¿Qué hace el cerebro cuando una persona intenta explicar su vida? ¿Inventa o intenta recordar? Al cerebro le encanta contar historias...le gusta moldear nuestra imagen, para bien o para mal, según nuestro gusto. Y hasta hay quien asegura que eso influye en nuestra conducta futura. Vamos, que lo imaginado lo hacemos nuestro.
Algunos psicólogos afirman que nuestra narrativa personal tiene mucho que ver con la propia personalidad. Obvio. Según estos estudios pareciera como si estuviéramos siempre trabajando un guión, y que estamos actualizando continuamente el tratamiento que le damos a nuestra vida. El modo en que visualizamos cada escena, no sólo moldea el concepto que tenemos de nosotros, sino cómo nos comportaremos en el futuro, como si lo narrado estuviera atravesado por un hilo redactor...deseando una epifanía. Una manifestación purificadora.
Los investigadores: antropólogos, filósofos, psicólogos y demás, durante siglos y siglos han intentado averiguar cuales son los ingredientes que forman la personalidad, esas neurosis intransferibles que hacen que yo sea yo y tú seas tú. Investigar por qué en mi impera el desasosiego y la incertidumbre, y en ti esa fuerza incontenible que te trastorna y te convierte en algo así como un mastín lleno de energía ante una perra...hembra en celo...
Todo eso es lo que trata de moldear la literatura, suavizar, o incluso recrudecer la vida. Narrarla a nuestro gusto particular. La elaboración estética de esa visión, es la razón o pretexto y finalidad que mueve los hilos sinuosos de nuestra particular trama, porque al fin y al cabo todo es literatura...La vida sólo con su biología, no nos hace soñar ¡eso es tan pragmático¡
Queremos colgarnos de esa punta del hilo, de ese impulso dinámico, que deseamos atar en un lazo que nos aleje del caos y nos lleve a ese cosmos soñado. A ese principio que es Eros. Que es amor...Esa metafísica que escapa a nuestro entendimiento y nos impulsa a retomar el vuelo hasta vislumbrar un principio divino.
Necesitamos poesía, arte que debe resplandecer sobre el caos, o bajo ese velo familiar y formal del orden. Necesitamos ocultar con escenas narrativas nuestra propia imagen; describirla como algo ajeno, embellecerla, o también descuartizarla si eso nos place. Incluso hacerla superlativa en una escena final...a sabiendas de que, aún a nuestro pesar, esa imagen omitida, siempre quedará patente.
Si caminas por la playa acabas poniéndote morena.
ResponderEliminarsi ante una esccena de celos actúas como si no lo fueses , tarde o temprano deja de ser celosa porque además de crear reflejos condicionados, (Paulov) una acaba "siempre siendo lo que parece"
¡Hermosa y singular tu entrada!
Besos
Me gusta motivarte tanto... en serio. :)
ResponderEliminarCuando uno enfrenta un texto,entrar en la mecánica del espejo, realmente el dialogo se produce con nuestro propio cumulo de experiencias, imágenes, prejuicios... y sobre estas cositas, aventuramos suposiciones que creemos verdad.
Pero es poco mas que el cerebro aferrado a su tendencia de catalogar todo, para ordenar, para frenar ese caos, vértigo que el tanto detesta, porque es un órgano que genera la realidad sobre referentes, y si no lo hay, los crea.
Osea, es todo subjetivo... bastante relativo.
En cuanto al arte, estoy de acuerdo,en su mayor parte.
Escuche el otro día un dato que me resulto curioso, y es que el cerebro conformaba la personalidad en base a los traumas o acontecimientos impactantes entre el nacimiento y los cinco años, es un punto, me parecio curioso.
Al final, cuando ya intimas con alguien o lo pretendes, siempre acabas contando tres o cuatro momentos muy puntuales de tu infancia, como esa cosa especial, y secreta, que te define.
¿No és lo más?
Un besote Marian, bien grande, y buenas respuestas, siempre que a ti te valgan.
la creación y los actos generan reacciones
ResponderEliminarlo grande es saber interpretarlos
andré de ártabro:
ResponderEliminarBueno sí, Paulov. La cuestión se dirimía entre reflejo "condicional" y reflejo "condicionado"...obedecer a impulsos...Así que no es lo mismo estado psicológico motivado o estado permanente del individuo ¡todo son experimentos! Yo creo que en realidad cada persona es un mundo.
Besos.
La susodicha:
ResponderEliminarYa lo sabes tú.
Hay un hilo conductor entre tu "azotea" y la mía...ja,ja,ja, pero es que últimamente te encuentro como más asequible ¡no sé¡ Una etapa más popular que no la asociaba contigo. Pero bueno, será que ahora recibes a las visitas con más agrado.
