Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento
Oscar Wilde
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Comentan algunos escritores, incluso los ya consagrados, que cuando van a emprender un nuevo trabajo literario les aterra verse frente al folio en blanco. El hecho de hacer esta afirmación quizás sea, para los ya reconocidos en el mundo literario, como un amago de falsa modestia. O puede que traten de demostrar, de forma anodina, su grandeza como seres humanos. Como si nos quisieran dar a entender que su seguridad podría apabullar al resto de los mortales.
Pero es lo cierto que la expresión: "miedo al folio en blanco" es algo parecido a una leyenda urbana, ya que sirve para colarlo en cualquier debate literario de medio pelo. Es tema de conversación muy generalizado entre aquellos que tratan de ser alguien reconocido en esos medios relacionados con las letras: prensa, radio o televisión. Esos tipos que en su fuero interno lo único que desean es hacer un reporterismo de baja estopa en artículos con pretensión mordaz pero sin sustancia, una columna de opinión con una foto suya en su cabecera que se hicieron hace ya algunos años, en un periódico que refleje su tendencia política.
Hay un viejo adagio que proclama que toda persona debe al menos dejar a la posteridad tres cosas hechas: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. (También se comenta algo sobre un globo. Como metáfora podría servir para cualquiera de las tres cosas ya que, en principio, todo está en el aire.)
Cuando yo era pequeña oía sentenciar a mi abuelo: "todos somos escritores en potencia". Aseguraba que todos tenemos ese don. Según él, toda persona lleva encima (o debajo) el germen del escritor, y que por eso nos atrae tanto, a la vez que nos inquieta, ponernos ante un espacio en blanco; papel, folio o pantalla de todo tipo de ordenadores y similares.
Y quien no ha oído comentar: "mi vida da para dos o tres libros de los gordos", todos tenemos una vida que vamos viviendo o por vivir. Los aconteceres, el devenir de los días dan para muchos libros. Otra cosa es vivir para contarla y contarla bien. Pero eso sólo está reservado para los que han sido tocados por ese espíritu divino que les ha premiado con una hermosa retórica.
¿Podríamos decir entonces que lo que le falta a ese don que decía mi abuelo que todos tenemos, es saber aderezar ese plato con aromáticas hierbas, con exóticas especias, con su toque de pimienta y su punto exacto de sal? No es nada fácil saber confeccionar ese manjar, y servirlo a la temperatura exacta para excitar las papilas y degustarlo con deleite hasta llegar al placer de emocionarnos hasta las lágrimas.
Cuando leemos a Dostoievski, sabemos que todos esos personajes son muy reales, que les ocurre lo mismo que a montones de seres, pero no de la misma manera. Es la mano de dios que ha vestido y adornado a los personajes con complejidades conocidas pero muy bien contadas.
Imaginar al propio Dostoievski en una celda a una temperatura a muchos grados bajo cero, esperando inquieto que llegue toda la documentación que amigos y familiares han elaborado para sacarlo de ese infierno. Esa puede ser la realidad; una espera llena de tensa incertidumbre y a la vez cargada de esperanza.
Pero lo que le estaba ocurriendo a Dostoievski en esa celda, era que durante el día se veía sometido a inhumanos trabajos hasta llegar a la extenuación. Y algunas noches se le aparecía Lucifer alumbrando las tinieblas con esplendorosos rayos de luz. Y otras noches veía con nitidez al propio Dioniso con toda su corte en sus espectaculares Saturnalias. Y que entre desvelos y alucinaciones, un amanecer gélido le sacan al patio, le vendan los ojos y preparan toda la parafernalea para acometer un fusilamiento: El suyo. Incluso nota cómo preparan las armas y hasta oye las detonaciones de los disparos.Pero él sigue vivo ¿Un milagro? No. ¡Una simulación¡ Una apariencia de fusilamiento real...Y todo esto contado por él con la maestría y hermosa prosa que al maestro le adornan, es lo que hace que el lector tenga que ponerse en pie porque no le llega la sangre al cerebro.
Eso es morbo. Eso es dar placer escribiendo, eso es hacer que el vello se ponga de punta, sin recurrir a presuntas secuencias trágicas o sentimentaloides de esas que con sólo salir a la calle con los ojos abiertos podemos contemplar. Es la magia del verdadero creador; proyectar su arte y transmitirlo sin inseguridades, ni aspavientos. Fiódor Mijáilovich Dostoisvski era un genio y él lo sabía.
