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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

domingo, 22 de septiembre de 2013

¡Allen ha vuelto…!



  Un parpadeo..Creo que él me estaba mirando. Al menos casi estoy segura de que me guiñó un ojo y todo.

Saqué todos esos trastos almacenados en ese armario de ahí abajo. Cosas absurdas que todo ser humano civilizado va acumulando y que con el tiempo va adquiriendo esa manía de conservar. Y ahí estaba él, medio inclinado, distorsionado, con algún tornillo flojo a punto de desprenderse… Lo arranqué de ese rincón oscuro del armario. Y en el hueco que quedó vacío yacía un papel arrugado escrito con letras casi borradas, tinta corrida…

“Anoche hablé con la Luna.
Me dijo tantas cosas…
que quizás esta noche
vuelva a hablarle otra vez”

Seguramente esa esfera luminosa, esa lámpara de la noche… ¡sabe tantas cosas de nosotros…!

Allen y su parecido a un astronauta. Tendría que haberse visto en aquel sueño que tuve aquella noche de verano , seguro que hubiera disfrutado. Porque con qué gracia quería enmendarme la plana y rogarme que, por favor,  asentara su mechón de pelo, el bucle seductor sobre su metálica frente a lo Superman. ¡Madre mía! Y es que de verdad, desde aquel día que se calentó tanto… en la que a punto estuve de llamar a un profesional, desde entonces las cosas empezaron a ir no todo lo bien que yo había pensado. Y si no lo hice en aquella ocasión es por el temor a que pensaran que no estaba en mis cabales.

Y luego aquel chico de la oficina, que me dijo que tenía un amigo que trabajaba en una distribuidora de robots de última generación. Hasta habían inventado unos asistentes tan aparentes que nada tenían que envidiar al más atento de los mortales… pero esa es otra historia…

La cosa es que Allen me trajo buenos recuerdos. Sí, es cierto, él siempre ha sido eso que llaman algunos, un intelectual….tenía muchas cosas interesantes registradas en su banco de memoria ¡madre mía! no sé quien le había metido todo eso en su metálica cabeza… aunque lo intuyo, porque su padre, el que lo engendró, siempre estaba hablando solo, haciendo una elucubraciones rarísimas. Ahora dicen que eso es normal, que la gente habla sola por la calle…,  bueno, con su móvil, nos comunicamos mucho más así que en el tradicional cara a cara. Cada día que pasa me parece menos absurda aquella relación mía con Allen. Bueno, en realidad con todos los robots… y quien sabe. Dicen los “expertos” que hasta eso puede servir como una especie de terapia… sí; como una catarsis. Seguramente será una moda, y como dijo no sé quien, todo lo que se pone de moda pasa de moda. Pero la cosa es que, al menos yo, cuanto más tiempo vivo menos conozco los mecanismos que nos llevan a relacionarnos tratando de buscar un poco de felicidad…¡Felicidad! Menuda palabrita. Porque eso de tener un millón de amigos como Roberto Carlos… con eso no vamos a ninguna parte, quizás a una confusión tal que ya no sepamos si somos personas normales o máquinas inteligentes…

Y…

Ahora Allen me estaba mirando… ha pasado mucho tiempo desde aquel amor que sentía por él, si así se puede llamar a lo que yo sentía… Fue un instante apenas, un mundo simbólico que a mi me pareció una eternidad… y no significaba nada, no tenía ninguna importancia exponencial. Estaba fuera de este mundo… pero fue tan bonito mientras duró…

Y…

Ahora los hombres están confusos, van a la deriva. Han perdido por completo cualquier derecho legal, se comportan como robots de la vieja guardia, son marionetas movidas por imbéciles… y ahora que todos  están destrozados y vacíos, tú, Allen, serías un Superhombre. Así que lo tuyo no es nada; unas cuantas reparaciones ¡y como nuevo!

Tú veras..





18 comentarios:

  1. Anónimo9/22/2013

    Magnífico Relato sobre estos robots que cogen la apariencia humana...Bueno, fisicamente, porque mentalmente se están volviendo más lúcidos y menos esclavos de moldes como los nuestros.
    Abrazos.

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  2. La nueva generación de robots Allen está despertando en esta década: somos manejados como piezas mecánicas con resorte por unos progenitores políticos que ni se preocupan por engrasarnos ni por nuestro mantenimiento, sino solo por nuestra productividad, que es por lo general, la suya.

    Me quedo con esta moraleja de un relato que te felicito porque está estupendamente escrito.
    Un beso y buena semana, Marián.

