"El hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en si mismo, no sólo como medio"
Fundamentación de la metafísica de las costumbres...
¿Y...?
¿Porqué ellas se travisten?...
Hay travestismos que no necesitan de pelucas, tacones altos ni siliconas. Tampoco es necesario cambiara mucho la voz. Ni siquiera cambiar el vestuario con excesivos disfraces para disfrutar de una serie de valores habitualmente encarnados y propios de los hombres.
La Historia nos muestra muchos ejemplos de aquellas que abrazaron la virilidad sin infiltraciones hormonales, ni cirugías ni trasplantes para huir de su prisión biológica; considerando "prisión biológica" al imperativo legal.
Ejemplos hay muchos, y tan antiguos como el de la vikinga sueca Avilda, capitana de un navío de mujeres disfrazadas de hombres que recorrieron el litoral escandinavo durante años.
O el tan religioso como el de Teodora, la santa adúltera, que adoptara una identidad varonil en la antigua Alejandría, después de ser tentada por las insinuaciones deshonestas de un joven, y para ahuyentar dichas tentaciones, la santa se vistió de hombre y se dedicó a llevar una vida de dura penitencia dentro de un convento de monjes.
O el tan promiscuo como el de Mademoiselle de Maupin, actriz y cantante de ópera, que a los 21 años ya coleccionaba dos amantes masculinos y una femenina gracias a su versatilidad para pasar de gentil damisela a apuesto caballero y de aquí a piadosa monjita.
Hay muchos ejemplos más, como el de Charley Parkhust, alias látigo, o tuerto charley, falso nombre de una conductora de diligencias de la Compañía Stage Lines, que abandonó la profesión al abrazar la fe mormona.
O la intrépida Nadhenka Durova, que bajo ropajes de soldado sirvió durante diez años al zar y llegó a ejercer de oficial de caballería frente a las tropas napoleónicas.
O Jeanne Barret, que después de cultivar hortensias junto a su amante naturalista Philibert Commerson, se convirtió en la primera mujer en completar la vuelta al mundo, para lo que necesitó embutirse en un disfraz masculino.
O el de la doncella guerrera Fa Mulan, que a finales del siglo VI ocupó el lugar de su padre enfermo en el ejército chino, que combatió durante una década contra los jinetes hunos.
O el de Teresinha Gomes, que con la ayuda de un coche oficial y un chófer de pega, hizo creer a sus vecinos durante 18 años que era un general retirado del ejército portugués, abogado, agente de la CIA y funcionario de la embajada estadounidense.
En fin, ejemplos los hay para todos los gustos.
Todas ellas adoptaron una arriesgada concepción de la impostura como pasaporte a la libertad y al crecimiento, un acto de rebeldía contra natura que ha generado algunas de las historias más inverosímiles y rocambolescas del devenir humano.
Ellas se travisten, para ser aquello que desean, aún a costa de sí mismas.
ResponderEliminarAlgún día podrán serlo sin pagar tan alto precio.
Brillante!! El travestismo hace historia, es mas que una postura, es un movimiento que mueve las cosas....
ResponderEliminarmi beso alumbrado
frumos
ResponderEliminarLa mujer en un mundo de inquisitorial ostracismo, era manipulada, mancillada, postergada y desprestigiada totalmente. Muchos años y batallas tuvo que lidiar para conseguir su liberación…o casi. Se ha sabido de mujeres que escribían los libros que sus maridos firmaban. Admiro a todas las travestidas del mundo, por su entereza y convicción en sus ideales, en un mundo déspota que no entiende de visiones de respeto, aceptación y tolerancia…Abrazos con sensual ritual, de improvisación hacia el día de la mujer…que ya no debería existir, por permanecer aquí todo el tiempo.
ResponderEliminarHe echado en falta la monja alférez, una hija de la piel de toro haciendo la Américas en los tercios durante el siglo XVII, imagina la inquisición detrás de ella cuando se descubrió que era mujer.
