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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

martes, 30 de diciembre de 2014

La violeta de la muerte se torna azul en sus labios de amatista


Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres joder
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?


Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

Luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?


Nota.
Dicen que el alcohol mata microbios,  pero no neuronas.
Eso creo.  Bucowski sabía muy bien lo que se traía entre manos,  hay algo en las bebidas alcohólicas que despierta neuronas. Tal vez sea eso… Un amigo me comentaba que con un par de copas le llovían adjetivos que le ayudaban a desarrollar conceptos.
Y… sinceramente, creo que Bucowski no se emborrachaba. Tal vez Chinaski, sí. Pero él, Henry Charles Bucowski, sólo se “achispaba”…
Eso creo.


Feliz Año Nuevo 2015.

lunes, 22 de diciembre de 2014

La seducción de los objetos


Adeo anima hominis quoesita máxime placere
Plinio

Esas plumas y esas pieles, esas perlas y esos corales, fruto de pescas y cacerías mortales nos dan todos esos suspiros ante su belleza. Y ni pensamos en las crueldades de donde proceden su suavidad y su belleza.

Y el mar azul de una alfombra de sedosos matices, minuciosas maravillas del arte japonés. Las miniaturas y estatuillas que desde el interior de sus vitrinas nos clavan sus miradas coloreadas e inmortales.

Y obras más altas cuelgan de las paredes que llenan de vida y hacen soñar, en la necesaria mezcla de Escuelas y el anacronismo igualatorio del Arte. Muertos y vivos, primitivos y contemporáneos; Velázquez, Murillo, Goya con Herbert Boeckl y Alexandre Konoldt, o Picasso y Dalí, por nombrar algunos de los más populares.

Y ella tiene la impresión de sentirse allí, no como un ser que contempla, sino como un objeto más. Entonces le surge un deseo de unirse más íntimamente a esos objetos cuya alma le parece ahora más cercana que la de sus congéneres. “No hay cosecha en la que no sangren las amapolas, como gotas de sangre humana que volviesen a florecer fuera de la tierra”. Es en ella en quien de verdad sangran los pesares. Pero no es todavía el declive y no concibe aún la grandeza de la renuncia… y se lamenta de no saber ya esperar, sin saber aún recordar.

Y afuera, en la calle, se ofrecen otros cuadros, más grises, más reales y más vivientes… la calle a la que se asoma está llena de trampas mortales, hombres con su botella de vino dentro de una bolsa de plástico, guantes con dedos y uñas guateados de nieve helada, bufandas raídas que lo mismo sirven para tapar un roto que un descosido, envuelven el aire y el humo lúgubre y lunático. Caminan juntas la madre y la madrastra, el padre afligido junto al desalmado que sólo engendra para más tarde dar muerte. ¿Acaso no es exactamente ese mundo heterogéneo la imagen de la Vida?

Y suspira ante tanta incongruencia…
Y no comprende los silencios que bajan del cielo…
Y parpadea alejando oscuridad
Y oye la sirena a lo lejos…
Y unas voces difusas que
Galopan hacia ella pidiendo espacio:

¡Por favor, apártense, dejen paso…!


Felices Fiestas  a todos.


jueves, 11 de diciembre de 2014

La modelo y el artista


Ella es… la modelo del artista, se muestra de las mil maneras que él la desea… débil o fuerte,  dulce o irritada,  sabia o inculta, tonta o inteligente…

Ella muestra el encanto de su belleza pero también refleja la mente del que la plasma en esa definición de querer mostrar lo que el artista quiere mostrar. La modelo es el artefacto, el artista es la mente prodigiosa para fijar el reflejo de un matiz y la singularidad de un contorno que sin embargo no se deleita con ello nada más que de paso y en la medida en que eso es útil para lo que pretende demostrar. Y aunque en apariencia parezca algo frívolo, quizás, sea una página viva para darnos un toque filosófico que persigue una demostración. Las conclusiones siempre nuevas y a menudo profundas a las que llega, si no parecen notables a las mentes superficiales es porque en lugar de expresarlas de forma abstracta, las intenta dar con una apariencia plástica y estimulante.

martes, 2 de diciembre de 2014

…y qué decir del talento…


A veces por inercia, o por vagancia, o por no querer pararse a pensar, tiramos de clichés y nos quedamos tan anchos. Por ejemplo, se dice que para llegar a hacer algo con talento, algo prodigioso o con arte hay que estar algo zumbado. Decía Almudena Grandes que siempre que habla de estas cuestiones con su marido -el gran poeta  Luis  García Montero- sobre la poesía, el poeta le comenta que… el primer verso lo da Dios, la inspiración viene del cielo, el carisma, o como queramos llamarlo. Al margen de la cordura o sensatez que posea el artista, el talento se encuentra sin buscarlo.  Con tan sólo una palabra de inicio ya se puede escribir una tesis, o quizás… dejar un poema para la historia.

  Pero todo eso a mi modo de ver es una opinión, y es cuestionable, faltaría mas. Incluso aunque te caiga del cielo alguna palabra de las que nos hubieran impresionado más. Se dice también que la locura es un ingrediente esencial para hacer arte. Un punto, una chispa de locura se suele decir. Y su competencia llega a bastantes ámbitos .Hay por supuesto artista de la palabra como ya es sabido, que han pronunciado o escrito palabras cuya profundidad se disimula por la costumbre y que no nos producen, a priori,  ese vértigo de haber captado la gracia original. Tenemos mil ejemplos de pintores, de músicos, escultores… Pero quizás ese rayo de locura sea como la sal; una pizca es suficiente; un exceso estropea la obra. Porque un Bernini seguro que ha utilizado, además de su talento, su ingenio para saber gestionar sus razonamientos lógicos. O el genial Mozart, para acompasar de manera armónica todo lo que le llegaba de su loca cabeza. Así el que escribe, por muy grandes aires de  dignidad evangélica  de la que confíe, es saber separar el buen grano de la paja… Eso creo.

Tejiendo palabras…

Hay artistas que se asoman a un precipicio para buscarlas, en el mar de las drogas, en el aire del alcohol… y hasta pueden descubrir esa palabra a sus pies… como una flor al borde del abismo. Es un espectáculo ver como acarician algunos las palabras, y cómo las toman, las poseen, cómo las saborean, cómo paladean ese sabor especial a veces sutil, a veces demasiado fuerte… que las realzan, que las repiten, que las gritan, que las cantan… que las utilizan como tema para mil variaciones, opacas o deslumbrantes.  Improvisadas a veces con una riqueza que asombra a la imaginación, y turba los esfuerzos de la memoria para retenerlas. Y todas esas cualidades que se tienen que dar en la escritura, como el encanto, la elocuencia, el ingenio para realizar ideas… buscando a las Musas, llamándolas para que busquen ellas una fórmula nueva por decirlo de alguna manera, hechas de majestuosa gracia y de inflamable ingenio.
También lo creo.