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  3. Allen es Santa Claus. Vuelve cada año para hacernos un regalo desde hace muchos ya. Es una tradición. A veces me gustan más, en ocasiones me gustan menos, pero lo que importa es la intención. Las buenas intenciones. Y su mundo me gusta, tan confortable, cívico, burgués y progre. Me sentiría muy a gusto en un mundo así. Tan ideal.

    Un beso, Marián.

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  4. Yo creo que esa alienación ya no es una moda, sino un síntoma de la decadencia... Un abrazo.

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  5. Eso de movidos por imbeciles me suena mucho.

    Interesante


    Kss!

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  6. Pedro Luis López Pérez (PL.LP):
    Muchas gracias por leerme y comentar. Y por tus amables palabras. Muchas gracias. Sí, yo creo que cada día nos estamos robotizando un poquito más.

    Abracito.

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  7. Marisa, bueno, puede que ya no esté tan lejos "la revolución de las máquinas". En estos tiempos tan confusos todo es posible.

    Y muchas gracias, Marisa, por leerme y comentar ¡eres tan amable!

    Besos, y buena semana.

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  8. Zavala:
    Un mundo frío pero tranquilo, sin sobresaltos, corazones de acero suplantando a los viejos corazones...y no te vayas a creer, que ya son demasiados los humanos con prótesis artificiales...

    Un beso, Zavala.

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  9. Dario:
    Vamos a perder la costumbre de reflexionar, o pensar, o como quieras llamarlo. La inercia nos precipita al abismo.

    Abrazo.

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  10. Erik:
    Ya, y si no fuese así ¿cómo podríamos ser tan absurdos?

    Gracias por lo de interesante.

    Un beso.

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  11. Anónimo9/26/2013

    Me he reído un montón Marian, es genial, oye, esos sueños, para mi los quiero; en realidad, todos tenemos algo de Allen.
    Bonita música.
    Besos

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  12. Mia, en realidad, es un personaje, Allen, al que le tomé afecto...pero quiso ir a su aire, y lo dejé en la estacada...es el primer personaje que se me rebeló...y no sé si darle alas, porque lo cierto es que es un tipo imprevisible...

    Sí, la música...me lo recordó uno de los que me comentan, lo había olvidado...Gracias.

    Besos.

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  13. Hoy me quedo con esta parte:

    "cuanto más tiempo vivo menos conozco los mecanismos que nos llevan a relacionarnos tratando de buscar un poco de felicidad…¡Felicidad! Menuda palabrita."

    Mis propios mecanismos se están convirtiendo en un algo insondable...
    Yo de mayor quería ser descomplicado, y ya ves tú.

    Buscar la felicidad es como buscar las gafas llevándolas puestas; una absoluta desesperación, porque nunca se encuentran donde miras.

    Besos!

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  14. Qué buena metáfora esa de las gafas...eso es como la verdad, que se pasea delante de tus narices y nadie la ve. Lo más fácil para encontrar algo es no buscarlo, ya sabes. Y meditar tanto sobre las cosas pues no ¿No te ha pasado, que un día te amanece pletórico y te sientes el más feliz de los mortales? La felicidad aunque parezca una entelequia no lo es...lo que pasa es que es como ráfagas de brisa suave y deliciosa...
    Y por comparación son como tus comentarios, que son como los pimientos de Padrón; que unos pican y otros no, jajajaja...pero que no, que tú no tienes desperdicio...y es que a veces estás para comerte...

    Besos.

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  15. Me recuerda las historias de Asimov, sobre robots tan emocionales como los humanos. Y a veces más emocionales. Está el caso de Dor Venabili, con apariencia humana, no muy expresiva, pero se indigna ante la injusticia, se enamora, incluso es tan humana que critica a la esposa de su hijo adoptivo. Que no sabe que no es humana.

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  16. Un amiga dijo: si Diógenes expresó que cuando más conozco a los hombres más amo a mi perro, yo digo que cuando más conozco a mis amantes en mi cama, más amo y mi novio androide-

    EStupendo Alberto cortez, y sus Castillos en el aire,todo un poeta de la canción. Y sus textos únicos y transidos de un humor sutil y ácido. Buen logro. UN abrazo. Carlos

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  17. El Demiurgo de Hurlingham:
    Cada vez que hablo de Allen, siempre hay alguien que me recuerda a Asimov. Aún no lo he leído. Al final me compré "La trilogía de la fundación.
    Lo leeré.

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  18. Carlos Augusto Pereyra Martínez:
    Ah! pues Diógenes ¿no era aquel que andaba buscando un hombre? Bueno...para mi donde esté un hombre...Allen ya lo sabe...

    Sí, la música, Cortez. Y gracias por el cumplido.

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Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior. Goethe.