..

..
Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

..

..
No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

.

.
¡¡Déjame con la boca abierta!!

.

.
Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

sábado, 9 de febrero de 2013

¡Serás excelente!


¿Dónde y cuando mueren los abominables, los desalmados, los canallas, los impresentables, los maldicientes, los usureros, los explotadores, los ladrones, los calumniadores, los traidores, los envidiosos, los embaucadores, los farsantes, los desleales, los falsos, los hipócritas, los sinvergüenzas, los embusteros, los...?

¿Por qué siempre mueren los buenos, los amables, los admirables, los sinceros, los simpáticos, los encantadores, los amigos de sus amigos (qué tontería), los excelentes, los maravillosos, los...?

¿No será que hay que morirse para llegar a ser extraordinario?

********

Exageráis la hipocresía de los hombres. La mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble.

Marguerite Yourcenar





22 comentarios:

  1. Yo creo que sí, que hay que morirse para ser extraordinario. Lo creo ciegamente además. Pero uno no se puede morir de cualquier manera, no.

    Hay varias clases de muertes y muertos a saber; entre todas estas clases hoy hablaré de dos: la muerte de los desalmados, abominables, usureros, desleales y traidores. Ellos ya están muertos en vida. Son dignos de compasión... Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. No seré yo. ¿Dónde me deja esto?

    Y después está la segunda clase de muerte en vida, a la que aspiro. Para poderse convertir en bueno, amable, admirable, sincero... hay que morir al "yo", o más bien matarlo. Me temo que tengo también demasiado de "eso" para ser uno de esos relucientes muertos dignos de cariño y admiración...

    "Pobre de mí" (no se vea ésto como abyecta autocompasión), sólo aspiro a ser un muerto en el que se pueda confiar... Difícil tarea, ¿no? No en vano soy un hombre...

    Verá, como no sé cómo debo despedirme de Vd. no le daré un beso. Le doy un abrazo, va!

    En serio se lo doy, con sentimiento del bueno y hasta con un poco o mucho -adivine- cariño. Otra cosa es que Vd. lo pueda recibir o lo crea verdadero... :-)

    ResponderEliminar
  2. A caballo pasado, todo en el eran virtudes. Suele ocurrir en muchos ambitos.
    Mola la Bebe se esa época.


    ResponderEliminar
  3. j.:
    Caballero, bloguero y amigo:
    Claro que acepto su abrazo sincero y con cariño, porque sé que me lo dice de corazón.

    Y claro, todos aspiramos a morir dignamente, y a que nos recuerden por lo buenos que éramos en vida ¿quien no? de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno...

    Y decirle, por último, que no por ser hombre es usted más malo, hay hombres buenísimos, encantadores, leales. Doy fe. Y también mujeres malas malísimas...a mi que me recuerden, cuando me muera, por ser "una buena mujer", la verdad, no sé si me gustaría mucho. Rara que es una.

    Y no me apriete mucho con esos brazos...que le quiero dar un beso ya.

    ResponderEliminar
  4. Susodicha, claro que sí, todos somos estupendos cuando nos contemplan en esa caja que, además, vale un pastón. Será que ya no estorbamos a nadie.

    Pues mira, me encanta que te guste Bebe...quería poner otra cosa, pero bueno...

    Un beso y gracias por venir aquí, Josune.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo2/10/2013

    De niña intentaron meterme en la cabeza que el salario que el pecado paga es la muerte, según la biblia, yo no fui educada en un colegio de monjas como tú pero me educaron en una congregación religiosa con normas muy estrictas sobre la moralidad y sobre un montón de cosas que ahora las veo desde otra perspectiva, ellos, los listos de la congregación te enseñaban con la biblia y sus libritos que un día habría una resurrección de los muertos y que viviríamos todos felices y contentos en un paraíso terrenal y todo lo malo seria quitado de la tierra por la mano de dios, pero en que cabeza cabe que un personaje como hitler sea resucitado y perdonado de sus pecados solo por haber muerto y viva en un paraíso en la tierra, el y otros tantos como el que han habido a lo largo de la historia, y un sin fin mas de gentuza que sigue habiendo y habrá, yo no creo que haya que morirse para ser extraordinario, la muerte no cambia nada, no quita el dolor que esas personas hicieron en vida, aunque creo que tu entrada no tiene que ver con mi comentario, se que a lo que tu te refieres es a que cuando muere algún sinvergüenza nadie es capaz de ir y acercarse a su lecho de muerte y escupirle a la cara, todo el mundo se calla y cuenta maravillas de el o ella aunque por dentro esté pensando en otra cosa, creo que te refieres a eso...y si no pues perdona mis incongruencias con tu post.

    Me encanta la frase de Marguerite Yourcenar.

