Picasso estaba realizando una obra por encargo para el Pabellón Español de la exposición Internacional de París en 1937. Mientras realizaba el cuadro, la ciudad de Guernica fue bombardeada por la aviación alemana, y Picasso decidió convertir aquella masacre de la población civil en el tema central de su mural (al óleo, 349,3 x 776,6 cm).

La composición es muy elaborada: a la izquierda, un toro y una figura femenina que grita, con un niño muerto en los brazos. A la derecha otra figura con los brazos levantados; en el centro una pared blanca; en primer plano, una figura yacente que aprieta en su puño una espada rota, tres figuras centrales, un caballo que relincha, una cabeza que atraviesa una ventana con una luz en la mano y una figura implorante con el torso desnudo. Pero a estas figuras claramente ordenadas se les da un tratamiento moderno que deriva del cubismo*, un lenguaje pictórico que el mismo Picasso había creado treinta años antes. Picasso quiso describir la matanza, no como un episodio de la guerra civil española, sino como el inicio de una tragedia apocaliptica.
Reproducción del cuadro, en un mural cerámico en la localidad de Guernica.
En el Guernica no hay color, sólo se utilizan el negro, el blanco y el gris; tampoco hay relieve ni volumen; se enfatiza así la idea de la muerte.
El autor lo cedió al Gobierno de la república por un precio simbólico, en 1939.
Con el triunfo del ejército sublevado. La tela quedó depositada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y no llegó a España hasta el año 1981, cuando el advenimiento de la democracia hizo posible solicitar su devolución.
Se conserva en el El Centro Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid.
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Cubismo: el nombre de cubismo, procedente de la frase despectiva de un crítico, fue aceptado por los componentes del movimiento, entre quienes desempeñaron un papel fundamental, Picasso, Braque, Juan Gris, R. Delanuay y F. Léger. El problema central planteado por el cubismo es el de la representación del espacio en tres dimensiones sobre una superficie plana. La perspectiva inventada por los creadores del renacimiento consiste en un sistema convencional de representación del espacio que parte de la base de considerar la visión humana fija, monocular e instantánea. Los pintores cubistas desarrollaron un sistema representativo más rico, basado en la consideración de que la visión humana es móvil, se realiza con los dos ojos y se desarrolla en el tiempo. Por ello los objetos que aparecen en los cuadros cubistas se presentan contemplados desde puntos de vista diferentes, como desplegando sus diversas superficies, que no pueden ser observadas simultáneamente y se elige un solo punto de vista fijo (como sucede en la perspectiva tradicional). El resultado es un nuevo lenguaje plástico, de orden lírico y conceptual.