..

..
Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

..

..
No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

.

.
¡¡Déjame con la boca abierta!!

.

.
Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

domingo, 27 de mayo de 2012

La viuda del androide III


Estaba tan cansado que apenas me costó quedarme dormido. Caí en una oscuridad abisal y comencé a soñar con la viuda del androide. Estábamos en una fiesta dieciochesca, en medio de un gran salón lleno de lámparas de vidrio gigantescas y camareros sirviendo canapés. Aquello lo mismo podía ser  la corte de Catalina la Grande que una escena de "Las amistades peligrosas". El salón estaba lleno de caballeros  de figura egregia y peluca blanca y damas con polisones infinitos y maquillajes extraños. En un determinado momento observo como, emergiendo desde un conciliábulo de mujeres próximo, la viuda del androide se me acerca y me pregunta: ¿tan divertido le parece que una mujer pueda bastarse  a sí misma?. En absoluto, querida, respondo yo, mientras inclino mi rodilla imitando una genuflexión, el placer es mio, concluyo, mientras tomo su mano delicadamente...Y es justo en este momento del sueño cuando empieza a sonar "Jet'aime moi non plus" en la versión de Jane Birkin y Serge Gainsbourg y la viuda del androide y yo nos besamos apasionadamente...

Desperté empapado en sudor y con el sabor agridulce de aquel beso versallesco y la cancioncilla franchute en los labios. Miré a mi alrededor pero el androide no estaba donde debía estar. Era evidente que algo había ido mal, que no estaba cumpliendo con la función para la que había sido diseñado. Cuando me incorporé, lo descubrí de espaldas  junto al borde  de la cama.
--¿Qué?- me espetó como si se hubiera advertido misteriosamente de mi presencia.
"¿Qué?". Era absurdo. Jamás había visto a un androide de compañía decir algo tan ridículo. ¿Cómo que ¿"qué"? ", ¿qué de qué?
--Oye tú -grité.
--¿Qué? - repitió.
--¿Cómo que qué?- insistí.
No me respondió. Pero qué  iba a decir si era un androide de gama baja y su vocabulario estaba limitado a 500 palabras, los suficiente, por otra parte, para dar cuenta de un modo razonable del abanico de situaciones que tienen lugar cuando dos especímenes de homo sapiens deciden pasar la noche juntos: "échate a un lado" "me estás aplastando el brazo" "ráscame aquí" "quita, me estás destapando" "abrazame fuerte", cosas así. Pero decir "¿qué?", para un androide de su precio, no tenía ningún sentido. Su procesador carecía de la potencia necesaria para preguntar sin motivo, para inquirir sin objeto, para permitirse, en fin, el lujo de la abstracción por la abstracción. Me acerqué a él por detrás con un lápiz e introduje la punta en el orificio de su hombro izquierdo para resetearlo. En breves segundos volvió a la cama y comenzó a arquear las piernas hasta adoptar su posición original.

Volví a dormirme. Cuando por fin desperté a la mañana siguiente, el androide no estaba en la habitación.Temí que se hubiera escapado en mitad de la noche. No hubiera sido el primer caso. Una vez se nos perdió un VR9 y estuvimos dos días buscándolo hasta que lo localizamos en una discoteca de moda. Se había vuelto loco y se creía que era Tony Manero. De repente me entró pánico por mi trabajo y sentí fiebre al imaginar lo que tendría que contarle a la viuda si su androide- o la CPU de su androide- no aparecía. Comencé a buscarlo ansiosamente por cada una de las habitaciones de la casa hasta que lo encontré sentado en la terraza fumándose un cigarrillo y mirando el amanecer dándome la espalda.
¿Qué?- me dijo de nuevo.
--Oye tú, ese tabaco es mio- protesté- ¿se puede saber qué haces fuera de la cama?
Pero ella/él/ ello, ni se inmutó, así que lo apagué de nuevo, le quité el cigarrillo de la boca y lo cargué sobre mis espaldas de vuelta a la cama.

No sabía qué hacer. Estaba ciertamente desconcertado por el comportamiento tan extraño de aquel cacharro. En la literatura especializada no existen casos de androides psicóticos de gama baja. De hecho, el alto nivel de eficacia de los modelos de bajo coste se debía a la simplicidad de la tarea para la que habían sido diseñados. Las enfermedades mentales se daban siempre en los modelos más caros, en androides de compañía que se enfrentaban a dilemas morales como hacer la compra de la semana, o trances tan intensos como un día de rebajas. No sabía qué hacer, y precisamente por ello me dispuse a escribir un informe diario que me sirviera de seguimiento y de coartada en caso de que la porquería empezara a salpicarme.

CONTINUARÁ...

