Nos conocimos en el instituto, eran nuestros últimos días y fue el primer chico del que creo que estuve enamorada. Era tan evidente que estábamos saliendo que nuestros amigos consideraron que ya éramos novios formales; esa denominación de origen en la que se da por hecho que ya se es una pareja comprometida. Y recuerdo perfectamente por qué le dejé.
Tenía una percepción sobrenatural y fabulosa que le impedía concentrarse en los momentos más íntimos. Su sentido del oído era agudísimo y siempre tenía las antenas puestas. Sus facultades auditivas eran tan notables que nunca conseguía relajarse cuando estábamos haciendo el amor. Siempre procuraba no hacer ruido o, en su defecto, que yo no lo hiciera. Vivía lastrado por un absurdo complejo católico. El temor a ser castigado no le disuadía a la hora de perpetrar el pecado y siempre temía ser descubierto. Y no era fácil, con sus antenas desplegadas podía abarcar un radio alrededor de doscientos metros. Siempre había una cisterna que sonaba, unos pasos sospechosos, algún ruido extraño durante la madrugada del fin de semana que anticipaba la llegada de los vecinos...
--¿Te pasa algo?
--¿No has oído eso?
--¿El qué?
--Parece que alguien viene.
--Yo no oigo nada.
--Sssshhss, calla, ¿lo oyes ahora?
--Sigo sin oír nada. Es que no sé que quieres que oiga.
--Pues yo lo oigo perfectamente. Baja la voz.
--Encima que baje la voz. Hay que fastidiarse.
--Joder, tú nunca oyes nada. Estás sorda.
--¿Ves?, ahora eres tú el que está gritando.
..Yo no grito, no seas estúpida.
--Pues tú,estúpido y sordo.
--Cuando te pones irónica no te soporto.
--Pues a mi me dan ganas de arrancarte las orejas. Y a todo esto, quieres que sigamos...¿o prefieres que vayamos anotando las incidencias en el diario de ruidos? ¿cuales son tus onomatopeyas favoritas?...
Al principio, lo reconozco, me resultaba cómico. Aquél chico y su obsesión neurótica por los ruidos me divertía profundamente. Pero todo empezó a perder su gracia como un chiste repetido en exceso, no podía razonar con él. Yo cada día estaba más aburrida y más irónica; que es lo que siempre me pasa cuando me aburro, y empecé a alentar sus ficciones sonoras poniéndole nombre: "Sí, es verdad, es como el ruido de un dragón", "Dios mio, ese tono de voz rijoso, tienes razón, es Darth Vader".
Inevitablemente un día llegó el final de todo; el día en que me descubrí a mi misma haciendo el amor en silencio, sin producir el más mínimo jadeo o suspiro. Mi espanto fue tal que pegué un grito asustada mientras que salía a toda prisa de su cuerpo en medio del calor y de la agitación del sudor...
--¿Qué te pasa?
--No hay ruido.
..¿Qué?
--Que estamos follando como los muertos.
--Tú estás loca.
--De acuerdo, esto es una locura.
--Y no sé a qué a venido ese grito, me has asustado.
--¡Ah¡...¡que te asusta el ruido y por eso piensas que estoy loca¡...pues al menos los locos hacen ruido, y más cuando follan.
--A veces no te entiendo.
--pues deberías entenderlo.
--Ya, si yo lo intento...
--Se acabó. O subimos el volumen o aquí no se folla más.
--Es que los ruidos...¡no puedo evitarlo¡...
--Ya lo he notado. Por eso esta es la última noche.
Al final se quedó dormido como un bendito...tanta tensión acumulada...
Años más tarde me dijeron que lo habían visto en Roma, en una de esas asambleas que organiza La Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana para promocionar al Papa.
Con el perfil que has descrito de él, no podía terminar más que en el sitio que terminó: entre esa panda de neuróticos-maniáticos-obsesivos, que aman el silencio porque quizás no soporten ni el oírse así mismos.
ResponderEliminarMe gusta como analizas en tus relatos las disfunciones conductuales de la persona. El humor, la ironía y la seriedad se entremezclan para conseguir esa crítica que buscas y que consigues.
Muy buen relato, Marián.
Besos.
No se me ocurre mayor tortura que hacer el amor en absoluto silencio, claro que ahora que lo pienso, sssscht.
ResponderEliminarRecuerdo haber visto en el mercado unos tapones de cera que, dicen, van muy bien en estos casos. Claro que ahora, ya, cómo que da igual. La verdad es que, alguna vez, me he visto reflejado en esa situación pero por razones diferentes. :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Caramba... Me ha sorprendido la entrada. Vaya, que me he quedado descolocado. Luego, a medida que avanzaba el texto una sonrisa se ha colgado de mis labios. Jamás se me hubiera ocurrido abordar el tema sexo desde esa perspectiva de audio y ruidos. Original, divertidísimo con gotas de malicia (que para mí lo hace más divertido) y, muy humano, sea real o no esa anécdota.
ResponderEliminarTe identificas inevitablemente con la protagonista.
¡Muy bueno!
Opino exactamente como Pilar, a mi que me gusta oir y ser escuchado como parte de tan gratificante "ejercicio espiritual".
ResponderEliminarQue aterrador debe ser tener un "round" de afecto con una pareja así, sin sonidos, es negar una parte y encima querría hacerlo con la luz apagada.
Un besote Marián.
Hacerlo en silencio, si no es por un motivo de fuerza mayor (actividad furtiva y todas esas cosas, jeje...), me parece una completa deshumanización del acto. Sentir es también oír...
