Al igual que Don Quijote tengo fe en mis pensamientos. Esa parte de mi mundo tan oculta y tan profunda...engarzada a un principio engendrador de esa sarta de mentiras, cuentas del collar de perlas, esas apariencias, tautologías que cuelgan de mi cuello y que son tan entrañables. Y sin soltar el cabo del hilo, hilo conductor que me lleva sin miedos, sin mirar al abismo...la pasión que me invade colgarme de esa inmensidad...y soltar las riendas y oír el soniquete de la llamada de la otra orilla y dejarme llevar y soñar sin freno abrazando al Universo entero. Romper con las pequeñas tramas mundanas, cerrar los ojos a las desaprobadoras opiniones. Seguir por la ruta trazada de lo imposible, merodeando, buscando la sorpresa, saltando los quitamiedos para gritarla a los cuatro vientos, ajena a todo ojo despavorido..."¡Pero si yo lo vi, vi todo esto con mis propios ojos!".
Por supuesto que otros cerrarán la ventanilla y la cortina para no ver esa extraña naturaleza del paisaje. Y se perderán la reflexión kantiana sobre el sentimiento de lo sublime, ignorando las luces porque están secretamente enamorados de las sombras...
En la sorpresa y la emoción está el conocer y crear. Saludos. carlos
ResponderEliminarOpino que las sombras son parte de la naturaleza. Hay quienes disfrutan de la noche. Aunque posiblemente les este dando otro significado a la palabras sombras.
ResponderEliminarMe gusta tu actitud quijotesca ante el mundo. Un abrazo.
ResponderEliminarEl pensamiento, la imaginación... capaces de lo mejor y lo peor al mismo tiempo. Una ventana siempre abierta al Universo. Quizá, nuestro mayor don.
ResponderEliminarAlgunas mentes privilegiadas como la de Mozart fueron tocadas con la varita de Dios creando obras que hoy sirven para expandir las nuestras. Toda una gozada.
Besos.
Vendría a ser como viajar con los ojos cerrados y las manos en los oídos.
ResponderEliminarCreo que fue Picasso el que dijo que le había llevado toda la vida para aprender a pintar como un niño.
Los corsés nos aprietan demasiado, cuando no son los nuestros propios -llámese vergüenza- es el de los demás.
Besotes muy "juertes" pero bien fresquitos.
Carlos Augusto Pereyra Martínez:
ResponderEliminarLa sorpresa es lo mejor. Es lo que nos mantiene vivos. La monotonía...un día y otro día igual al anterior, eso no es vida. La repetición engendra cansancio. Se dirá que nunca sucede lo mismo exactamente, y es cierto...sólo es nuestra forma de verlo...Pero la sorpresa, lo que no se espera, eso es lo que da emoción.
Conocer...algo nuevo...y crear...la imaginación inventa sorpresas, pero lo desconocido es lo que despierta los sentidos.
Saludos.
El Demiurgo de Hurlingham:
ResponderEliminarSí, las sombras, supongo yo que son la consecuencia de la luz...esas sombras chinescas que se proyectan sobre una superficie iluminada. El teatro de las Sombras ¡tan ancestral!
También permanecer en la sombra mientras otros actúan, jajaja...puede ser muy provechoso, aunque parezca lo contrario.
Darío:
ResponderEliminarEl mundo de la imaginación...MUNDO quijotesco. A mi también me gusta. Te sientes como Dios ¿verdad? Crear mundos, los modelas a tu antojo...los limpias de todo mal, aunque te muelan a palos, jajaja, como a Don Quijote.
Un abracito.
Kinezoe:
ResponderEliminarSin ninguna duda, es nuestro mayor don. Cuando contemplamos el Universo, esa ventana abierta, como tú dices ¿no es la imaginación del hombre la que nos hace ver todas esas maravillas que escapan al ojo humano? La Astronomía ¡qué gran invento! vemos lo que no vemos...pero lo vemos todo con los ojos de la imaginación. Es poesía pura ver esos dibujos virtuales de los astros y de los planetas...ese gas y polvo llamado galaxias.
Besos.
Ángel Iván:
ResponderEliminarPicasso aprendió a pintar como un niño...prodigio...o algo por el estilo. Tenía ese don. Se le atribuyen frases muy inteligentes. Quizás esa sea la costumbre que se concede a todos los artistas. Tener "arte" para pintar, escribir, modelar, etc, etc, eso no les hace mejores personas. El hombre y el artista no suelen ir unidos.
Un beso "fresquito"