15 comentarios:

  1. Es el preludio de la violencia ese que de que, la antesala que precede un intercambio de golpes cuando no hay razón, ni dialogo…
    En ese momento conseguiste dos cosas: retraerme al pasado, esas noches almibaradas en humo, drogas de diseño y alcohol… donde la tensión se palpa en el oscuro ambiente, las miradas fugitivas son cuchillos que vomitan odio…. Entonces el tipo límite embauca, seduce, divaga, y en ese desierto interior en busca de un oasis se suceden espejismo de amor y odio… con la piel pegajosa y salada…. dulce almíbar aflorando al capullo en forma de semen de cristal líquido, romántico y poético…
    El que de que es la ultima respuesta del simio, responder con respuesta el primer acercamiento a la agresión física, por educación debería suceder como el turno verbal, golpear primero el propietario del primer que…
    En ese pasaje me estremecí, una ola de calor recorrió mi cuerpo desde la punta de mis pies al cerebro, orgasmo menopaúsico de retro miedo y ansiedad…
    Las dunas por las que con pasos fatigados caminamos siempre descienden y la arena es fría
    La sangre que borbotea de la herida busca el calor de primavera y hierve al contacto con el oxigeno
    Nunca fue problema para que tengas la regla, para eso están las toallas y el papel higiénico…. Lo verdaderamente engorroso es acabar jadeante en posición fetal, de medio lado... Y advertir como mi miembro queda ebrio de resina vaginal

    ResponderEliminar
  2. Que será ese Que.............

    ResponderEliminar
  3. Sigo embelesado ante tu historia, me encanta la forma en que va fluyendo. El detalle del lápiz y el botón de reset me ha fascinado. Qué útil sería que viniéramos todos con un botoncillo de esos...

    Un beso, Marián, y adelante con el relato! ;-)

    ResponderEliminar
  4. Me encanta tu ingenio, Marián, y además que consigas hacerme reír con ese ¿Qué?. Algunos humanos también deberíamos llevar ese botón, como dice Kinezoe, y poder resetearnos. Qué fácil sería todo. Espero ansiosa la siguiente entrega, estoy enganchaica.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. MANDRILX5/28/2012

    MACUMBA el justiciero
    Musulmán beodo
    En una casa de apuestas con las sandalias de cuero
    Olor a Magreb, piel áspera, mirada penetrante
    Siervo inquisidor de la vida de algunas…
    Mujeres beatas, con esos coños que huelen a cementerio
    Zorras de súper, sección zorra chino de barrio… tangas rosas a un euro
    Jodidas imitaciones de colonia y polvos apresurados
    Magia negra, piscinas horteras para domingueros, ladrillos quemados por el sol
    El barrio y el corro de subnormales, la plaza del rumor…neuronas recalentadas por el sol de agosto, mediocres que serian capaces de desmentir sus calumnias si mi polla tapara su boca
    MACUMBA, garrote vil, MACUMBA, bribón negro de callejón, MACUMBA, sudor magrebí, MACUMBA, suspira nucas de dientes blancos como la leche

    MACUMBA, animal devastador, siempre silencio y tranquilo como el cocodrilo
    MACUMBA, dale a esas putas su merecido

    ResponderEliminar
  6. ¿qué?

    Poco se puede decir en la madrugada que duela más que un látigo.


    (me encanta)

    ResponderEliminar
  7. Sigo el texto con atención. Muy interesante. Mucho.

    ResponderEliminar
  8. Una pregunta a veces desata todo un acontecimiento...y cuando eso sucede lo mejor es escribir un informe....mientras la tarde cae y la tristeza con ella....

    mi beso.

    ResponderEliminar
  9. de la ebriedad de los robots que fueron figuras literarias (con excelentes adaptaciones cinematográficas, por cierto).

    ResponderEliminar
  10. Kinezoe:
    Ay¡¡...Kine, ya ves que los robots, puestos a hacer cosas raras, en poco se diferencian de nosotros. A veces actuamos por inercia, otras, equivocándonos...

    Gracias, Kine, por tus palabras, y que me alegra muchísimo que te guste.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  11. Galia B:
    La verdad es que sí, que sería estupendo ese botón para reconducirnos...aunque no será por falta de "botoncitos" si se trata de nosotras ;-) jajaja...

    Bueno, Irene, que me encanta que estés tan "enganchaica".

    Un beso.

    ResponderEliminar
  12. Pilar:
    Sigue leyendo...espero que te guste...
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  13. Sbm:
    Te digo lo mismo que a Pilar...a seguir leyendo...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  14. Elcaligrafista:
    En medio de la noche cualquier pregunta, por insignificante que sea, se torna inquietante...y no se puede por menos que levantarse en plena noche y escribir un informe...

    Mi beso.

    ResponderEliminar
  15. Advenedizo:
    Sí, a veces los robots tienen resortes insospechados...yo me llevo muy bien con ellos, porque suelen sorprender...sobre todo si se tiene en cuenta lo poco que se espera de ellos.

    Un saludito.

    ResponderEliminar

Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior. Goethe.