Vaya, aún ando digiriendo esta jugosa entrada... Supongo que lo del miedo al folio en blanco debe tener algo de falsa modestia, sin duda. Algo parecido sucede con los actores cuando se definen (un amplio porcentaje) como personas tímidas. Y muy tímidas, sinceramente, no creo que sean cuando se ponen delante de una cámara. Por cierto, hablando de folio en blanco... "Barton Fink", échale un vistazo a esa película a ver qué tal ;)
ResponderEliminarCreo que fue Benjamin Franklin quien dijo una vez: «escribe algo que merezca la pena leer, o haz algo que merezca la pena escribir». A lo primero ya desistí y lo segundo lo voy a tener bastante complicado, jeje... A ti, sin embargo, se te da muy bien esto de la escritura, en serio. Siempre sentí una gran envidia (de la sana) por la gente de escritura amena y fluida.
Dostoyevski, otra de mis asignaturas pendientes. No he leído casi nada de él. ¿Alguna recomendación de por dónde comenzar a "hincarle el diente"?...
Me gustó mucho esta entrada, Marián. Un beso y feliz fin de semana. ¡Y abrígate que hace frío! ;)
PD: El tema de amor de "Blade Runner" no estaba antes al final de blog, ¿verdad? Impresionante. El vello de punta (y no es del frío).
Coincido con lo que comentas del folio en blanco. Es un tema manido y fácil, pareciera que cualquiera puede comenzar a escribir precisamente sobre eso y así empezar su gran novela.
ResponderEliminarSin embargo, me resulta más difícil pensar que todos sirvamos para escribir. Siempre digo que yo sirvo para leer.
Un placer descubrirte.
Un abrazo
Supongo que si debe haber cierto pánico a no saber trasmitir lo que uno quiere escribir, o a no interpretar sentimientos si tocas un instrumento, o a no impactar visualmente si pintas o construyes... Yo creo que es un miedo comun, y que realmente existe.Algunos lo sufren más y otros menos me imagino.
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
A mi lo único blanco que me da miedo son las batas de los médicos y lo digo por experiencia propia, los temo más que una granizada primaveral.
ResponderEliminarCoincido en que es una falsa modestia eso del pánico al folio en blanco, debe ser parecido a eso de ver desnudos a los oyentes de una conferencia, no se si es parecido o mi mente sucia y retorcida ya está haciéndome de la mías.
Como apuntas Dostoisvki era un genio y lo sabía y lo mejor, no nos restriega a los vulgares mortales, por eso es más grande.
Un besote muy abrigadito
Creo que, haga lo que haga un escritor, acabaremos criticándole. Si es por "falsa modestia", por modesto falso; y si es por orgullo y presunción de su obra, lo criticaremos de engreído. Siempre hay honrosas excepciones, sin embargo, yo procuro mantener más atención a lo que me escribe que a lo que dice fuera de las páginas de su libro.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la página en blanco, no acabo de comprender ese temor. Para mí no hay mayor placer que el de encontrarme con una página en blanco delante de mis narices e inventarme el mundo que me plazca. En fin, ellos sabrán.
Otra cosa muy diferente es CÓMO rellenar esa página en blanco. Ahí ya entramos en límites literarios y pseudoliterarios que darían para mil post y mil comentarios.
Un abrazo, Marián.
Me encanta cómo escribes. No así Dostoievski, simplemente porque me aburre. Creo que todos podríamos escribir algo, como tú bien dices. Pero para escribir algo con una mínima calidad es necesario, además de un folio en blanco, un momento, un pensamiento, un dolor, una alegría o un recuerdo, como mínimo para empezar. Luego quien lo lea lo podrá juzgar dentro de sus parámetros y decidir si sí o si no.
ResponderEliminarUn placer.
Hola! Interesante entrada. Yo sí que creo en el miedo al papel en blanco. Es más, yo tengo auténtico terror, pánico, temblores, cuando estoy delante de la hoja en blanco. A veces no. A veces todo sale solo, pero otras muchas no. Entonces viene la paranoia y el "¿Se me ha acabado?"
ResponderEliminarO si no es simple miedo al blanco. Al horrible vacío, a lo que se esconde en los márgenes, a las manos blancas aferradas al entrelineado.
Bonito final. Sí,Dostoisvki era un genio...
PD: Jajaja, iba yo buscando algún botoncito para parar la música- no es nada personal- y ¡Tachan! di con fotos suyas- desnuda- No me la esperaba como es. Yo es que siempre pienso que la gente de los blogs es fea- se cree el ladrón que todos son de su condición- Bueno me callo ya jajaj Un beso
Kinezoe:
ResponderEliminarSí, a mi también me hace mucha gracia que los que más "morro" tienen (jajaja) dicen que son tímidos. Y lo del miedo al folio en blanco me parece una pose.
