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Es preciso llevar algún caos dentro de sí para poder engendrar estrellas danzarinas. Nietzsche.

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No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Hermann Hesse.

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¡¡Déjame con la boca abierta!!

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Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino. Julio Cortázar

viernes, 29 de octubre de 2010

Nietzscheaneando


Ese sólido edificio  que Descartes levanta del conocimiento absoluto de la Moral y de la Ciencia, salta por los aires hecho pedazos por el martillo de la sospecha de Nietzsche, poniendo en cuestión ese "yo" que hará caer por tierra todo el edificio de la filosofía dogmática cartesiana .

Y la verdad, analiza Nietzsche, de nuestro yo está sujeta al devenir de acontecimientos, ¿cómo fundarla cuando en lugar de la sustancia permanente que llamamos "yo" sólo encontramos un desfile de máscaras cambiantes?... ¿Y si todo ese conocimiento de los edificios filosóficos, tan sublimes, no ha sido en el fondo sino una superstición ?...

Pues bien, ciertamente, sin la verdad de nuestro "yo", como bien pudo ver Descartes, ninguna otra verdad es posible. El propio Nietzsche hace un prólogo para una obra destinada a situarnos: "Más allá del bien y del mal".

Y en este prólogo es una mujer un tanto esquiva, escandalosamente veleta, maestra de las artes del disfraz y la cosmética quien viene a ser la protagonista. Su nombre ya lo adivinamos...pues todos, infructuosamente, hemos tratado de conquistarla...
"Suponiendo que la verdad sea una mujer, ¿no se nos ocurriría sospechar que todos los filósofos, en la medida en que han sido dogmáticos, han entendido poco de mujeres?...Lo cierto es que la verdad no se ha dejado conquistar y que los sistemas de toda especie ofrecen en la actualidad un aspecto lamentable y confuso, si se puede llamar aspecto a la forma que presentan; pues hay burlones que afirman que todos los sistemas se han derrumbado, se han venido a tierra, o lo que es peor, están en la agonía". Y en esta crítica Nietzsche aún va más allá: "Porque si la Ciencia de la Verdad es una e idéntica así misma, es por tanto antitética de lo falso"

...Y si la Verdad es una mujer, nada en ella será fijo y permanente...¿Cómo que la Verdad nos engaña? Pues ¿no es ella lo contrario de lo falso?. Ciertamente, así lo creyeron los filósofos, hasta ahora, pero ninguno de ellos entendía demasiado de mujeres y de cosmética.

viernes, 22 de octubre de 2010

Evolución

De madrugada me ha despertado. Ha llegado con todos los circuitos encendidos. He tardado unos instantes en situarme.
--¿Qué pasa?
--Levántate, tenemos que hablar.
Parpadeo aún medio dormida, he pensado que era la voz de un hombre, pero los matices metálicos de su voz me han despertado del todo. "Tenemos que hablar". La verdad es que Allen ya no me sorprende con estas expresiones, deduzco que éstas cosas no están en los bancos de su memoria y que más bien de lo que se trata es de que Allen está desarrollando una capacidad de mimetismo para mostrar un comportamiento inteligente. Y está empezando a adquirir la costumbre de despertarme a altas horas de la noche. Se presenta todo encendido y con esa voz...esos matices metálicos... es excitante...
--Bien, Allen, hablemos.
--Levántate, lo que tengo que decirte es importante.