ResponderEliminarOriginalísima entrada y tratamiento del tema. Desde su título hasta el punto final. Apúntate otro, Marián (otro tanto me refiero).
Besos (sonoros).
Upsssss...al principio me hizo reír, y ciertamente, las situaciones "sonidísticas" son graciosas. Pero eso de estamos "haciendo el amor como los muertos", es brutal!
ResponderEliminar.... me sorprendio profundamente tu relato, me encanto como tratas el tema de un gran problema ... gracias por pasarte por mi humilde blog .... y me quedo y te sigo ..Michel
ResponderEliminarwww.micheldeb.tk
www.lamalapoesia.tk
Marisa, tienes razón, porque es cierto que una persona sana y que ama la libertad no debería sentirse lleno de culpa...
ResponderEliminarY es que siempre se fijan en los católicos más trasnochados e impresentables, como ese cura que anda vendiendo sus libros por Internet...tiene gracia el hombre, porque todo lo que dice parecen chistes. Podían tomar nota de san Agustín, que ese si que sí, que antes de santo fue un golfo..."Ama y haz lo que quieras...si gritas gritarás con amor"...jajaja...
Besos.
Pilar:
Ya sabes como son esa cuadrilla, siempre poniendo trabas al sexo fuera del matrimonio... creando una represión intolerable, y pueden hasta quedarse ciegos...más de lo que ya están imposible...
Rapanuy:
ResponderEliminarjajaja...Imagino a lo que te refieres...¿Sabes? tengo una amiga que suele citarse en un hotel con su marido...y creo que eso funciona, para no perder la ilusión...
Besos.
Igor:
¡Ay¡...¿no me digas que te ha escandalizado el título?...jajaja
Créeme, también he buscado el factor sorpresa.
Besos.
Ángel Iván:
ResponderEliminarCon la luz apagada ni hablar...eso sólo hubiese durado un día...
beso te.
Kinezoe:
¡Jolines¡...¡ el polvo rápido y furtivo¡...Es una modalidad, hacerlo con alguna persona con la que sabes que nada te vincula...Decía san Pablo; "Probarlo todo y quedarte con lo bueno"...jajaja...
Un beso.
Curiyú:
ResponderEliminar"Sonidísticas", sí...jajaja. Gracioso es. ¿no te has parado a pensar en la cantidad de veces que nombramos a la muerte (para bien o para mal) relacionándolo con el sexo?...
Michel Martinez Deb:
ResponderEliminarGracias a ti por venir a leerme, y por tus palabras, te prometo que pasaré por tu blog y te leeré con más detenimiento...
Jajajaja...
ResponderEliminar(Perdón por el spam, pero es que tenía que reírme con la cita de San Pablo...) ^_^
Je je je. Muy buena la historia. Perdona que me sonría, y menos con las desgracias ajenas, pero como mínimo la imagen que me llega es algo cómica.
ResponderEliminarFeliz día.
Un abrazo.
menos mal que acabó el tiempo de que hagáis el amor en silencio y sumisas.....
Ummmm...creo, que si me hubiera ocurrido el caso, acabaría pellizacandole los cataplines como terapia o desquite.. mas bien. XD
ResponderEliminarBueno ahora poniéndome mas trascendental, la religiones con su afán de manipulación de masas siempre tienen buen ojo, para decapitar aquellos espacios donde el individuo se despojo de miedos y comulga con su "Yo", así que, la culpa o los castigos morales, o físicos siempre fueron apropiados elementos cu-ortantes para tenernos bien calladita la boca en ese ámbito, y en muchos otros.
Una vez manso el burro, con la zanahoria del paraíso, traga lo que haya que tragar.... así no va.
Un besote guapa.
Qué te voy a contar querida, que tu y yo no sepamos. Grtitar, golpear con candidez, arrebatar las sábanas. Es otra liga. Espero que todo esto viniera después. Quizá con menos amor, pero con más intensidad afectivo-lasciva.
ResponderEliminarBesos,
VD
Kinezoe:
ResponderEliminarjajaja...
la doble moral, ya sabes.
Un beso.
David Quintana:
Pues sí, tiene gracia...y es una des-gracia tener que sacrificarse tanto para nada...con toda seguridad.
Feliz día tú también.
Un beso.
La susodicha:
ResponderEliminarUfff...Las religiones...eso del burro, la zanahoria y el paraíso (qué trilogía más buena)...y fíjate en esas religiones que prometen un harén de huríes bellísimas en ese paraíso...francamente creo que al hombre es fácil seducirle con esas promesas. Y en ese paraíso (pregunto) dónde queda la pureza de la virtud virginal que se busca...
Bueno, Josune, tú siempre metiendo los dedos bien dentro de las llagas...
Un beso y un abrazo, guapetona.
Vanity:
Muy evocador tu comentario...golpear con candidez, morder con dientes que acarician, enredarse y desenredarse en ricas sábanas calientes...hummmm...susurrar al oído hasta convertirlo en un grito gutural...ininteligible...
Con mis besos.
A veces el silencio deja oir el latido. Pero es verdad no se ajusta cuando de pieles se trata.....(Al final terminó siendo amigo del Papa?) jajaja.
ResponderEliminarmi beso
Muy original, la verdad es que no me esperaba para nada que el texto fuera así, pero debo decir que me ha gustado.
ResponderEliminarEl momento del polvo de los muertos, muy bueno ;)
un abrazo!