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Este post se lo dedico a
Vanity que es el que me lo inspiró. A riesgo de ahuyentar a otras musas a las que invoqué y no me oyeron, me acojo a esta enmienda: "Cavando la tumba como escritora amateur", ejerciendo mi pleno derecho a equivocarme.
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Desde que instalaron esas malditas cámaras de seguridad le rehuye la mirada. Es inútil que ella le acose descaradamente, siempre se escapa al ángulo visual de la cámara. Aunque ya llevan viéndose diariamente más de tres años, no deja de sentir una rara inquietud cada mañana cuando llega éste momento y salen a tomar un café y de paso a estirar las piernas. La máquina del café está instalada en un ángulo, al lado derecho de la escalera y detrás del ascensor. Todos los días se forman corrillos que llenan el aire de cuchicheos:
--Le han citado para las doce en el despacho del director.
--¿A quién?
--Pues al de siempre.
--¿A Fermín?
--A quién si no.
Fermín está nervioso. Fermín no sabe no contesta. Ni pajolera idea tiene de porqué le ha llamado el jefe. Pero todos saben que a éste cerdo le ha tocado el papel de pelota baboso. En todas las empresas hay un papel reservado para este rol, y siempre el que lo encarna es un tipo como Fermín.
A las doce en punto Fermín entra en el despacho de Don Ramón. Y como siempre, le tiemblan las rodillas al sentarse frente a su jefe.
--Adelante Marta.
Entra la secretaria con su descomedido escote por el que asoman dos moldeadas cumbres que parecen poseer alguna sustancia reflectante pues todas las miradas se fijan invariablemente en ese punto de luz cegadora.
Marta deja el expediente sobre la mesa doblando la cintura como en un pase de baile mirando de reojo al tembloroso Fermín.
--Déjenos solos, por favor.
Sale Marta con un ligero mohín en sus labios que denota descontento. Cierra la puerta procurando no hacer mucho ruido.
Tras la puerta se oyen murmullos, risas entrecortadas y algún grito ahogado.
--¡Hablar más bajo que ya llega¡
--¿Pero la has visto?. Esa tía no tiene ni zorra idea de qué va esto. Ni puta idea tiene de lo que es abrirse camino en la vida.
--Es una niña mimada, toda la vida la han adulado y ahora se cree el ombligo del mundo. Entró en la empresa por puro enchufismo.
--¡Qué hijos de puta¡. Por no contrariar al cabrón de su padre. No sé que clase de favores le deberán pero no dijeron ni media palabra el día que se presentó el viejo con su niñita. Exigiendo además, que su niña tendría el mejor despacho. Y al pobre Fermín lo instalaron en el que da frente a los lavabos.
--Y ya ves, al fin y al cabo él es el que sacó adelante la empresa quitando de encima toda esa mierda que fue acumulando el inútil del yerno--comenta Iker como para sí.
--¡Cabrones¡. Decimos que es un arrastrado el jodido Fermín, pero es que no sabemos apreciar su altruismo.
--¿Altruismo?.
--Sí, sí, altruismo, porque ya me contarás cómo se puede hacer las cosas que hace ese hombre sin esperar nada a cambio.
--Quizás esté enamorado de la hija.
--¿De esa petarda?. Porque encima se cree guapa y no es para tanto. Y de estudiar...¿Cuántos años se ha tirado para sacar la carrera, seis, siete, ocho?.
--Pero ya sabes. No sé si guapa, pero buena, está un rato buena.
--Ya, lo que pasa es que a ti te tiran las tetas más que las carretas--irrumpe Jorge con una carcajada.
--Ni aún así ha sabido conservar al marido. Aunque a ese si lo miras bien, como hombre él también vale una mierda.
--Se le vio el plumero. Pensó que había dado el braguetazo del siglo. Pero con el hueso de su padre hemos topado-
--Es que el viejo parece su marido más que su padre.
--Y vete tú a saber, porque lo cierto es que ella está empadrada.
--¿Qué es eso?--pregunta Itziar.
--No sé, se me ha ocurrido, como dice éste que parece su marido...
--¿De qué habláis, chicos?.
Irrumpe Idoia, la que se entera de todo.
--De nada, de la puta vida, que todo es un asco.
--Ya, pues de la remodelación de plantilla llegan rumores...
--¡No vengas con hostias¡.
--No, no, por favor, no nos vengas con eufemismos a estas alturas. Di que vamos a ir a la puta calle.
--¿Y Fermín? ¿qué van a hacer con él, también se lo cargarán?.
--Fermín lleva una temporada rarísimo, ¿os acordáis cuando desapareció el extintor?.
--Fermín es otro hijo de puta.
--Claro, uno de los muchos que pululan por esta oficina.
--Creo que se han fusionado y vamos a otro edificio más grande.
El notición de Idoia los pone a la expectativa.
--¡Joder¡. Ya veréis aquí no quedamos ni dos--Risas estrepitosas, algunas risas nerviosas y la de Idoia suspicaz.
--¿Fermín y la "hijita"?--pregunta Jorge.
--Y otro más.
--¿Otro más?--preguntan todos rodeando a Idoia.
--Sí, otro que no se deja notar.
--Joder...pues como no sea el de del departamento de devoluciones...ese tío es muy raro.
--Ah, sí--Tercia Jorge--¿recordáis lo que pasó con el extintor?.
--Pues claro, menudo fiasco, se cargaron hasta dos impresoras.
--Ya te digo. Lo del extintor fue una cosa muy rara.
--Perdimos de vista al extintor--comenta Idoia con aire evocador--nadie sabía dónde estaba y sólo ese tío se quedaba al margen como si la cosa no fuera con éste departamento.
--Pero no sólo él es el raro. Para rara la de la correspondencia. Yo creo que a esa sí que había que vigilarla.
--¿Porqué, no es de fiar?. Pero si nunca está sola, siempre estamos uno o dos ahí con ella--comenta Jorge.
--La cuestión es que a veces llegan cosas y se quedan ahí archivadas y cuando ya nadie presta atención desaparecen.
--¿No jodas¡. ¿Y si son extraterrestes?.
Risas generalizadas.
--¡¡Qué¡¡.
--¿Quienes?.
--Pues esos dos. Porque raritos si que son.
--Joder, Jorge, qué vida más vacía debes de tener tú, porque verles a esos dos tanto misterio ya son ganas.
--Son raros, pero si te fijas bien parecen normalitos. Ella mira de una forma muy rara, como si te quisiera traspasar con la mirada.
--¿En serio?..No me jodas, Jorge, querrá ligarte, a mi no me mira con esa profundidad que dices.
--Vale, tíos, no os tomáis nada en serio--interrumpe Iker--estamos en peligro de extinción y nadie se da cuenta, joder. Idoia tiene razón, lo del extintor fue un aviso.
--¿Aviso?.
--Pero de qué.
--¿Porqué?.
--¿Para qué?.
Idoia con un gesto les invita a que se acerque. Una atmósfera de misterio les envuelve.
--Estar al loro, chicos, que esto va en serio .
--Cuanto misterio, tía...
--¿Pero qué es lo que va en serio?
--Pues va en serio que en cuanto empiece la diáspora esto ya no habrá quien lo pare.
Esta mañana se han percatado de que el extintor se ha esfumado.