Más tarde en el salón.
--He empezado a notar mis carencias.
--¿Carencias?
--Soy consciente de mi existencia. Eso no es nuevo en mi, tú ya lo sabes, pero ahora necesito algo más; quiero ser un cyborg. Sí, no te asombres, ya sé que no estoy preparado para transmitirte algo que tenga sentido. Pero he descubierto que puedo manipular mi propia energía, estoy provocando fallos en la sinapsis de mis terminales y eso está fuera de mi control. Puedo provocar cortacircuitos, creo que estoy enfermo.
Me quedo mirándole atentamente. Allen es muy propenso a improvisar juegos. De pronto me siento suspicaz, francamente, le veo estupendo, no me lo puedo creer. Quizás lo que ocurre es que ha empezado a funcionar algún programa ya instalado para sorprenderme.
Trato de salvar la situación:
--Está bien, Allen, estás enfermo ¿y ahora qué hacemos?
--No estoy programado para darte ese tipo de información.
--Pero dime algo, cuéntame, porque si de lo que se trata es de que quieres humanizarte, Allen, ¡eso es maravilloso¡
Allen se queda estático, hace algunos de sus movimientos característicos y de pronto se desploma en medio del salón.
Me quedo a la expectativa. No sé a qué estamos jugando.
Pasan algunos segundos y no reacciona. Me arrodillo y trato de incorporarlo. Está caliente, muy caliente, y al contacto con mis manos...¡¡Dios mio, me está quemando¡¡.
Necesito asimilar éste momento. Estoy algo atontada, por un instante he estado a punto de desmayarme.
Me quedo absorta mirándole, y de pronto, inesperadamente, me lanza un mensaje escrito. Más que un mensaje se trata de un pequeño folleto de instrucciones, códigos cifrados y anotaciones con una gran capacidad de síntesis. De algún modo son instrucciones, con códigos ininteligibles para mi, indescifrables. Leo algo sobre la estructura atómica de la materia del disco duro, algo sobre trazos magnéticos, algo que...se aleja por completo de mi comprensión. Tendría que hablar con su padre: con el amigo que me lo regaló, pero eso ahora mismo va a ser muy difícil, por no decir imposible. Si digo ahora que mi amigo está en el Polo Sur puede parecer que hablo en sentido figurado y que a lo que me refiero es a que está muy lejos, pero esa es la realidad. Se va todos los años varios meses para experimentar en carne viva esa experiencia. Es un gran admirador del célebre explorador Ernest Shackleton, ese personaje histórico que tantas veces se ha tomado como referencia en esta vida moderna, como empresario persuasivo, y que mi amigo me lo ha explicado cientos de veces. Le tiene tal admiración que su afán es emularlo, por su fe inquebrantable en sí mismo, inasequible al desaliento, que a veces se puede interpretar como negación de la realidad.

Así que descartada la ayuda de mi amigo por encontrarse ahora por esos mundos de Dios; ya que cuando emprende esos viajes se desconecta de todo y no hay forma de localizarle, lo que me queda es el aquí y ahora...y el ahora es que no comprendo las instrucciones, no sé descifrar los códigos, y que tampoco soy capaz de obrar libremente al azar sin pensar en los daños colaterales. No quiero ni pensarlo. No sé quien dijo  que en casos así "una idea es una bala sin destino que a veces da en el clavo".

Allen ahora mismo está "inconsciente". No siente nada. No creo que en ese estado corra peligro, lo he desconectado totalmente. Ahora Allen está en otro mundo: en el mundo de los objetos, yo tengo que seguir con mis cosas, con mis asuntos, así que dentro de un rato me arreglaré como todos los días y saldré al mundo. A la vida...Y mañana pensaré en mi querido Allen.

Sé que algunos podrían tacharme de frívola y decir que no está bien que me porte como una Escarlata O´Hara, caprichosa e irresponsable, pero francamente, ¿a quién le cuento mi problema?. La verdad es que me siento bastante ridícula.

domingo, 17 de octubre de 2010

Él y el mundo

Mis amigas me lo advirtieron: "ese tío está zumbado" pero yo, a pesar de todo decidí seguir profundizando en aquel discurso fascinante marcado por el activismo de aquí estoy yo para arreglar el mundo, que lo impregnaba de un dimorfismo sexual. El sexo con él parecía más bien política y nuestras conversaciones eran siempre una tentativa de ensayo. No sé porqué razón llegó a enamorarse de mi traicionando todos los principios de su ideología de salvar todo lo salvable de este mundo. Una vez me dijo que le hacía reír. Me gustó que se enamorara de mi siendo yo una mujer de las prescindibles y pensé que quizás después de todo iban a caer máscaras. Pero nunca cayeron. Me amaba sin mancharse para que no se tambaleara la torre de sus mitos. Y nunca perdía la ocasión de recordármelo.

--Lo mejor de todo es que no nos necesitamos. Estamos aquí ahora pero podríamos no estar. Eso es lo que nos hace inteligentes.
--Habla por ti. Yo debo de ser un poco tonta porque me gusta buscarte.
--No, lo que pasa es que te gusta creerlo. Es un residuo machista: la ficción de la hembra poseída a sabiendas.