    Un beso y espero que no pienses que soy del planeta rarita por lo que te cuento de la religión jajaja aunque un poco si me siento a veces por este tema, como si me hubieran criado en un mundo a parte.

    ResponderEliminar
  6. Anónimo2/10/2013

    Por cierto, la foto es magnifica!!

    ResponderEliminar
  7. Querida, es usted una dama ciertamente desconcertante. Debo decir, además, que de alguna extraña forma el hecho de que no quiera ser recordada como "una buena mujer" me agrada sobremanera. Fíjese usted cuánta contradicción...

    Sabe, hoy me he levantado revuelto. Revuelto, como en esos días revueltos y tormentosos, como en la imagen que utilizo en mi perfil. Revuelto y con ganas de tirar de la manta, de abrir la caja de Pandora y dejar sus terribles sombras en comparsa desfilar...; esa caja guardada en algún rincón olvidado, de la que siempre paso de largo... ¿Y sabe lo peor? Lo peor es que me temo que esas ganas ni siguiera vienen de mi pequeño yo, lo cual lo convierte todo en algo jodidamente inquietante...

    ... y no sé porqué le cuento esto, porque no tiene que ver con Vd. Aun así lo hago, como un guiño a no se sabe qué...

    Debe ser que siento que Vd. también está revuelta.

    Le envío ese beso, sentido, en estos momentos de tormenta; un beso eléctrico con tanta intensidad como sea capaz de enviar... Sólo espero que no se le chamusque la melena. No quisiera yo, no, que eso sucediera... no. Que va.

    ResponderEliminar
  8. Es obvio que los buenos y los malos acabamos muriendo, de momento. Los malos es posible que sean algo más longevos, habría que consultar datos. Tendría su lógica: la conciencia y la duda desgastan y generan oxidantes, casi seguro. Los malos no suelen tener esos inconvenientes ya que normalmente de lo primero no tienen y lo segundo lo suplen rápidamente con sus verdades fanáticas e incontestables, luego tampoco les preocupa. Por otro lado están los cuidados personales y sanitarios que proporciona la riqueza... asi que podría ser que fueran algo más longevos. La bondad normalmente es algo anónimo o más individual, forma parte de lo íntimo y necesita menos acólitos, por ejemplo Vicente Ferrer (no el santo). En cambio los malísimos que todos conocemos, los de Rusia, Alemania, Camboya, Serbia, Chile, España... necesitan una enorme maquinaria y un multidudinario apoyo para cometer sus atrocidades, lo que ocurre es que luego sólo se habla del famoso, como si fuera el único culpable, como si los demás no se hubieran alejado del recto camino. Y luego están los conceptos del bien y del mal, en relación al contexto en que la lotería genética nos haya emplazado. Hay lugares del mundo en los que tomarse una cerveza o llevar la cara descubierta es ser un mal hombre o una mala mujer, y otros en los que disparar a alguien que entra en tu jardín está bien visto, aunque anduviera un tanto despistado y quisiera orientarse sobre una dirección que buscaba, tal vez su aspecto supusiera una amenaza.

    Y luego las distintas connotaciones
    dependiendo de uno u otro sexo. Hoy día, en 2013 y en España, todavía no significa exactamente lo mismo ser un mal hombre y ser una mala mujer. En nuestro caso el significado se orienta más hacia la violencia y en el vuestro hacia el uso y disfrute de vuestra sexualidad. Es curioso que todavía no aparezca la apropiación indebida o la corrupción, como signos de maldad. Falta esa sensibilidad, cuando la tengamos las cosas serán mejores.

    Bueno, ya ves que me lo he currado...

    Un beso Marián

    ResponderEliminar
  9. a veces sucede que la muerte exacerba las virtudes y oculta las miserias...

    Lo bueno siempre ha sido amigo de lo malo.. van juntos de la mano. Grises, eso somos

    mi beso

    ResponderEliminar
  10. Marguerite Yourcenar da en la diana:

    "La mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble."

    Excelente frase que resumiría la pregunta que formulas con anterioridad.

    Un beso, Marián.

    ResponderEliminar
  11. Mueren cada día, pero en soledad, nadie llora su ausencia, por eso no dejan huella.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. Enya Crip:
    No, si ya lo sé, que con la Biblia se puede argumentar las ideas más disparatadas. Hay religiones que te dicen lo más absurdo; que el lobo y el cordero pastarán juntos, que el león y el buey comerán paja juntos como si nada. Ya ves hasta donde llegan sus mentes cortitas que no son capaces de pillar una metáfora...jajaja...
    "Mis" monjas, algunas, estaban obsesionadas con el diablo, así que mi mente infantil empezó a pensar en eso; muy grande tiene que ser ese tipo para que éstas tipas no se le quite de la cabeza.ja,ja, ya ves.