Kine, creo que tengo esa peli, la veré y te cuento...Y bueno, escribir como yo lo hago me parece que es la forma más sencilla de hacerlo: sin adornos ni florituras, me dejo llevar y va saliendo. Y muchas gracias por los ánimos.
De Dosto...puedes leer lo más popular. Seguro que algo ya has leído, Crimen y castigo y los hermanos Karamazov. También hay películas.
Besos, Kine.
P.D.¡ah¡ mola ¿eh?...veo esa peli de vez en cuando. Me encanta.
Mientrasleo:
Pues te aseguro que casi hay más gente que escribe que la que lee ¿no te has dado cuenta?...
Un saludito.
La perfida canalla:
Naahh...es un miedo fingido.
Un saludo.
Ángel Iván:
Bueno, bueno,¡Qué cosas se te pasan por la cabeza¡ jajaja...Lo que sí creo es que es una estrategia, es que cuando alguien te intimida; un director de empresa, un alto magistrado, o algo por el estilo...es imaginártelo haciendo según que menesteres (¡jo¡) ;)
Besos.
Marisa:
No seré yo quien critique a un escritor escriba lo que escriba, publique o no, pues el hecho de conseguir publicar un libro ya me parece muy loable. Pero mira ¡tú lo has dicho¡ es algo así como una gozada ponerse ante una página en blanco. A eso me refiero, a esa falsa modestia...y sin hablar de lo que se publica. Nos quejamos de que la gente no lee, pero fíjate la cantidad de libros absurdos que se publican...y eso sin contar los de autoayuda ufff¡¡ o los que pasan sin pena ni gloria...es una pena que se trituren libros a mansalva porque no se venden, en fin...
Besitos, Marisa.
Sbm:
Muchas gracias por eso que me dices, que te gusta cómo escribo. En realidad cuando escribimos siempre gustamos a alguien...y saber escribir bien y transmitir ideas y pensamientos no suele coincidir con gustar a los demás, pero bueno, que muchas gracias.
Un saludo.
Lunática (R):
Pues yo sí que creo que tú tienes madera de escritora, ya que dices lo mismo que dicen que sienten los que escriben de verdad...que si el miedo al blanco, a ese vacío de imágenes e ideas...que si, bla,bla, bla...jajaja
Y bueno, lo del fondo del pasillo es para mostrarme un poquito y dejarme ver entre cortinajes...jajaja, porque ¿sabes? yo no soy un personaje, soy Maria de los Ángeles, Marián para los amigos...
Un beso.
Creo que no se puede generalizar.
ResponderEliminarSiempre he dicho que la vida de cualquiera da para una novela, solo hay que saber contarla.
Pero es verdad que hay personas que consideran no haber vivido nada y otras sin salir de casa fijate la que han montado(tipo Borges).
Voy a ver las fotos porque a mi la curiosidad me puede.
Un saludín.
Echar al culpa al folio en blanco, pobre, es de cobardes. Siempre tienes algo que contar o que inventar. Si no tienes inventiva, cuenta algo de ti, o de ella, o de los demás y de los de más allá. Y si tienes inventiva, sabiendo cómo somos; verdaderos mentirosos donde los haya, pues nada, ahora que vamos rápido vamos a inventar verdades.
ResponderEliminarLo de buscar musas y hacerles un casting es una buena idea, pero corres el peligro de que acabes corriéndote una juerga por los cafetales de la noche, o algo así. Pero seguro que esas correrías acaban siendo pasto de nuestra imaginación combativa de esos folios níveos y amenazantes...
Este texto, fíjate tú, es uno de los mejores que te he leído últimamente. Y sí, tienes razón, y Fiódor también la tenía. Tú no dejas de transmitir un mar de emociones y surcar un par de cielos blindados a celos literarios, y él sabía cuán bueno era dándole que te pego a las descripciones que te convertían en carne de su cañón literario. Ahí es na.
Ha sido un placer, como sueles serlo, cada vez que me dejo aterrizar por tu casa de letras.
Un abrazo, descriptivo...
Mario
No imagino una vida siendo escritor. Digo siendo esa su única ocupación.
ResponderEliminarEn algún momento llegará es hastío o la escritura no por placer sino por obligación.