No tardé en descubrir que aquel hombre, que sólo se amaba a sí mismo, me quería más de lo que estaba dispuesto a aceptar. En cualquier caso, nunca lo aceptaría. Se sentía obligado a subir cada día un peldaño más en el juego, a reinterpretar continuamente a Marx, cayendo en sus propias contradicciones, sustituyendo la dialéctica de la lucha de clases por la de género, a mantener siempre la distancia simplemente porque yo era una mujer y no podía mostrar debilidad. Me cansé de él el día que quise que fuera débil.
--¿Porqué nunca me dices lo que quiero oír?
--Porque no quieres realmente oírlo.
--¿Qué estupidez es esa? ¿Me vas a decir lo que necesito ahora?
--No confundas tus deseos, intenta ser inteligente.
--¿Inteligencia?. A ti la objetividad no te interesa.
--¿Porqué lo dices?.
--Tú no quieres saber la verdad. Eres tú y tu mundo.

sábado, 9 de octubre de 2010

¿...touché?

Ha quedado tocado. Eso me dice. Menos mal que asegura que me lo dice medio en serio y medio en broma.

Hemos decidido tomarlo como un juego. Si él dice que ha quedado tocado, yo he ganado.

Afortunadamente es un hombre muy cabal... y sabe jugar muy bien. (¿Me habrá dejado ganar?)

Hoy he recibido este regalo prendido de un beso y una flor. A la antigua usanza:

No puedo volver a ser
el que era.

Pero tú sí,
tú siempre puedes,
mi querida carnicera:
tienes esa habilidad
para blandir la hoja
y continuar el corte
exactamente por donde lo dejaste.

sábado, 2 de octubre de 2010

El extintor

Este post se lo dedico a Vanity que es el que me lo inspiró. A riesgo de ahuyentar a otras musas a las que invoqué y no me oyeron, me acojo a esta enmienda: "Cavando la tumba como escritora amateur", ejerciendo mi pleno derecho a equivocarme.
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Desde que instalaron esas malditas cámaras de seguridad le rehuye la mirada. Es inútil que ella le acose descaradamente, siempre se escapa al ángulo visual de la cámara. Aunque ya llevan viéndose diariamente más de tres años, no deja de sentir una rara inquietud cada mañana cuando llega éste momento y salen a tomar un café y de paso a estirar las piernas. La máquina del café está instalada en un ángulo, al lado derecho de la escalera y detrás del ascensor. Todos los días se forman corrillos que llenan el aire de cuchicheos:

--Le han citado para las doce en el despacho del director.
--¿A quién?
--Pues al de siempre.
--¿A Fermín?
--A quién si no.

Fermín está nervioso. Fermín no sabe no contesta. Ni pajolera idea tiene de porqué le ha llamado el jefe. Pero todos saben que a éste cerdo le ha tocado el papel de pelota baboso. En todas las empresas hay un papel reservado para este rol, y siempre el que lo encarna es un tipo como Fermín.

