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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

domingo, 16 de enero de 2011

Un giro inesperado


La puerta emitió un chirrido metálico que la hizo salir bruscamente de sus ensoñaciones. Un hombre se acercaba a grandes pasos, su rostro tenía un gesto embrutecido y despiadado. De su mano colgaban un manojo de llaves. Sólo entonces se dio cuenta de que aquel extraño entorno se asemejaba a una especie de mazmorra.

A través de una enrejada ventana le llegaban sonidos de sirena que rompían la monotonía de aquel murmullo urbano que arrastrado por el viento llegaba hasta el repugnante habitáculo. Estaba amaneciendo y por la pequeña claraboya se podía divisar un trozo de firmamento grisáceo emborronado por barrocas pinceladas negras. Hizo un esfuerzo mental para situarse. Se esforzó en proyectar una introspección e intentar saber dónde estaba y porqué. Recordó las operaciones matemáticas de la noche anterior. No estaba muy segura de haber perdido la noción del tiempo que había transcurrido, así que tal vez se trataba de esta noche ya concluida. Y pensándolo ahora fríamente todo le parecía más absurdo aún. Si alguna de las fórmulas le había llamado la atención, ahora se habían alejado tanto de su razonamiento lógico que todo carecía de sentido. Aún así se esforzó, intentó encontrar coherencia a todo aquello, pero su mente seguía sumergida en una nebulosa imposible.

El hombre de rostro iracundo se iba acercando y casi de modo instantáneo la luz inundó su cerebro. Casi toda la noche la habían pasado en el Casino. Iker y Álvaro cambiaron las fichas y cuando ya se disponían a salir surgió el caos. Después el pánico que siempre acompaña a una redada. Ainhoa sintió un tirón de su brazo y la prenda que recogía del guardarropía cayó al suelo. Luego vino la espantada y el desmayo...


--¿Qué parentesco le une a los detenidos? ¿Es usted la esposa de uno de ellos?--la voz implacable del hombre taladró sus oídos.
--No. Uno de ellos es mi hermano--respondió y su propia voz le sonó extraña.
Ainhoa seguía dándole vueltas a la palabra "detenidos". Anteriormente ella lo había pensado; intuyó que algo iba a fallar en el sistema puesto en marcha. Era la primera vez que ocurría. Ahora tendrían que estudiar dónde estaba el fallo. Sabía que ella era una simple pieza puesta por su hermano, un peón, un comodín, un mecanismo de distracción. En realidad nunca se había parado a pensar con detenimiento a qué dedicaban el tiempo libre Álvaro y su hermano, aunque también intuía que el trabajo relacionado con el Casino les llevaba más del 50% de su tiempo. Del otro 50% ella podía dar cuenta.

El hombre de gesto implacable, repentinamente, suavizó las facciones con una mueca que parecía una sonrisa al responder a una llamada de su móvil. Dio una orden con la mano y la dejaron salir sin más preguntas y sin ningún cargo.


En todo el trayecto hasta llegar a la casa, Ainhoa no soltó prenda, ni media palabra salió de su boca. Bajó del coche. Álvaro se apresuró y al llegar a su lado la abrazó con mimo como arropándola. Su hermano, sin salir del coche sacó el brazo por la ventanilla y alcanzando su mano la acercó a él.
--¿Crees que es un error?. Nosotros pensamos que es un acierto. No te preocupes, hermanita, cosas como la de esta noche sirven para no bajar la guardia, para perfeccionarnos. Me dolería que te sintieras utilizada, no olvides que somos un equipo, valemos para esto. A la vista están los resultados.

Álvaro la acompañó hasta la entrada rodeando sus hombros en un abrazo protector. Después la besó en la boca. Ella se colgó de su cuello y le susurró al oído: ¿no te quedas? mañana nos vemos, fue la respuesta.
Ainhoa ya dentro, por unos instantes se quedó pensativa de espaldas a la puerta. Se contempló en uno de los espejos del vestíbulo. Vio su rostro cansado y sus prendas algo ajadas por el paso de las horas nocturnas. La casa, situada en una zona residencial de la ciudad, tenía el aspecto de mansión al estilo de los nuevos ricos. granito en la fachada, mármol rosa en los suelos, paredes forradas de ébano color marrón intenso, combinación de muebles clásicos con funcionales. En cada rincón se notaba la influencia de jóvenes ricos y caprichosos de esos que no atienden a los buenos profesionales a la hora de edificar y decorar su casa...porque ellos se consideran a sí mismos los mejores en arte y arquitectura. "A la vista están los resultados" acababa de sentenciar su hermano...Ainhoa pensó en la lujosa vida que llevaban, los tres, su hermano, su amante y ella. Coches de alta gama, continuos viajes a los lugares en que triunfan por igual el éxito y la corrupción... y ella...pensó que no era tan alto el precio que estaba pagando a cambio de esa vida regalada en constantes viajes en cruceros, en hoteles de lujo, perfumes, joyas, en las que para asistir deslumbrante a las cenas se embutía en modelos de las más prestigiosas firmas de Roma, París o Londres. No, no era tan alto el precio, pensó que merecía la pena. Al fin y al cabo ella sólo regalaba sueños fingiéndose soñadora, enamoradiza y disponible. Nada más.