Sinceramente no lo imagino y siento que los buenos escritos no pueden ser hechos bajo esa sensación.
saludos
pseudosocióloga:
ResponderEliminarSaber contarla ahí está el quid...la imaginación te puede hacer vivir cosas que ni pensabas...
Un saludito.
Mario:
¡Qué bonito eso de inventar verdades¡
Yo creo que en el sentido más estricto es eso ¡contar verdades¡...y las verdades más hermosas se inventan. Mira Dickens que te cuenta de la pobreza con una ternura y un encanto...que hasta lo ves como algo bueno para la humanidad.
Pero para nosotros, creo que lo mejor es contar nuestras verdades a medias y saber leer entre líneas...
Mario, ¿de verdad que te ha gustado este texto? pensaba que Fiodor no te decía gran cosa...Pero sí, Dosto era un tío que sabía escribir, y sabía gastar lo que ganaba, a su manera, con lo que más disfrutaba...
P.D. Sé que tú no tienes miedo al folio en blanco, me consta, ejerces tu libertad de escribir y lo haces cuando te da la gana...
Un beso, descriptivo, también...
Gamer:
Yo también creo eso. Saber escribir y hacerlo por dinero, y sin ningún altruismo, como eso de ese celo de que no sean copiados, me parece censurable. Seguro que ellos copian, sin saberlo, de los clásicos y de los que no publican...¡a sabiendas¡
Y si creo también, que el escritor de raza escribe sin pensar en el beneficio económico.
Saludos.
El miedo al folio en blanco es más infundado que el miedo a los talibanes. Si, sencillamente, no sabes qué escribir, déjaselo a otros. Es como tener miedo a la primera raya. Te la haces, metes cancha, y luego ya no puedes parar. Quiero saber más de los mejillones y Paulo Cohelo.
ResponderEliminarBesos,
VD
Vanity, prometido, antes que termine febrero lo publico. Cuento con tu veredicto.
ResponderEliminarBesos.
Ser escritor es un oficio como cualquiera, no determina la personalidad del obrero social.
ResponderEliminar“Cada ser humano es una novela de misterio e intriga, con un terminal sin resolver.”
Algunas veces, la página en blanco demasiado tiempo, significa pérdida de imaginación y defunción literaria…Abrazos, Marian
primero quise ser raskolnikov
ResponderEliminarcerebro ignorante y saturado de droga
deambulando en busca de una mollera digna de banquero
ahora transito el camino del sensual bellaco con tristeza
se suicido en un motel de san petesburgo, la culpa, los vicios...
hay un momento en el que la existencia no puede saciar el monstruo del pecado
la redencion te cierra las puertas y tu alma sabia eligue la muerte
si salgo de esta etapa... y dejo de codiciar el corazon de la que hubiese sido mi hermana...
cambiara este ferrocarril de rail
sere la vieja usurera, acabare mis dias siendo mala y codiciosa
crimen y castigo recorre existencias comunes en tres estaciones, con soles y lunas
¿quien no se a sentido el pretendiente de dunia ante las impertinencias de estos indignados?
con el colmillo afilado camino de la treintena y vislumbrando en el futuro carne de matadero...
si, pragmatismo y guiar estas jovenes generaciones henchidas de gazmoñeria...
Kimbertrancanut:
ResponderEliminarTodo el mundo puede contar su historia, claro que sí, la cuestión es contarla de forma que despierte interés, sino, para qué contarla.
¿Escribir como un oficio? no sé yo...dicen que hay que vivir todo tipo de cosas, experiencias para contarlas, porque, dicen, que si no se cuentan no tienen gracia ;-)
Abrazos, Kim.
Anónimo:
Para tu consuelo te diré que yo también, después de un exceso de lectura, se me embotan los sentidos, y me cuesta digerir alguna que otra empanada mental. Y cuesta, pero al fin se consigue...te sacudes el polvo del camino y sigues con tu marcha...sin daño aparente, porque si no...aunque ya es sabido que "lo que no te mata te hace más fuerte"...
Se tiene siempre un cierto temor al papel en blanco, al espacio vacío. De hecho el acto creativo requiere un esfuerzo intelectual y sobre todo una valentía, pero esto no es exclusivo de los escritores, ellos tienen algo que decir y lo dicen, son formas de expresión. Imagínate la soledad y angustia del arquitecto ante un plano en blanco, sabiendo que cada linea que trace será una columna, una pared o un techo donde se cobijarán seres humanos, te lo digo por experiencia, te aseguro que se pasan muchas noches sin dormir.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó