Así que sin más demora me dispuse a redactar el informe diario.
Lunes
Extraída la CPU del androide defectuoso e instalada en otro modelo de la misma clase pero con carcasa femenina, este se muestra receloso. El androide no sólo no abraza ni conforta durante el sueño, incumpliendo claramente la norma para la que ha sido diseñado, si no que, muy por el contrario, se muestra arisco e indiferente a sus sentimientos. Durante el sueño, el androide aprovecha para alejarse y da casi siempre la espalda y por toda respuesta, lo que sale de su boca en todo momento es un desafiante ¿qué?
Martes
Esta mañana, el androide se ha ido por su cuenta a la terraza a fumarse un cigarrillo. De acuerdo con los parámetros que debería guiar su comportamiento, su adicción es inexplicable.
Miércoles
Esta mañana cuando he entrado en la cocina el androide estaba exprimiéndose un zumo de naranja. La prueba de su olímpica indiferencia hacia mi es que sólo ha usado 3 naranjas, justo las que necesitaba para llenar un vaso.
Jueves
Esta mañana cuando me he levantado y he intentado entrar en el baño acuciado por la urgencia, la puerta estaba atrancada. El androide se estaba duchando y he tenido que salir a mear al jardín. El frío era intenso y se lo he recriminado agriamente pero ya podéis adivinar lo que me ha contestado.
Viernes...
Me despierto de nuevo sin éxito en la soledad de mi habitación. El androide de compañía ha desaparecido nuevamente aunque no anda muy lejos. Lo encuentro 1 minuto más tarde en el salón viendo la tele tumbado en el sofá. Ha cogido una bolsa de pipas, ha encendido el aire acondicionado y se ha puesto a ver el pack de la primera temporada de Friends que mi exnovia se dejó en la casa cuando cortamos. Tal falta de respeto me ha sacado de mis casillas, así que no he tenido más remedio que desconectarlo de un derechazo.
Llegó el fin de semana y, para entonces, yo ya estaba completamente desquiciado por las ocurrencias del androide de la viuda del androide. Por momentos, me parecía estar viviendo en una pesadilla surrealista de incierto final. Por si fuera poco, durante la noche, los sueños libidinosos con la viuda del androide no me dejaban en paz e insistían en despellejarme la mente. Necesitaba respirar urgentemente. Llamé a Lucía.
--¡Qué haces?
--Aquí en el trabajo, dónde crees?
--¿Quieres que nos veamos cuando salgas?
--Ya veremos porque, cuando yo quiero verte, tú nunca estás.
--Sabes que no lo hago a propósito. Es por mi trabajo, que es muy especial.
--Sí, lo que tú digas. Luego te llamo, que ahora no puedo hablar.
Lucía me llamó media hora más tarde, yo apagué el androide y lo escondí en el armario apilado entre la fregona y el escobón. Cuando llegó Lucía, nada más cruzar por la puerta de entrada, apenas sin mediar palabras, empezamos a follar arrastrándonos por el pasillo como dos animales ansiosos. Mientras la penetraba, yo no podía quitarme de la cabeza los carnosos labios de la viuda del androide pronunciando esa frase: "Tan divertido le parece que una mujer se pueda bastar a sí misma?"...Cuando terminamos, Lucía empezó a repasar con curiosidad científica, los cardenales derivados del fragor de la batalla. Después se quedó terriblemente callada. Luego empezó a mirarme con ojos asombrados...
.--¿Qué?- respondí.
--A ti te pasa algo y no me lo quieres decir.
--Eso es ridículo.-le contesté justo antes de darle la espalda.
CONTINUARÁ....