ResponderEliminarEn fin, ejemplos hay miles, aunque quizás mi favorito sea Amelia Earhart.
Un besote fuerte y feliz día Marián.
Pilar:
ResponderEliminarLo que es innegable es que la mujer puede; y cuando quiere, puede...
El magnetista:
Cualquier movimiento que comporte deseos de libertad, sea bienvenido. Tú eres un admirador de la mujer y sabes...que es capaz de cualquier cosa...
Mi beso que se alumbra con tu luz...
taio:
ResponderEliminarGracias de nuevo. El silencio a veces dice más que la elocuencia...
Kimbertrancanut:
Muchas gracias, Kim, por tus alabanzas, y por la parte que me toca, y por esos abrazos "con sensual ritual"...¿qué más puedo pedir?...
Un beso.
Ángel Iván:
ResponderEliminarAh, claro¡ "Antonio" jajaja...¿no fueron sus memorias?...
Yo también escribí cuando era jovencita (más), un cuentecito en la que yo misma me encerré en uno de los baúles de Napoleón...y allí, al abrirlo, me descubrió el Emperador entre sus ropajes...Y fíjate que hasta he llegado a pensar que, cuando mi abuela hacía limpieza de mi habitación, tiró ese cuento a la basura. Puede que lo encontrara Tarantino y de ahí su fijación por encerrar a sus personajes en cajas...¿Qué te parece, Ángel?.
En cuanto a Amelia, es verdad que fue una mujer muy valiente...no tuvo que travestirse para demostrar que una mujer puede hacer grandes hazañas. Y son dos mujeres, las que has nombrado, que procedían de familias bien acomodadas ¿más fácil, no? Hacer de su capa un sayo...
Un besote
Es interesante ver como diferentes situaciones desembocan en una misma solución, o como un cambio de identidad soluciona diferentes situaciones. No sé si la historia está ahí para darnos algún tipo de lección, pero si que es necesario, incluso sano, sumergirse en ella, de vez en cuando, para aprender de los ejemplos.
ResponderEliminarUn abrazo.
"¿Porqué ellas se travisten?..."
ResponderEliminarA día de hoy la respuesta es mas o menos obvia… Los motivos están o deberían de estar muy claros.
Ahora bien, ¿es suficiente entender?... Porque la pregunta que me surge es la siguiente: ¿Ya no es necesario ese travestismo?... Y si aun es necesario… ¿Por qué? ¿Cómo es posible si a día de hoy todo el mundo debería de haber entendido el porque lo hicieron y el porque no deberían de haber tenido que hacerlo.
Un beso
¿Por qué no te animas a escribirlo ahora? te aseguro que lo leeré entero, prometido.
ResponderEliminarAlgunas de las anecdotas de Napoleón son muy curiosas, como esa que preguntaba a sus oficiales si eran hombres de suerte o no, el que afirmaba que si pues tenía el ascenso asegurado -seguro que todo esto es leyenda porque cuando planificaba sus batallas lo hacía con mucha meticulosidad y luego dijese que el choque con el enemigo no soportaba los planes de batalla previstos-.
¿No guardaba tu abuela tus notas del cole y tus trabajos? la mía no porque no vivió con nosotros, pero parece que es lo que suelen hacer las abuelas.
Empiezo a sospechar que el amigo Tarantino tiene menos inventiva de la que le suponemos y espía mucho por los espacios, jeje.
Como tu dices, ser una mujer "con pantalones" siendo de una familia bien siempre es más fácil, pero no les quitemos.
Ser como uno se siente mejor. El vestir y el trasvestir, por consecuencia, son estigmas culturales, bastante caprichosos y sumamente intencionales, habitualmente a crear una identidad y una sumisión al poder. En fin, bienvenidos aquellos que gustan de sentirse como quieren. Besos, linda e ilustrativa entrada.
ResponderEliminarQuererte tiene que resultar muy fácil, olvidarte tal vez sea imposible.
ResponderEliminarJuan Carlos
Ostia, muy bueno Marian, me ha divertido y dejado un poco perplejo la entrada. Nunca antes me había planteado lo del travestismo como una ventana a la libertad.
ResponderEliminarDe las que citas, no sabría cuál me resulta más sorprendente o flipante. Quizás las mujeres vikingas me hayan gustado especialmente...
En muchas ocasiones no debería haber necesidad de ese travestismo, pero ya conocemos el mundo en el que vivimos... Impresionante la cantidad de ejemplos que nos pusiste.
ResponderEliminarUn beso y buen fin de semana.
Hola, Rapanuy...
ResponderEliminarEstabas un poco como ausente ¿no?
Ya he visto que has publicado la continuación...Luego te leo...
Me alegra volver a verte, un beso.
Sí, bandit, puede que ahora las mujeres podamos hacer cualquier cosa a cara descubierta. Lo que sí ha quedado claro, creo, es que la mujer tiene agallas para superar muchos obstáculos...¿no te parece?
ResponderEliminarUn beso.
Ángel Iván:
ResponderEliminarMi abuela aún sigue guardando muchas cosas de su querida nieta y desde que era pequeña, pero es que ese cuento... bueno, no es que ella se asuste de nada...era algo fuertecillo...jajaja... y quizás ni lo tiró y lo dijo para disuadirme. Lo de Tarantino es por otra historia...
Y lo de Napoleón...es que era Marlon Brando, compréndeme...
Javier F. Noya:
ResponderEliminarEs que es eso, que la vestimenta crea una identidad que a veces nos ha convertido en un objeto de deseo, solamente.
Gracias por venir, Javier, me alegro que te haya gustado.
Un beso.
Juan Carlos (anónimo)...Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarIgor:
Ya ves que echando una mirada a la Historia encuentras situaciones rocambolescas, pero como dice la frase tan repetida; "no hay nada nuevo bajo el sol". Un beso.
Kinezoe:
A veces la necesidad obliga, y no se puede decir de éste agua no beberé...jajaja... es broma.
Un beso, Kine, y buen fin de semana.
¿Por qué ellas se travisten?
ResponderEliminarPara poder vivir y alcanzar aquello que los siglos, las culturas y las civilizaciones le vetaron por su simple condición de fémina inferior al macho.
¿O quizás sea miedo a que lo hagan mejor que ellos?
Espléndido tu recorrido por esas mujeres valientes que supieron hacer lo que realmente les dio la gana, solo a cambio de una máscara.
Besos, Marián.
Marisa:
ResponderEliminarPues sí, y pudieron haber destacado en muchos campos, en la ciencia, en la Literatura, aportando su punto de vista, sus conocimientos y su intuición...Y como ya dijo Kim, en su comentario, prestando con generosidad su talento a algún hombre...
Besos, Marisa.
Paso por aqui y dejo mi beso, tras el vestido...
ResponderEliminarmi beso
OH¡...
ResponderEliminarQué gustito recibir un beso (tu beso) tan inesperado...aunque nada incierto...tan real que fíjate, creo que me va a dar marcha para todo el día...
Beso ese beso
Cuando una batalla está perdida, sólo los que han huido pueden combatir en otra.
ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarMuy cierto...¿quién lo dijo?. Me suena a reflexión presocrática.
¿Eres hombre? si lo eres sabrás que ya no se huye corriendo en las batallas...y si lo eres (hombre) también sabrás que para ganar batallas hay que ponerse al día.
¡Qué cansancio ser dos inútilmente!
ResponderEliminar(Gamoneda)Este cura se convierte, a veces, en mujer para...reírme del hombre que me habita...Te beso.
Manuel...¿qué tal estás?...
ResponderEliminarespero que estés bien...con tus viajes al Norte y todo eso...
Un beso.