Tú a mi siempre me has hecho dar cien mil vueltas...quizás todas las vueltas que tú me das ;-)
Grande, grande el beso, sí.
José María Souza Costa:
ResponderEliminarPues bienvenido, José María, espero que nos gustemos... ¿no?
Abracitos.
Noelplebeyo:
ResponderEliminarBueno, la interpretación es muy subjetiva. Al final todo se queda en suposiciones.
ResponderEliminarNo me había parado a ver la literatura desde esa perspectiva de la que escribes,
"es la razón o pretexto y finalidad que mueve los hilos sinuosos de nuestra particular trama, porque al fin y al cabo todo es literatura"
Eres un flipe comentando, pensando y escribiendo.
Un beso Marián
Ay...Enya. Tú siempre me dices esas cosas...y es que yo no sé qué decirte.
ResponderEliminar¡Un flipe! dices, madre mía. Todo lo que hago es dejarme llevar por la escritura...y casi parece escritura automática, sale sin esfuerzo.
Un beso grande, Enya.
“Cada ser humano es una novela de misterio e intriga, con un terminal sin resolver.”
ResponderEliminarCiertamente llega el momento, en que no sabemos distinguir si la vida es nuestra o nos la han prestado…Abrazos ¿desde donde…?
Seremos un discurso, ya lo decía Lacan. Pero con la poesía, con esta sublimación del ser, por qué no serlo? La carne vive lo que la mente dice, y el ojo susurra la perfidia del próximo paso: así la poesía le dice a la mano que es caricia, o puño, o destino marcado. Surcos de poesía te dejo. Besos.
ResponderEliminarSomos la historia que nos contamos, mucho más que la que somos capaces de recordar.
ResponderEliminarUn gusto pararse a pensar contigo, siempre
Kimbertrancanut:
ResponderEliminarNos gusta ser los protagonista de una trama. Queremos que nuestra vida tenga sentido. Y como decía Humphrey Bogart en La condesa descalza: "aquello no era una historia escrita, era la vida, y la vida no tiene guión" Por eso la inventamos, escribimos nuestra historia, a sabiendas de que el final es irreversible...
¿desde donde hasta donde...?
Besos y abrazos.
Javier F. Noya:
ResponderEliminarPrecioso tu comentario. Vestido de poesía que con tanto cariño me dejas. Como siempre.
Besos, Javier.
Pilar V:
ResponderEliminarMuchas gracias, Pilar, por tus palabras. Pensar por pensar...para escribir nuestra historia a nuestro gusto y maneras.
Saludos.
La cuestión Marián, es cómo apreciamos el mundo cada uno de nosotros. Fisiológicamente, el mundo es distinto para cada persona: sus órganos sensoriales son diferentes, poseen distinto número de células, etc. Y posteriormente, cómo interpreta el cerebro lo que percibimos mediante los sentidos. Alguno de ellos lo tenemos tan abandonado que no lo sentimos. Cuando se trata de describir, inventar o establecer, causas más placenteras que las fisiológicas, que mejoren y cambien nuestra percepción de una realidad que es muy diferente de la pensada o soñada, aparece el escritor, el poeta, el artista…, que con su especial forma de entender el mundo que le rodea y su mundo interior, trata de que la fascinación de los sueños, la comunicación con los sentidos mejore y el ser humano sienta más placer con sus vivencias personales.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Marián.
ANTONIO CAMPILLO:
ResponderEliminarNo sabes cuanto me ha encantado tu reflexión sobre el tema, Antonio. Lo has clavado. Tu exposición científica-filosófica me ha parecido perfecta. Da gusto tener seguidores tan eruditos. Siempre te lo digo. Pero es que no me canso de decírtelo.
Besos y abrazos, Antonio.
Creo que lo que necesitamos es imaginar, ya sea nuestra vida, la que queramos tener, la que nos gustaría que tuviesen, etc, para todo ello nos valemos de sentidos que son engañadas constantemente ya sea por los demás como por nosotros mismos, pero al fin y al cabo, que más da, ¿una fantasía creída quién puede decir que no es una realidad?
ResponderEliminarQuizás sea el peso de la evolución, pero me gusta pensar que así buscamos la felicidad.
Un besote.
Ángel Iván:
ResponderEliminarPues sí, Ángel. estoy de acuerdo en todo eso que dices porque la imaginación es un hecho...y la realidad está en cómo se nos percibe y nos sentimos...soñar es una realidad más, y nuestro cerebro es una maravilla que nos regala mundos maravillosos...
Un beso.