No hace mucho aseguraba Ray Kurzweil que el hombre terminará fundiéndose con la tecnología. Para Kurzweil las máquinas pronto serán capaces de pensar. Y lo aclara. "Los ordenadores ya hacen cientos de cosas que antes sólo hacían los humanos, como diagnósticos médicos, aterrizaje de aviones, sistemas de defensa...Sin hablar de los juegos como el ajedrez, donde pueden jugar como si fueran humanos". Hacia el 1998, vaticinó también que una máquina vencería a un humano sobre el tablero. Al final fue un año antes, cuando Kasparov caía bajo la potencia de cálculo de "Deep Blue". Y aún va más allá en su singularidad sobre este asunto ya que asegura que en el futuro se crearán copias del cerebro y el cuerpo: "No va a ser una garantía de inmortalidad, pero conseguirá que nuestro destino esté en nuestras manos". Este "transhumanismo" acabará con la noción actual de la muerte. "Hoy si rompemos un ordenador contra el suelo, podemos recuperarlo desde una copia de seguridad".
Pero lo que aún está por ver, es que si esa información que recuperamos en una copia, y podemos trasladarla a otro ordenador nuevo es equiparable a los seres humanos...Un cerebro no se puede trasplantar a otro cuerpo, ni siquiera una copia de ese cerebro. A día de hoy, los científicos eso lo tienen claro.
Aunque es cierto que aún podemos seguir especulando sobre todas estas cuestiones, porque llegará el día, quizás, en que todo esté tan mecanizado que para circular por las calles con nuestros automóviles libremente tengamos que pagar una tasa extra, al doblar cualquier esquina...como a cualquier puta, chapero o celestina que te salga al paso, sólo que en éste caso no será opcional...y los viandantes tengan que introducir unas monedas en el cajetín del cambio de señal de semáforos...quizás llegue a ser todo tan virtual como lo son hoy esas ecuaciones filigranescas y fraudulentas de las grandes finanzas, en las que unos pocos se lo llevan crudo dejando en la indigencia al resto de los mortales. Tiempo al tiempo, aseguran algunos que han abierto los ojos y ya ven las orejas al lobo...
es simple. Las Máquinas decidirán eliminarnos. Les seremos prescindibles
ResponderEliminarQue dios, si no es máquina, nunca te oiga!!! Un abrazo.
ResponderEliminarLo que hoy es utopía mañana puede ser una realidad, a mi no me da tanto miedo ese futuro, me da más miedo el presente.
ResponderEliminarUn besazo y buen finde.
Ángel...creo que he borrado un comentario tuyo sin querer...ya me diras...
ResponderEliminarUn beso
Yo le veo Marián, eso si me da la opción de borrarlo, ¿es posible que sea ese?
ResponderEliminarFeliz finde.
Sí, sí, Ángel, esta todo bien, es que me has mandado dos y es que era para la otra entrada... me he despistado un poco...gracias.
ResponderEliminarbesos
...Y claro que sí, Ángel todo puede pasar; acabo de fallar como una máquina desengrasada...jajaja...
ResponderEliminarNoelplebeyo:
ResponderEliminarNo creo, no llegaran a tanto...
Darío:
ResponderEliminarNo creo que seamos capaces de terminar con todo de cualquier manera...con un Deus ex machina.
Un abrazo.
Hay algo que las maquinas no podrán hacer nunca: sentir un orgasmo mientras se lee un texto sensual.
ResponderEliminarA ver quién inventa eso!!!
mi beso.
Sí...leer y sentir...
ResponderEliminarpalpitaciones que erizan tu piel ¡La piel! que en cada roce encienden centellas diminutas que suben hasta la retina en lucecitas de colores...y ese calor que te baja por todo el centro...
Eso en una máquina podría provocar un incendio tan espectacular que tal vez cortocircuitaría toda la planta de producción robótica ¿no?
Besos de alta temperatura.