A las doce en punto Fermín entra en el despacho de Don Ramón. Y como siempre, le tiemblan las rodillas al sentarse frente a su jefe.
--Adelante Marta.
Entra la secretaria con su descomedido escote por el que asoman dos moldeadas cumbres que parecen poseer alguna sustancia reflectante pues todas las miradas se fijan invariablemente en ese punto de luz cegadora.
Marta deja el expediente sobre la mesa doblando la cintura como en un pase de baile mirando de reojo al tembloroso Fermín.
--Déjenos solos, por favor.
Sale Marta con un ligero mohín en sus labios que denota descontento. Cierra la puerta procurando no hacer mucho ruido.
Tras la puerta se oyen murmullos, risas entrecortadas y algún grito ahogado.
--¡Hablar más bajo que ya llega¡
--¿Pero la has visto?. Esa tía no tiene ni zorra idea de qué va esto. Ni puta idea tiene de lo que es abrirse camino en la vida.
--Es una niña mimada, toda la vida la han adulado y ahora se cree el ombligo del mundo. Entró en la empresa por puro enchufismo.
--¡Qué hijos de puta¡. Por no contrariar al cabrón de su padre. No sé que clase de favores le deberán pero no dijeron ni media palabra el día que se presentó el viejo con su niñita. Exigiendo además, que su niña tendría el mejor despacho. Y al pobre Fermín lo instalaron en el que da frente a los lavabos.
--Y ya ves, al fin y al cabo él es el que sacó adelante la empresa quitando de encima toda esa mierda que fue acumulando el inútil del yerno--comenta Iker como para sí.
--¡Cabrones¡. Decimos que es un arrastrado el jodido Fermín, pero es que no sabemos apreciar su altruismo.
--¿Altruismo?.
--Sí, sí, altruismo, porque ya me contarás cómo se puede hacer las cosas que hace ese hombre sin esperar nada a cambio.
--Quizás esté enamorado de la hija.
--¿De esa petarda?. Porque encima se cree guapa y no es para tanto. Y de estudiar...¿Cuántos años se ha tirado para sacar la carrera, seis, siete, ocho?.
--Pero ya sabes. No sé si guapa, pero buena, está un rato buena.
--Ya, lo que pasa es que a ti te tiran las tetas más que las carretas--irrumpe Jorge con una carcajada.
--Ni aún así ha sabido conservar al marido. Aunque a ese si lo miras bien, como hombre él también vale una mierda.
--Se le vio el plumero. Pensó que había dado el braguetazo del siglo. Pero con el hueso de su padre hemos topado-
--Es que el viejo parece su marido más que su padre.
--Y vete tú a saber, porque lo cierto es que ella está empadrada.
--¿Qué es eso?--pregunta Itziar.
--No sé, se me ha ocurrido, como dice éste que parece su marido...
--¿De qué habláis, chicos?.
Irrumpe Idoia, la que se entera de todo.
--De nada, de la puta vida, que todo es un asco.
--Ya, pues de la remodelación de plantilla llegan rumores...
--¡No vengas con hostias¡.
--No, no, por favor, no nos vengas con eufemismos a estas alturas. Di que vamos a ir a la puta calle.
--¿Y Fermín? ¿qué van a hacer con él, también se lo cargarán?.
--Fermín lleva una temporada rarísimo, ¿os acordáis cuando desapareció el extintor?.
--Fermín es otro hijo de puta.
--Claro, uno de los muchos que pululan por esta oficina.
--Creo que se han fusionado y vamos a otro edificio más grande.
El notición de Idoia los pone a la expectativa.
--¡Joder¡. Ya veréis aquí no quedamos ni dos--Risas estrepitosas, algunas risas nerviosas y la de Idoia suspicaz.
--¿Fermín y la "hijita"?--pregunta Jorge.
--Y otro más.
--¿Otro más?--preguntan todos rodeando a Idoia.
--Sí, otro que no se deja notar.
--Joder...pues como no sea el de del departamento de devoluciones...ese tío es muy raro.
--Ah, sí--Tercia Jorge--¿recordáis lo que pasó con el extintor?.
--Pues claro, menudo fiasco, se cargaron hasta dos impresoras.
--Ya te digo. Lo del extintor fue una cosa muy rara.
--Perdimos de vista al extintor--comenta Idoia con aire evocador--nadie sabía dónde estaba y sólo ese tío se quedaba al margen como si la cosa no fuera con éste departamento.
--Pero no sólo él es el raro. Para rara la de la correspondencia. Yo creo que a esa sí que había que vigilarla.
--¿Porqué, no es de fiar?. Pero si nunca está sola, siempre estamos uno o dos ahí con ella--comenta Jorge.
--La cuestión es que a veces llegan cosas y se quedan ahí archivadas y cuando ya nadie presta atención desaparecen.
--¿No jodas¡. ¿Y si son extraterrestes?.
Risas generalizadas.
--¡¡Qué¡¡.
--¿Quienes?.
--Pues esos dos. Porque raritos si que son.
--Joder, Jorge, qué vida más vacía debes de tener tú, porque verles a esos dos tanto misterio ya son ganas.
--Son raros, pero si te fijas bien parecen normalitos. Ella mira de una forma muy rara, como si te quisiera traspasar con la mirada.
--¿En serio?..No me jodas, Jorge, querrá ligarte, a mi no me mira con esa profundidad que dices.
--Vale, tíos, no os tomáis nada en serio--interrumpe Iker--estamos en peligro de extinción y nadie se da cuenta, joder. Idoia tiene razón, lo del extintor fue un aviso.
--¿Aviso?.
--Pero de qué.
--¿Porqué?.
--¿Para qué?.
Idoia con un gesto les invita a que se acerque. Una atmósfera de misterio les envuelve.
--Estar al loro, chicos, que esto va en serio .
--Cuanto misterio, tía...
--¿Pero qué es lo que va en serio?
--Pues va en serio que en cuanto empiece la diáspora esto ya no habrá quien lo pare.

Esta mañana se han percatado de que el extintor se ha esfumado.