    Claro que sí, es exactamente lo que he querido decir, que cuando morimos todos somos de cara a la galería "divinos de la muerte" Joo¡¡

    Ah¡ las fotos...la que tú has puesto, la de los cabellos encendidos, ya la tenía yo pensada para un posible post...pero hay otras.

    Besos, Enya.

    ResponderEliminar
  13. j.:
    Claro, porque esa expresión: "era una buena mujer" suena hasta pelin peyorativo. Pero bueno, son defectos del lenguaje y que en ésta noche de Domingo tampoco es como para empezar a divagar sobre esa cuestión.

    ¿Revuelto? ¿Revoltoso? bueno...eso en todo caso será un problema estrictamente suyo. Y ya lo aclara usted; que nada tiene que ver conmigo.

    Yo estoy bien...normal, vamos, y no creo que un beso suyo me vaya a alterar... de momento...y menos de esa forma tan espectacular que usted insinúa...

    ResponderEliminar
  14. Zavala:
    ¡Qué razón tienes! a los malos no los desgasta esas preocupaciones porque es su estado natural y creen que lo que hacen bien hecho está. Y en cuanto a los buenos...conque sean limpios y honrados van que se matan. Pero lo cierto es que todos tenemos algo de unos y otros...

    En cuanto a eso otro que dices: esa Maldad que necesita un líder potente capaz de movilizar a las masas, y claro que necesitan todo tipo de apoyos esos grandes dictadores...hay muchas teorías sobre eso, porque el Mal con mayúscula es como si de pronto brotara de forma espontánea para atraer a las masas...ya que las masas son moldeables y se adaptan al gusto del consumidor...jajaja...me río porque no sé quien dijo que es como un monstruo con un millón de cabezas pero sin ningún cerebro.

    Y en eso último que dices, eso si que es meterse en un terreno bien complicado. Esas connotaciones sobre si somos buenos o malos en función de dónde vivamos, o lo de ser hombre o mujer...e incluso la interpretación que damos a los términos semánticos, sobre el hombre corrupto y otras lindezas. Había que poner al día el Código Civil y el Código Penal, y el Diccionario de la RAE. Pero si quieres seguir con el tema pásate por El espejo de la Luna, que es el Blog de Marisa, y me cuentas.

    Un beso, Zavala.

    ResponderEliminar
  15. El caligrafista:
    Es más fácil criticar a los vivos que a los muertos...¿Será posible que a éstas alturas tengamos miedo a los muertos? Ya ves que la cosa está dando para mucho tema. ¿Grises? bueno, somos un poco malos y un poco buenos...eso es todo.

    Mi beso.

    ResponderEliminar
  16. Marisa:
    Marguerite Yourcenar...¡qué mujer!

    Tiene una gran profundidad en todo lo que dice.

    Un beso, Marisa.

    ResponderEliminar
  17. Pilar:
    Es que la muerte nos iguala...ahí todos somos buenos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Anónimo2/10/2013

    No tengo ningún problema en que uses la foto para el post que tenias pensado, tampoco es que sea mía, yo me crucé con ella y la cogí, me pareció alucinante.
    Besos y feliz lunes guapa.

    ResponderEliminar
  19. fantastico y real

    aunque algunos viven desde la eternidad

    ResponderEliminar
  20. Todos los “elementos” que se encuentran dentro de la especie humana explotándola y convirtiéndola en motivo de su bienestar jamás mueren, Maeián. De los que desaparecen, la falsedad de sus bondades es sublimada hasta cotas extraordinarias. Creo que lo más racional al pensar en humanos y deshumanizados es el pensamiento de Marguerite Yourcenar: tenemos pocas posibilidades de pensar con doble cara. Siempre se nos nota.

    Un fuerte abrazo, querida Marián

    ResponderEliminar
  21. Gracias, Enya. Un beso.


    Noelplebeyo:
    Sí, suelen pasar a la posteridad.


    ANTONIO CAMPILLO:
    Sí Antonio, hay muchos que son encumbrados precisamente por eso...por su inhumanidad...

    Claro que sí, yo creo que los hombres sois bastante sinceros, se os nota en la cara.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  22. Sabias palabras las de Yourcenar...en realidad todos duran lo mismo, la diferencia está en que los buenos no se notan. El bien es anónimo, humilde, y ése es su problema. La inmensa mayoría de los seres humanos son buenas personas, de lo contrario habríamos desaparecido. Aunque por eso mismo, no utilizamos las herramientas que otorgan poder o notoriedad. Es un tema de elecciones. Besos.

    ResponderEliminar

Ni aún el genio más grande iría muy allá si tuviera que sacarlo todo de su propio interior. Goethe.