Subió a la suite. Bajo la ducha empezaron a fluir los recuerdos. Quiso desecharlos, que se fueran por el desagüe en círculos vaporosos y perfumados como las partículas residuales de su piel. El chorro suave y cálido de la ducha ahogaban las voces interiores. También ella era un pozo de misterio, cerró los ojos y volvieron aquellos momentos, los acontecimientos de aquel lejano y aciago día en el que se vio obligada a subir otro escalón. Su familia puso a su servicio a prestigiosos abogados, pero...¿qué hacer? ¿desnudarse, mostrando su inocencia manchada? ¿pisotear su orgullo?. Salir de ese laberinto supondría otra mácula a su supuesta inmaculada inocencia. ¡No¡ Se había sentido perdida en un dilema: apelar a su indefensión  o incluso   al recurso de amparo. Los abogados la instaron a mentir en favor de su defensa. La Ley se lo otorgaba, pero prefirió acogerse a la quinta enmienda. ¡Nunca un silencio había sido tan elocuente¡. Hubo un momento en que se imaginó que todo lo había hecho por sí misma, que se lo había ganado con el trabajo duro. Pero la vida no es como el dinero. Podemos ganar dinero, pero eso no significa que ganemos felicidad, porque eso exactamente está fuera de nuestro control, la vida puede dejarnos tirados en cualquier momento, ésta es la más incómoda de las realidades, porque nunca fabricamos vida. Dejamos que la vida pase a través de nosotros. La vanidad podrá engañarnos para que creamos otra cosa, pero nunca fabricamos vida. La vida pasa y no existe el estado de gracia. Abrió los ojos ¡puta manera de ser¡...siempre divagando para nada.


Terminó de arreglarse. Se sentía más reconfortada. La casa era cálida y acogedora. Desde allí arriba contempló el lujoso hall de la entrada, y con una pose de altivez cinematográfica empezó a descender. Pero de pronto, se paró en mitad de la escalera. La negra silueta de Álvaro quedó recortada en la puerta abierta. Dos hombres se acercaban y la voz de Álvaro llegaba a sus oídos distorsionada:
--Dicen que tienes que acompañarnos.

12 comentarios:

  1. Una novela negra en cuatro trazos, pero qué trazos, me quedo atrapada por la intigra.

    Un saludo

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  2. Y es que a veces la prisón son los otros...Y uno mismo. Mi crítica es que daba para algo más largo, y perdona el atrevimiento.
    Me han gustado los lugares y su protagonista, que despierta en el laberinto.
    Saludos.

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  3. La bella princesa en su jaula de cristsl y diamantes... Sueña con poder volar pero sus alas son de oro macizo impidiéndole remontar el vuelo...

    Espléndido relato en blanco y negro, Marián, tu prosa es impecable, y de una fluidez que da verdadero gusto leerte.
    ¿Segunda parte? Si no has pensado en ello, reconsidéralo porque has tejido una trama completamente seductora.

    Mis besos y mi cariño.

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  4. Novela negra? De la filosofia a la novela negra?.. bien me gusta. El relato se desliza hacia la intriga. Me gusta

    mi beso

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  5. Un texto intrigante.

    La princesa que se da cuenta, de su prisiòn dorada.

    No es mas rico quien mas tiene, sino quien menos necesita.

    un abrazo.

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  6. Pilar:
    Me encanta que te haya atrapado la intriga. Gracias por venir y comentar.
    Un saludo.


    Igor:
    Ah¡ claro, esa era la idea, salir del laberinto...pero ya sabes como es esto de escribir, te dejas llevar por la inercia...y la verdad es que me estaba alargando. Reconozco que el final es un poco brusco.
    Muchas gracias, Igor.


    Marisa:
    Sí, qué agudeza tienes en la mirada, pues no es que miras, es que ves. ¿Segunda parte? No creo. Hace tiempo que me lees, Marisa, y mis posts son más bien bocetos.

    Muchas gracias, Marisa, por tus palabras cariñosas.
    Mi cariño y mis besos, también.


    El magnetista:
    ¿De la filosofía a la novela negra? ¿No es todo filosofía, Magnetista?
    ¿No me encuentras entre mis líneas?...¿No me lees? ¡Yo a ti sí¡

    Un beso.


    El Gaucho Santillán:
    Lo de la felicidad... decía Groucho Max: "¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero¡ ¡Pero cuestan carísimas¡"

    Un saludo.

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  7. Hola, bello blog, preciosas entradas,si te gusta la palabra en el tiempo, la palabra elegida, la peosía,te invito al mio,será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    gracias, buen martes, besos múltiples...

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  8. Excelente relato, Marián. Huele a clásico. Ya sabemos que determinado tipo de vida tiene sus riesgos, y el día menos pensado, cuando crees que el mundo es tuyo... ¡ding dong! ─llaman a la puerta. Eso, en el mejor de los casos, porque otras veces toca probar el plomo... ;-) Me gustó ese giro inesperado. Apúntate un diez.

    Besos.

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  9. Si puedes localiza el libro "Un giro decisivo" del maestro Andrea Camilleri.
    Yo me quedaría con ese final, sin segunda parte como te anima la querida Marisa, a mi me gusta así.
    El precio nos lo ponemos nosotros y eso no es exclusivo de las damas, ¿no crees?
    Un enorme beso.

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  10. Don vito andolina:
    Bello blog también el tuyo. Perfectas rimas, con significados sugerentes.
    Saludos.


    Kinezoe:
    Sí, Kine, me ha salido un poco en blanco y negro. con chica morena que no falsa rubia platino, jajaja...

    Ya sabes que siempre te lo digo, me gusta gustarte.
    Un beso.


    Ángel Iván:
    Muchas gracias, Angel, pero es que ahora tengo muchos libros por leer...Pero te hago caso y así queda, tal cual.
    Un besote.

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  11. Anónimo1/31/2011

    Deberías seguir con este relato, creo que a poco que lo intentes lo puedes hacer, hay caminos que has dejado abiertos...
    Piénsatelo.

    Saludos.

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  12. Lo intentaré...aunque no prometo nada.
    A ver que sale.
    Un saludo.

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Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior. Goethe.