pronto se interrumpió, como si un recuerdo lejano hubiera invadido su mente. Se levantó y se situó de nuevo frente a la ventana.
Tras su silencio quise, con un gesto, que siguiera contándome. Pero quitándose las gafas hundió sus dedos en su entrecejo, cerró los ojos, sacudió un poco la cabeza y dio por zanjado en asunto.
Los dos volvimos a lo nuestro, pero noté que un halo de nostalgia había invadido el ánimo de mi amigo.